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Ciencia

“No hay respuestas obvias a por qué España tiene más contagios”

Nuria Oliver, comisionada de la Presidencia para la Estrategia Valenciana para la Inteligencia Artificial

Uno de nuestros puntos débiles al inicio de la pandemia fue la falta de información en tiempo real sobre lo que estaba sucediendo. Algunos científicos, como la experta en inteligencia artificial Nuria Oliver, se pusieron manos a la obra desde el principio y diseñaron herramientas que pudieran servir para tomar mejores decisiones. El 28 de marzo ella y su equipo activaron la Encuesta sobre el impacto de la Covid, un cuestionario de 25 preguntas que se hizo viral y que ofreció una de las primeras fotografías sobre lo que estaba viviendo la población. Seis meses después, la encuesta sigue activa y ha recibido hasta la ultima ronda 277.855 respuestas en España y luego 20.200 de Brasil, 12.200 de Italia y 7.100 desde México. Charlamos con Nuria Oliver, comisionada de la Presidencia para la Estrategia Valenciana para la Inteligencia Artificial, sobre la manera en que estos datos recopilados durante el verano pueden explicar por qué España está de nuevo a la cabeza de contagios de la covid-19 a nivel mundial.

¿Alguna vez pensaron que la encuesta duraría tantos meses?

La encuesta ciudadana la lanzamos el 28 de marzo e inicialmente no pensamos que íbamos a tenerla activa tantas semanas. Nuestra principal motivación era captar datos sobre la situación y la percepción de la ciudadanía en el momento del confinamiento y también entender cuál era la prevalencia real de síntomas y a partir de ahí hacer un modelo para inferir la prevalencia de la enfermedad, porque sabíamos que unos de los retos era que no había suficientes test y que no se sabía exactamente cuánta gente había infectada. Queríamos también entender el impacto económico, laboral, emocional, qué comportamiento social teníamos, para qué salíamos a la calle, cómo se estaba infectado la gente… En fin, contestar a un montón de preguntas para las que no se sabía la respuesta. La encuesta se volvió viral y en las primeras 44 horas ya conseguimos ya 140.000 respuestas. Y nos dimos cuenta del grandísimo valor que tenía y decidimos dejarla activa durante todos estos meses y analizarla semanalmente en lo que llamamos oleadas, de viernes a viernes. Justo este viernes ya vamos por la oleada 25.

Una de las cuestiones más llamativas es que somos uno de los países con más contagios y somos de los más cumplidores con las medidas, ¿no?

Sí, ese es uno de los grandes misterios por contestar. Cuando miramos las medidas de protección personal, un 90% de la gente dice que se desinfecta las manos, que lleva mascarilla, un 80 y pico por ciento que evita multitud, en distanciamiento físico estamos más bajos, en 70 y algo, y luego la ventilación siempre ha sido la que menos hacemos, alrededor de un 40% de gente que dice que abre en los lugares de interior. Al hilo de esto, una reflexión que nosotros hicimos es que no es solo si usas mascarilla o no, es dónde la usas y cómo la usas. Y quizá nos estamos enfocando demasiado en el uso en los lugares donde es visible, donde se ve que la llevas, en la calle, donde realmente el riesgo de contagio es muy bajo, y en los sitios donde no se te ve, un bar, un restaurante, una oficina, a lo mejor no la llevamos. Quizá tenemos que reflexionar un poco sobre el contexto de estas medidas de protección.

“Quizá nos estamos enfocando demasiado en el uso de mascarillas en la calle y no en el interior”

¿Tiene que ver con nuestra percepción de los lugares que tienen más riesgo?

En las últimas semanas, desde la nueva normalidad más o menos, hemos incluido una pegunta de medidas de protección personal y ya habíamos agregado una de percepción de seguridad de diferentes actividades, porque nos parecía importante identificar qué actividades la gente consideraba que se podrían hacer con bajo riesgo y si había una diferencia entre el riesgo real y riesgo percibido. Si pensamos que viajar en avión es muy peligroso, pero no ha habido ni un solo brote, por ejemplo, ahí tenemos una gran discrepancia entre el riesgo real y el percibido.

¿La encuesta ofrece datos sobre la escasez de rastreadores?

Si combinamos nos que nos dicen que son positivos con los que nos dicen que han tenido un contacto cercano, lo que nos dice la encuesta es que en marzo y abril el 80% de los que sabían que eran positivos sabían la fuente de contagio, porque nos decían que era un contacto cercano. Ahora ese porcentaje ha disminuido. Y desde el 14 de agosto preguntamos a los que han tenido un contacto con alguien cercano, nos sale que a más de un 60% no les ha llamado ningún rastreador de contactos.

“Desde junio han ido aumentando progresivamente los que piden más medidas hasta alcanzar un 67%”

¿Hay algún otro parámetro cuya evolución temporal sea llamativa?

Sí, varios. Uno de las mas llamativos es la evolución de las respuestas a la pregunta sobre si considera que las medidas adoptadas por el Gobierno son suficientes o demasiadas. Hasta que empezó la nueva normalidad ambos grupos eran alrededor del 40%, pero desde junio han ido aumentando progresivamente los que piden más medidas hasta alcanzar un punto álgido de un 67%. Otra evolución interesante han sido los colegios, que es la actividad en la que más ha aumentado la percepción de seguridad. Ha crecido de un 8 a un 29% y ha seguido aumentando, aunque sigue siendo poco.

