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Ciencia

“Queremos operar la vista cansada como ahora se opera la miopía”

Todos sospechamos que ningún ser humano ve igual que otro, pero usted además lo puede demostrar, ¿no?

Sí, porque tenemos tecnología que nos permite manipular la óptica del ojo. La calidad óptica de la córnea y el cristalino, el patrón de aberraciones del ojo, es diferente en todas las personas, es una especie de huella dactilar. Además tenemos la tecnología de la óptica adaptativa, que es algo que desarrolló en astronomía y lo estamos aplicando el ojo para poder ver la retina con mayor nitidez, pero también para proyectar imágenes sobre ella con una calidad óptica perfecta. Esto nos permite eliminar las aberraciones que son distintas en cada uno, pero también poner a una persona las imperfecciones de otro y que empiece a ver el mundo con los ojos de otro.

¿Y qué sensación tiene uno cuando le quitas sus propias aberraciones?

Bueno, estamos tan adaptados a nuestras aberraciones que cuando le muestras a alguien imágenes con distintos grados de emborronamiento identifica como la mejor percepción visual aquella que corresponde a la orientación de sus propias aberraciones. Incluso aunque la persona tuviera aberraciones distintas entre ambos ojos, identifica como mejor la que se corresponde a su ojo más nítido o dominante.

“Estamos aplicando en el ojo técnicas que se desarrollaron para astronomía”

¿Y cómo se hacen estos experimentos?

Lo que hacemos es ir poniendo imágenes degradadas con un espejo deformable y ponemos a la persona las aberraciones de otro. Vamos poniendo pares de imágenes y va eligiendo cuál es mejor. Lo hacemos con unas 500 y con eso podemos determinar cuál es la imagen que mejor ve. Cuando correlacionamos con sus propias aberraciones encontramos que es muy parecido. Es como si tuviéramos una especie de patrón que el ojo utiliza para decidir lo que está calibrado. Lo interesante es que el sistema visual se puede recalibrar, si se le somete a un nuevo patrón hay un cambio y se adapta.

¿Esto podría explicar las diferencias de criterio estético?

Pudiera ser en algunos aspectos, hay a quienes le gustan las imágenes muy nítidas y hay a quien le gustan más suavizadas, esto esta directamente relacionado con el efecto de estas imperfecciones y tiene que ver con el enfoque. Quien tiene una calidad óptica mejor prefiere las imágenes más nítidas y quien la tiene peor prefiere las emborronadas.

¿Estudiando el ojo podemos entender otras cosas, como el arte o cómo pensamos?

Nosotros estudiamos la calidad óptica, pero sí que hay conexiones entre el arte o cómo un artista representa una imagen y esas características que estudiamos nosotros. Se suele poner el ejemplo de El Greco y se dice que era astigmata, aunque hay bastantes estudios que demuestran que no es así. Sin embargo, en estudios con personas con astigmatismo sí que comprobamos que las imágenes normales les parece que están alargadas horizontalmente, hay una percepción distinta de las simetrías. Lo bueno es que cuando le corriges, al cabo de dos horas de llevar una corrección, esta percepción cambia hacia valores más normales. Pero efectivamente la percepción del mundo puede transmitirse a lo que tú describes o incluso podrías plasmar sobre una obra. En cuanto a color, uno también puede adaptarse a un entorno de un color determinado. Es conocido que Monet tenía una catarata y su percepción del color estaba muy cambiada y cuando le extrajeron la catarata pasó un tiempo hasta que se adaptado al nuevo entorno cromático y eso aparece reflejado su obra.

“La percepción del mundo puede transmitirse a lo que tú plasmas sobre una obra”

¿La vista cansada será algún día un recuerdo del pasado?

Bueno, en eso estamos trabajando. Cuando uno mira los números, resulta que afecta al 100% de la población por encima de 45 años, y eso son más de 200 millones de personas en Europa. Y a pesar de ser tan prevalente es verdad que no hay ninguna corrección satisfactoria, porque o bien son métodos basados en visión alternante, como las gafas progresivas, o en visión simultánea, como las lentes multifocales. Pero no son correcciones naturales, porque no devuelven la capacidad que tiene el cristalino joven. Nosotros lo que hacemos es investigar el cristalino joven como fuente de inspiración- entender bien lo que pasa cuando el ojo acomoda y cuando pierde esta capacidad de acomodar - y diseñar lentes que lo que hagan sea reproducir esta capacidad dinámica de acomodación. Es decir, a diferencia de una lente que se implanta en cirugía de cataratas, que es rígida, que sea una lente flexible y que tenga además un mecanismo que sea capaz de capturar las fuerzas del músculo ciliar y poder deformarse.

