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Cultura

El timo silencioso de YouTube

A comienzos de septiembre, la edición digital de Rolling Stone publicó un artículo denunciando el sistema Trueview de Youtube, que ha permitido durante años comprar visitas a los vídeos musicales. Esta práctica distorsiona la libre competencia y cuestiona la fiabilidad de YouTube con herramienta para medir los éxitos pop. ¿Cómo ha venido funcionando el sistema? Mediante la compra de anuncios en los clips de otros artistas, computables como visitas en el caso de que el usuario permanezca más de cinco segundos. De este modo se aumentaban las cifras de canciones donde el usuario no había pinchado, interpretadas por artistas en los que podía no estar interesado.

Adrián Vogel, exejecutivo discográfico español, que trabajó para CBS en Nueva York, aporta algunos antecedentes: “Ya conocíamos varias manipulaciones en las estadísticas del canal de vídeos por excelencia. Por ejemplo, los clubes de fans de hoy hinchan las cifras a base de clics continuos, como antaño llamaban a las emisoras de radio pidiendo las canciones de sus ídolos. Otra distorsión son las empresas de marketing digital, a quienes las discográficas contratan para que monten campañas de ‘likes’, acciones virales y, por supuesto, para que mejoren tu tráfico de visitas en YouTube y de escuchas en las plataformas de streaming. Lo hacen desde sus ‘granjas’ diseñadas para este tipo de trabajos”, señala. La manipulación permitida por Trueview no se conocía hasta este mes.

Universal y Sony hicieron inversiones de entre 20.000 y 100.000 dólares en sus vídeoclips, por las que se podían obtener hasta 12 millones de visitas

Rolling Stone pudo confirmar que el vacío legal fue intensamente aprovechado por las multinacionales. “Tres fuentes de la industria coinciden en que Universal Latin y las divisiones latinas de Sony invirtieron agresivamente para promocionar nuevos vídeos de sus artistas. Ambas compañías gastaron entre 20.000 y 60.000 dólares en las primeras 24 horas, incluso 100.000 dólares en casos extremos. En determinadas circunstancias, esto se podía traducir en 12 millones de visitas adicionales para una canción”, denuncian. Ambas compañías discográficas se negaron a dar su versión sobre este fraude pop.

Crecimientos explosivos

La alusión a las 24 primeras horas es muy relevante. Es en ese periodo de tiempo cuando las discográficas concentraban los anuncios. Esto permite crear un efecto explosivo que se contagia a los medios de comunicación. Si un artista alcanza un millón de visitas en su primer día es probable que los portales digitales hagan de esto una noticia, multiplicando exponencialmente el efecto, ya que el vídeo está incluido en el texto y muchos lectores pinchan. Antes la promoción más importante era la primera semana, para entrar fuerte en las listas de venta en tiendas, pero Internet había acelerado el proceso hasta centrarse en el primer día. Además un crecimiento rápido de visitas te coloca en mejor lugar en el algoritmo de YouTube, reforzando el efecto multiplicador.

YouTube reconoce de manera implícita las acusaciones y ha introducido cambios para 'mantener la credibilidad'

Desde el departamento de prensa de YouTube responden con un comunicado corporativo. Allí se reconoce, de manera implícita, que el sistema no era fiable y por eso han tenido que introducir cambios para "mantener la credibilidad". Este es el fragmento más interesante: “Hemos hecho algunas modificaciones muy necesarias en la metodología con la que medimos cuáles son los vídeos más vistos en 24 horas (…) Las reproducciones en YouTube que deriven de publicidad de pago ya no se tendrán en cuenta a la hora de calcular los vídeos más vistos en las primeras 24 horas”, anuncian. La medida no tiene efectos retroactivos. “Estos cambios no afectarán a los actuales récords de vídeos más vistos en las primeras 24 horas en YouTube”, precisan. Quién pago no sufrirá ningún retroceso en clics.

YouTube siempre gana

La principal beneficiaria de esta práctica era la propia YouTube. La compañía ha sido criticada por lo poco que paga a los artistas por cada visita, unos 0,00074 dólares, según un reciente estudio de Digital Music News. Cuando un artista invertía 50.000 euros en un videoclip y 30.000 en anuncios de Trueview necesitaba 110 millones de clics solamente para no perder dinero. Lo más probable es que con esa estrategia no pasase a los cinco o seis millones. El truco servía más como plan de promoción que de ingresos.

El abanico de artistas que invirtieron agresivamente en esta estrategia van desde la superestrella global Taylor Swift hasta el rapero indio Badshah, pasando por la banda de pop coreano BlackPink

Trueview estaba diseñado para tener impacto global, ya que adaptaba los precios de las campañas a los de cada país. Resultaba más potente en el mercado latino porque los pagos eran más baratos en los países al sur de Estados Unidos. El abanico de artistas que invirtieron agresivamente en esta estrategia van desde la superestrella global Taylor Swift hasta el rapero indio Badshah, pasando por la banda de pop coreano BlackPink, según desveló Bloomberg.

Los principales afectados, por supuesto, son los millones de artistas sin capacidad para comprar anuncios en Youtube. Debido a esas prácticas, perdieron visibilidad y oportunidades. Un ejemplo podría ser Ricardo Laullón, más conocido como Nega, la mitad del grupo de hip-hop valenciano Los Chicos del Maíz. “Antiguamente las grandes discográficas compraban mogollón de sus propios discos de una tacada que quedaban abandonados en almacenes, para así subir en la lista de ventas de discos físicos. Estamos ante la misma estrategia, adaptada a las nuevas tecnologías: comprar tus propios discos, a fin de cuentas. ‘Tú vendes porque tú mismo te compras tus propios discos’, rimaba Residente”, recuerda. La frase pertenece a la canción ‘Calma pueblo’ (2010) sobre el soborno de Sony a emisoras de radio, pero podría aplicarse perfectamente a este timo silencioso de YouTube.

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