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Ciencia

Sobre las herramientas que nos ayudaron a hablar

Esquema de los experimentos realizados en el estudio

Las herramientas más antiguas fabricadas por homínidos se han encontrado en la Garganta de Olduvai, en Tanzania, y tienen una antigüedad de más de 2,5 millones de años. Durante generaciones y generaciones, la manera de fabricar estos objetos sufrió muy pocos cambios y se conoce a esta escuela como olduvayense, pero en algún momento de la historia, unos 700.000 años después, los objetos se hicieron más sofisticados.

Los autores creen que las primeras herramientas se construyeron mediante mera imitación

El papel que tuvo la fabricación de herramientas en el desarrollo del lenguaje ha sido ampliamente discutido por los antropólogos. La cuestión es si la necesidad de comunicar el arte de fabricar objetos pudo ser un motor para que los primeros humanos intercambiaran gruñidos primero y palabras después. El equipo de Natalie Uomini, Thomas Morgan y Kevin Laland ha querido hacer su contribución y presenta esta semana el resultado de una serie de experimentos con humanos actuales que les lleva a concluir que la transmisión por gestos es mucho menos eficiente y que el resultado - en ausencia de lenguaje- es similar al que se encuentra en la industria olduvayense.

El trabajo, publicado en Nature Communications, requirió la participación de 184 voluntarios a los que pusieron a fabricar herramientas de piedra en diferentes condiciones y que produjeron un total de 6.000 piezas que fueron cuidadosamente pesadas y analizadas. El resultado, según los investigadores, es que hay muy pocas evidencias de que la imitación/emulación mejore la transmisión de conocimientos, lo que les lleva a extrapolar y concluir que este procedimiento debió de ser el que emplearon los primeros fabricantes de herramientas y que en la industria achelense probablemente ya se desarrolló un protolenguaje.

Las investigaciones en Atapuerca indican que ya existía la capacidad para hablar hace medio millón de años.

"El debate está entre quienes opinan que la complejidad que requiere la talla de la piedra no puede aprenderse por simple imitación y requiere la aparición del proceso de enseñanza/aprendizaje característico de nuestra especie", explica el prestigioso paleontólogo Ignacio Martínez a Next. "Si esto fuera cierto, estoy seguro de que ello habría determinado la promoción evolutiva del lenguaje humano". "Sin embargo", prosigue, "hay otros autores que sí creen que el conocimiento de la talla de la piedra puede adquirirse por mera imitación, lo que no haría necesaria la existencia del mecanismo de enseñanza/aprendizaje ni, por tanto, de lenguaje". Martínez no tiene una opinión formada al respecto, aunque simpatiza con la primera de las posturas que relaciona la talla de la piedra con el lenguaje.

Por otra parte, añade, también hay investigadores que, desde el campo de la Paleontología, piensan que el lenguaje es un atributo exclusivo de nuestra especie (Homo sapiens) lo que alejaría su origen del de la talla de la piedra. Sin embargo, esta postura, que fue mayoritaria hasta hace algo más de una década, hoy es minoritaria. "Nuestras propias investigaciones sobre el origen del lenguaje, a partir de los fósiles de la Sima de los Huesos (Atapuerca) sugieren que los humanos de hace medio millón de años ya hablaban", asevera, "lo que indicaría que el lenguaje no es exclusivo de nuestra especie y que su origen es muy antiguo, lo que es compatible con que dicho origen estuviera relacionado con el comienzo de la talla de la piedra".

Una propuesta española indica que la clave estuvo en la capacidad de transmitir la idea de positivo y negativo.

Para Martínez, la aportación del estudio no deja de ser una obviedad. "La conclusión de que la enseñanza mejora la eficiencia en la talla de la piedra frente a la mera imitación era un resultado absolutamente predecible antes de empezar el experimento", explica. En su opinión, la propuesta de los españoles Laureano Castro y Miguel Toro publicada en PNAS hace unos años  tiene más sentido. "Ésa sí si me parece una gran aportación a este tema del aprendizaje/enseñanza/origen del lenguaje", argumenta.  "En el estudio se establecía la ventaja selectiva del sistema de enseñanza/aprendizaje más sencillo posible, al que los autores denominan sistema del Assessor.

La idea central de esta tesis es que más allá del uso de herramientas, la clave pudo estar en la capacidad de los primeros humanos paran determinar, y expresar, si algo estaba bien o mal. "Los homínidos desarrollaron la capacidad conceptual de categorizar la conducta propia en términos de valor ¿positiva o negativa, buena o mala?", escriben. Y esta capacidad les permitió aprobar o desaprobar las conductas que aprendían sus hijos, de modo que esta ventaja adaptativa favorecía el aprendizaje y la transmisión de información, hasta el punto de ejercer una presión de selección en favor del desarrollo del lenguaje.

Referencias: Experimental evidence for the co-evolution of hominin tool-making teaching and language (Nature Communications) DOI: 10.1038/ncomms7029 | The evolution of culture: From primate social learning to human culture (PNAS)

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