¿En que estado está la investigación?

Tenemos un prototipo de lente y un prototipo de técnica quirúrgica para implantar esta lente de un modo especial. Hay varias patentes, hemos manufacturado los primeros prototipos y los hemos probado en un sistema artificial y hemos visto cómo cambia la lente, cómo cambia su curvatura. Y por otro lado la hemos demostrado en animales esta técnica quirúrgica intraocularmente, que se llama de “fotopegado” que permite que la lente se quede agarrada en el músculo ciliar y se puedan trasladar las fuerzas al cristalino.

“La presbicia afecta a más de 200 millones de personas en Europa”

¿Nos podremos operar la vista cansada como ahora se opera la miopía?

Sí, sería como se opera habitualmente, una cirugía en la que el cristalino se reemplaza. Ya se está haciendo esto, cambiando por lente intraocular, pero son lentes rígidas. Nuestra idea es que la lente tenga una acomodación dinámica

Supongo que llevará un tiempo adaptarse a ver con esta nueva lente…

En ese sentido también estamos trabajando en el desarrollo de simuladores visuales que permiten experimentar cuál sería su visión con lentes antes de que se implanten en el ojo o de que se fabriquen. Y nos sirve para simular correcciones. La óptica adaptativa nos ha permitido desarrollar un casco, parecido a los de simulación virtual, aunque en este caso el paciente ve el mundo, pero a través de distintas lentes multifocales del mercado. Esto le permite proporcionarle esta experiencia al paciente y probarse distintas lentes, igual que cuando te van a hacer unas gafas. Y es muy interesante porque el paciente se hace una idea de como se ve antes de operarse.

¿Y cómo es eso de las gafas dinámicas?

Hay una persona de mi grupo, Sergio Barbero, que trabaja en el principio de Álvarez, que consiste en dos lentes que se deslizan una sobre otra, es decir, en gafas que pueden cambiar el foco de manera progresiva. Eso existe ya, pero es manual y estamos trabajando en automatizarlo.

“Cuando fui a la industria vi que tenían todos mis papera subrayados”

El sistema español tiene fama de sacar pocas patentes y usted tiene decenas, ¿cómo lo hace?

Es interesante. En nuestro caso fue una situación que nos hizo cambiar le chip hacia patentar. Cuando estaba terminando mi postdoc en Boston tuve ocasión de visitar una compañía muy importante, uno de los líderes en óptica oftálmica, y estuve hablando con la gente de I+D. Y estando allí vi que tenían todos mis papers, todos subrayados en amarillo, vamos, que se conocían nuestra investigación al dedillo. Me di cuenta de que hasta entonces uno piensa que la repercusión y el impacto y lo mides como lo mides habitualmente en un entorno académico, en las citas o el impacto de las revistas, pero lo que a mí me reveló aquella visita fue que hay muchísimas cosas que el impacto lo tiene en la industria, están haciendo muchísimo uso en productos de la investigación que hemos desarrollado en los laboratorios. Entonces, a partir de ahí, siempre que podemos o vemos que algo tiene un potencial impacto industrial lo patentamos y en muchos casos lo hemos licenciado, en compañías españolas y también en nuestra propia spinoff, que se llama 2EyesVision y donde hemos desarrollado el dispositivo SimVis. Eb definitiva, nos dimos cuenta de que hay mucho más valor que el puramente académico que se puede extraer de nuestra investigación.

Cómo ve la ciencia española, ¿nuestros políticos son un poco miopes?

Al menos en el sentido figurado de la palabra. Los países más avanzados no invierten más en ciencia porque sean avanzados, sino al revés, son avanzados porque invierten en ciencia. Creo que es algo que deberían plantearse, que el retorno a medio plazo viene por haber creado valor.

Hábleme de usted, ¿cómo termina uno especializándose en el estudio del ojo?

Durante la carrera me gustó mucho la óptica y ya me especialicé. El ojo es un elemento de inspiración y me me gusta que sea un cruce de caminos. Ahí se da cita la física, la biología, la neurociencia, y es algo que hace que estés continuamente aprendiendo.

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