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Vigalondo: "Los piratas se representan como un mundo heterosexual y no fue así"

Quince años después de su debut con ‘Los cronocrímenes’, el realizador cántabro se estrena en un gran estudio de Hollywood como director de tres capítulos de ‘Nuestra bandera significa muerte’, una lujosa y desdenfadada series de piratas

Nacho Vigalondo estrena serie de piratas 'queer'

Rodar con mascarilla y en inglés con acento neozelandés ha sido todo un reto para Nacho Vigalondo (Cabezón de la Sal, Cantabria, 1977), realizador que se atreve con todo siempre que sea divertido, como demuestra en series como esta, toda una producción Warner rodada en Los Ángeles, de diez episodios, que llega a HBO Max y que revisita el género ‘de piratas’ adaptándolo a las nuevas realidades. Protagoniza un caballero inglés (Rhys Darby) que decide cambiar la corte por un barco sin ley ni rey. Vigalondo recibe a este periodista de Vozpópuli muchos años después de compartir copas y charlas en locales de Malasaña. “Ya no salgo de casa, así que no sé cómo estará el ambiente pero alucino con lo que me dices que hay colas todos los días para pillar un sitio en una terraza”, ríe recordando tiempos pasados.

Pregunta: Sé que es una pregunta tópica, pero es imprescindible para un realizador español que estrena una ficción extranjera, ¿Cómo te llega el proyecto?

Respuesta: La pregunta tópica nunca tiene una buena respuesta porque esta nunca es original. En mi caso, no tengo una historia tipo ‘estaba yo caminando por el puerto de El Sardinero a las cinco de la mañana con el corazón roto y de repente una luz del cielo…’. No, me llamó mi agente en EE.UU y me ofreció el proyecto y yo acepté cuando leí los guiones. Estaba entre las dos temporadas de Los felices 20 y por supuesto dije que sí porque era algo muy complejo y eso me encanta. Si otro director te cuenta una historia muy bonita de inspiración personal, no dudes ni por un segundo que te está mintiendo. Orson Welles era un especialista en eso.

P: Para eso está la experiencia.

R: Exacto. Te confieso que me dio mucha pereza a priori porque el modelo de ficción de piratas es el que todos tenemos en mente. Pero cuando leí la historia de amor me dije que era algo totalmente nuevo y acepté. La trama principal es muy queer y eso no se había contado nunca.

Es mejor el síndrome del estafador que el del impostor

P: ¿Te entendiste bien con todo el personal técnico y artístico del estudio estadounidense de Warner donde se rodó la serie?

R: El miedo a que no te entiendan siempre está ahí. Por ejemplo, no me atrevo a escribir los guiones en inglés, lo hace un traductor de confianza. Pero es la cuarta vez que trabajo en EE.UU. y me aplico el gran truco: coger el ‘síndrome del impostor’, meterlo en un cajón, y cambiarlo por ‘el síndrome del estafador’. Es decir, ‘no sé hacer lo que me están pidiendo pero no se van a enterar’. Es un truco psicológico para tirar para adelante. Pero te aseguro que ha sido mi rodaje más difícil porque he pagado el esfuerzo de hacerme entender con mascarilla y ese acento neozelandés. Al final de cada día me apagaba totalmente.

P: Taika Waititi es otro de los directores y además produce y se reserva el papel estrella, el fantasmal Barbanegra.

R: Le admiro mucho, tanto sus películas Jojo Rabbit y Lo que hacemos en las sombras, filme y serie. Al principio pensé que Nuestra bandera… iba a tener ese estilo de reality pero es más una película, así que mi parte cinéfila está muy a gusto.

P: Waititi tiene una personalidad muy marcada como creador.

R: Sí, pero no creo que nuestro trabajo deba ser ‘muy creativo’ o ‘muy personal’. No es tan importante, pero cuando disfrutas al final se nota tu personalidad. Y si es rutinario también se notará. No creo que haya que sufrir en los rodajes. Por ejemplo, James Cameron ha hecho obras maestras pero sus rodajes eran películas de terror, solo hay que ver sus making of.

P: ¿Nunca lo has pasado mal en tu trabajo?

R: Siempre he tenido suerte. Sí lo he sufrido con los tiempos, completando cosas en un día cuando se deberían hacer en tres. Creo que la vida me debe un rodaje relajado pero si no ha llegado ya no va a llegar nunca. En este caso era solo una semana y media por capítulo, lo que era un poco loco porque hay mucha acción. Lo maravilloso es que utilizamos la pantalla ‘mandaloriana’ (risas) o el movimiento de cámara sincronizado con los fondos. Se llama técnicamente stagecraft [de Industrial Light & Magic] y se empezó a utilizar en la serie The Mandalorian, hace nada. Tuvimos el mismo equipo. Es mucho mejor que la típica pantalla verde. Lo más importante es que la luz del plató es la del plano final. Cuando salía del estudio para ir al baño era como una sensación de salir de un after, con toda la luz en la cara (más risas). He estado enamorado de la técnica por primera vez en mi vida.

P: ¿Puede definirse tu serie como un cruce entre Master & Commander y Monty Python?

R: Te la devuelvo, y esto sale de una conversación que tuve con el showrunner David Jenkins: la serie es un homenaje a Blackadder The Third (La víbora negra), de 1987’. Creo que el espíritu de Rowan Atkinson está ahí, sobre todo con su protagonista, Rhys Darby. Pero todo adaptado al siglo XXI.

P: Están todas las razas, sexos y situaciones.

R: El mundo de los piratas siempre se ha representado como un mundo heterosexual y no era así. Esta serie también responde a eso.

P: Otro trabajo añadido…
R: Tengo alergia al tiempo libre. Está bien en pequeñas dosis y me encantan los fines de semana pero más tiempo me parece un aburrimiento. Hacer lo que yo hago es un placer.

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