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Cultura

'Supersonic': el cóctel de drogas y ego que cavó la tumba de Oasis

El tráiler de Supersonic, la película sobre Oasis de Matt Whitecross

La relación entre Noel y Liam Gallagher, dos hermanos que crecieron en Burnage, un barrio obrero de Manchester, fue la clave del éxito pero también de la destrucción de Oasis, la emblemática banda británica que pasó de ser una simple promesa a una de las mayores referencias del mundo del rock en tres meteóricos años. En el nexo entre el primero, el "porrero y solitario" hermano mayor, con el segundo, a quien cualquiera con una guitarra en mano le parecía "rarito" y solo le importaba "molar un huevo", profundiza Supersonic, el documental dirigido por el cineasta británico Mat Whitecross que ha conseguido reunir a los polémicos músicos de nuevo en torno a un mismo proyecto.

Producido por James Gay Rees y Asif Kapadia, ganadores del Óscar por Amy, el largometraje ha llegado este fin de semana a las salas de cine españolas para trasladar a los espectadores a los orígenes del grupo en 1991, cuando se daban a conocer como The Rain y ensayaban en el sótano del Boardwalk, un centro de conciertos ubicado en la calle Little Peter de su ciudad natal. Querían acabar con la música "McDonald's" que sonaba en las emisoras del país, así que formaron un quinteto en el que Noel componía las letras y tocaba la guitarra, Liam las cantaba y sus "colegas" Paul Arthurs, Paul Guigsy McGuigan y Tony McCarroll se encargaban de guitarra, bajo y batería, respectivamente. Como estaban "perdidos en medio de la nada" y el nombre 'Oasis' aparecía por todas partes -es una compañía de taxis en Manchester; una cadena de ropa para mujeres y un restaurante local de comida india- decidieron apropiárselo.

Una noche de mayo de 1993, cinco chicos con pinta de 'mods' consiguieron colarse en un pub de Glasgow

Una noche de mayo de 1993, gracias a su amiga Debbie, miembro de un grupo llamado Sisters Lovers, los cinco chicos ingleses con pinta de mods consiguieron colarse en el King Tut’s Wah Wah Hut, un pub de Glasgow para tocar junto a otras bandas. Y allí estaba Alan McGee, un escocés con pinta de nerd al que le apasionaba el punk y que había fundado Creation Records, una compañía discográfica. Esa misma noche Oasis firmó su primer contrato con McGee y comenzó el despegue a su época dorada. Ese mismo año lanzaron su primer single, Supersonic, y su gran acogida no tardaría en reflejarse en los titulares de los periódicos británicos y en las tertulias de radio.

Años dorados

A lo largo del documental, cada componente del grupo, además de otros profesionales de la industria que trabajaron con ellos, reflexiona sobre los mejores años de su carrera sin esconder sus miserias. Un cóctel de celos, ego, drogas y broncas empujó al grupo a explotar como una supernova, pero también les hacía menos aburridos según el menor de los hermanos.

"¿Cómo íbamos a irnos a dormir a las 22 después de un concierto con 21 años? ¡Teníamos que vivir a tope!", defiende Liam. Una filosofía escupida en cada entrevista y que llevó a algunas cadenas hoteleras a vetar su entrada. La parte sentimental del documental gira alrededor de la historia familiar de los Gallagher. Mientras que su madre, Peggy, sale muy bien parada; el padre, Thomas, es acusado de malos tratos.

En definitiva, Supersonic es un collage de materiales de la BBC, MTV y otras cadenas con dosis de animación sobre un grupo que llegó a tocar el cielo pero se desvaneció por las peleas entre dos hermanos que no se soportaban. Noel, el "gato", y Liam, el "perro", solo coinciden en algo: "Al final de todo esto, solo quedarán las canciones".

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