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Ciencia

Una carrera para salvar las palmeras indianas

Palmera en Villa Güimil (Vilagarcía de Arousa)

La primera señal se detectó a principios de 2013 en la localidad de Gondomar, al sur de Pontevedra, cuando los técnicos del ayuntamiento encontraron larvas del escarabajo conocido como "picudo rojo" en algunas palmeras y empezaron a tomar medidas contra su destrucción. "Pero la plaga empezó a  hacer estragos sobre todo el verano pasado", explica Jorge Barrecheguren, archivero e historiador. "De pronto aquí en Vigo cayeron muchísimas de golpe, y muy antiguas. Palmeras que estaban delante de hoteles del siglo XIX y en casas de indianos".

Denuncian inacción de las administraciones y la pasividad social

Horrorizados por la posibilidad de perder este patrimonio biológico y cultural, Barrecheguren y la fotógrafa Yasmín Santos han puesto en marcha el llamado "Proyecto Palmera", una web en la que están elaborando un cuidado catálogo visual de las palmeras plantadas hace décadas por los indianos en distintos lugares de Galicia y que ahora están en riesgo de desaparecer. Porque estas palmeras son parte de la memoria histórica de Galicia. Los emigrantes que regresaban de América se trajeron ejemplares de Cuba o Venezuela y las plantaron en sus villas o en las alamedas que ellos pagaban. Y después se convirtieron en un símbolo de estatus y se plantaron ante edificios institucionales o colegios.

Una palmera muerta por la plaga en Tui (Yasmin Santos)

"El problema es que, ante la inacción de las administraciones y la pasividad social, están cayendo palmeras centenarias, denuncia Barrecheguren. "Yo he visto palmeras morir muy rápido, desde que veías un poco el amarilleo y al poco estaban caídas. En Tui, por ejemplo, murieron hace poco dos palmeras que se sabe que eran centenarias, y sabemos que en A Coruña varias están a punto de seguir el mismo camino". Desde Consellería de Medio Rural de la Xunta de Galicia aseguran que está en marcha un plan de acción contra el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) pero lo cierto es que las medidas se limitan a la información y concienciación a los ayuntamientos y ciudadanos.

"Como no pongan remedio ya, se van a quedar sin palmeras"

"La Xunta tratamientos no está dando, nosotros lo que hacemos es dar información al propietario, de que tiene que dar tratamiento o bien erradicar la palmera", explica a Next José Manuel Loureiro, jefe de área del servicio de sanidad y producción vegetal. "Nosotros trabajo directo no hacemos, solo es una labor de información y concienciación. Se intenta concienciar a la gente y erradicar todas esas palmeras para evitar que se expanda y llevar medidas que sean efectivas". La responsabilidad de cualquier planta afectada es siempre del propietario, insiste, y "la Xunta lo que hace es una prospección y recomendar los tratamientos preventivos". En cuanto a la extensión de la plaga, los datos de la administración es que se ha expandido con gran velocidad por la provincia de Pontevedra y ha alcanzado la ciudad de Vigo. El límite norte de la extensión del picudo, de momento, es Vilagarcía de Arousa, según la Xunta. Los responsables del proyecto Palmera afirman que es probable que haya llegado 40 kilómetros más al norte, hasta Noia.

Focos de la plaga en Pontevedra (Xunta de Galicia)

"Como no pongan remedio ya, les va a pasar como en el levante, se van a quedar sin palmeras", asegura José Plumed, técnico del Jardín Botánico de la Universidad de Valencia, donde lleva años deteniendo la plaga. "El picudo rojo es una especie de escarabajo grande, de color rojo, que en la fase de larva se come las fibras interiores de la palmera", explica. Cada hembra de picudo puede poner entre 300 y 400 huevos y hacen dos o tres puestas al año, de modo que un solo ejemplar puede acabar con muchas palmeras en pocos meses. "En Palermo han caído unas 40.000 palmeras en dos o tres años", apunta Plumed. "Lo más fácil de detectar es que las hojas más nuevas salen comidas, aparecen y les falta un trozo en forma de triángulo. A veces es como si le hubieran pegado una perdigonada a la hoja, o no tienen punta y está roma". Cuando la palmera ya está infestada, la copa se descuelga y presenta la característica forma de paraguas roto. Y ya no hay manera de salvarla.

Un ejemplar de picudo rojo (María José Fernández Francisco)

En Valencia el ayuntamiento está empleando sustancias químicas y hongos que atacan al picudo. En el Botánico, Plumed ataca el problema con nemátodos entomopatógenos, "unos gusanos de suelo que busca la quitina del insecto y acaban con ellos sin consecuencias para el árbol". Lo importante, aconseja, es que los técnicos de la Xunta sean sistemáticos y fumiguen periódicamente a los ejemplares amenazados. "Este bicho viene del este asiático", recuerda. "No hay depredadores naturales porque los bosques de donde viene ya han desaparecido. En España está claro que entró en Motril en los años 90 como consecuencia del ‘boom’ urbanístico: los especuladores importaron palmeras datileras que venían del norte de África cuando se acabaron las de los viveros y en sus hojas venía el picudo". Y las consecuencias de aquella época de corrupción y esplendor amenazan ahora a las palmeras que vinieron de América con los emigrantes gallegos.

Más información sobre las palmeras indianas amenazadas en: Morriña de Cuba, proyecto Palmera

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