Percepción de las medidas adoptadas por el Gobierno

¿También observan esa división entre los que pueden seguir reduciendo los contactos y quienes ya no se pueden permitir?

Cuando hicimos la primera oleada a finales de marzo, hasta un 44% se veía capaz de aguantar un mes en confinamiento y un 32% decían que se veían así como mínimo tres meses. Y ahora se ha producido una polarización: han aumentado muchísimo los que dicen que aguantarían cero días, han bajado los que aguantarían un mes y curiosamente han aumentado los que aguantarían hasta seis meses.

¿Podemos interpretar que mucha gente está ya al límite de lo que puede aguantar?

Lo que sí hemos encontrado es que los que reportan tener un impacto económico severo y un nivel de estrés y ansiedad altos, esos son los que tienen mucha más probabilidad de decir que no aguantan más, a diferencia de los que reportan ningún impacto económico.

“Ha aumentado hasta un 25% el porcentaje de gente que no puede aguantar más por la pérdida de ahorros”

Entonces, ¿un factor diferencial en comparación con otros países sería la precariedad?

Sí que ha sido evidente desde el primer día que el impacto económico se refleja en un mayor capacidad de poder estarse confinado, de poder estar en cuarentena. Ahora ha aumentado hasta un 25% el porcentaje de gente que no puede aguantar más por la pérdida de ahorros. Cuando lo combinamos con los rangos de edad, los jóvenes son los que reportan los factores económicos y psicológicos como los factores por los que no se podrían poner en cuarentena, con una diferencia abismal.

Porcentaje de personas que aseguran no poder volverse a poner en cuarentena

Comentaba usted en una conferencia que la cultura de trabajar enfermo, algo que no sucede en otros países, puede ser terrible en el otoño.

Sí. Un hecho muy significativo es que, cuando combinamos la pregunta de si tiene fiebre y la de con cuántos cercanos ha tenido, resulta que en España, a diferencia de otros países, los que tienen fiebre reportan tener muchos más contactos cercanos que los que no tienen fiebre. Sobre todo los hombres. Por otro lado, es verdad que aquí es común ir a trabajar acatarrado o llevar a los niños al colegio acatarrados, algo que no es común en otros países del mundo, donde sí tienes la posibilidad de no ir a trabajar y trabajar desde casa. Y sí es un factor preocupante, porque vamos a empezar en al época de gripes y catarros y este hábito de mandar a los niños estando enfermos, porque no tenemos una infraestructura que nos permita no hacerlo, obviamente se puede convertir en una fuente de contagios.

“Los que tienen fiebre reportan tener muchos más contactos cercanos que los que no tienen fiebre”

¿Han identificado más factores específicos que expliquen aunque sea parcialmente el caso español?

Una hipótesis temprana era el ocio nocturno, el hecho de que aquí se abrió más rápidamente en verano, algo que no se hizo en otros países europeos. Otro factor que ha jugado un papel y que se ha controlado mejor en otros países es el tema de los brotes en el sector agroalimentario, que está relacionado también con la precariedad laboral, pero realmente es un misterio el por qué estamos tan mal nosotros en comparación a Alemania y otros países. También es verdad que en Alemania que cuando entras tienen una estaciones de PCR y a todo el mundo se le hace, te piden que estés en cuarentena, y aquí hasta donde yo sé no se hace PCR a la gente que viene. No hay respuestas obvias como que no llevamos la mascarilla o que tenemos muchos contactos cercanos, porque tenemos menos que los italianos, por ejemplo. Así que tenemos que seguir investigando cuál es la diferencia.

Impacto emocional de la covid por sexo

También hay diferencias en las medidas de protección y la percepción del riesgo entre hombres y mujeres, ¿no?

Sí, en general las mujeres somos muchos más precavidas. Cuando miramos las medidas de protección individual, las mujeres adoptamos sistemáticamente más medidas que los hombres. Y lo mismo sucede con la percepción de la seguridad. Otra diferencia de género es la que se refiere al impacto emocional, aunque aquí juega un papel la edad. En general, la gente de 18 a 29 años son los más afectados y, dentro de estos, las chicas.

¿Cree que España está desaprovechando el uso de este tipo de tecnologías de datos, como su encuesta, para tomar decisiones?

Yo creo que uno de los principales mensajes es que este tipo de encuestas online pueden ser muy valiosas en situaciones en las que hay que tomar decisiones muy rápido, son un sensor increíble que nos permitió inferir la prevalencia de la enfermedad cuando no había otras herramientas. El pilar de la toma de decisiones son los datos y hay que reforzar esto muchísimo, porque es verdad que hemos sufrido las consecuencias durante la pandemia de ir un poco a ciegas. Sería interesante, y quizá lo hagamos, estudiar la implantación de la cultura de toma de decisiones basadas en datos de diferentes países y ver el impacto que ha tenido en la pandemia en cada uno. Quizá podría proporcionar evidencia my valiosa de la importancia de la digitalización de las administraciones públicas y de un modelo basado en las evidencias.

* La Encuesta sobre el Impacto de la Covid sigue activa, si quiere participar, haga clic aquí. Y para más información sobre los resultados, haga clic aquí.

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