Cultura

¿Sobra gente en el mundo? Nuevas guerras maltusianas entre latidos de fetos y extinción ecologista voluntaria

La población mundial acaba de superar los 8.000 millones de personas, se estima que para 2100 se hayan superado los 10.000 millones de seres humanos

gente en la calle
Imagen de archivo de una calle de Barcelona.

Durante esta semana, se volvió a viralizar la intervención en el Foro de Davos de 2020 de la prestigiosa primatóloga y conservacionista Jane Goodall acerca de la necesidad de reducir la población humana para combatir la crisis climática. La científica sostenía que existen más personas en el mundo que recursos en el planeta. También dijo que la educación y la planificación familiar son importantes para controlar el crecimiento de la población y proteger el medio ambiente.

En su informe de 2022, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) recogieron que "el PIB per cápita y el crecimiento de la población han seguido siendo los principales impulsores de las emisiones de CO2 de la quema de combustibles fósiles durante la última década".

Sobre este tema, este martes el empresario dueño de Tesla y Twitter, Elon Musk, criticó una publicación de Davos de 2018 que sostenía la idea de que un mundo superpoblado es uno de los principales riesgos para el clima. "¡El colapso de la población es un problema existencial para la humanidad, no la superpoblación!", tuiteó el empresario.

Nuevas guerras maltusianas

Estos debates no dejan de ser una derivada de las teorías maltusianas sobre la capacidad del planeta de ofrecer recursos a los humanos. Actualmente, para los movimientos ecologistas el riesgo de un posible colapso no viene tanto por la insuficiente capacidad para generar recursos, sino por el deterioro climático generado para mantener esta superpoblación. En los últimos años, hemos podido leer multitud de reportajes sobre parejas que optaban por no tener hijos para no contribuir con la debacle medioambiental. En 1980, el estadounidense Les Night fundó el Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria, un grupo muy minoritario de personas que considera que lo que mejor puede hacer la especie humana para conservar el planeta es desaparecer. “Vivir mucho tiempo hasta desaparecer”, es el lema de Night que a los 25 años se realizó una vasectomía y que insiste en la voluntariedad de su movimiento, mostrándose en contra de imponer políticas de control de la natalidad. 

El fomento de la natalidad es una de las banderas que partidos y sectores conservadores de países occidentales han ondeado con fuerza durante los últimos años. Algunos de estos posicionamientos combinan medidas para fomentar la natalidad con propuestas para restringir la inmigración, en poblaciones que, como la española, claramente necesitan gente joven para revertir la cada vez más envejecida pirámide poblacional.

En los casos más extremos vinculan la caída de nacimientos con la inmigración en una teoría conspiranoica, que concluye que todo forma parte de un supuesto plan de las “elites” para reemplazar a la población "europea originaria". Para rematar la función, partidos ultraderechistas presentan protocolos como el del chantaje psicológico con melodía de latido fetal que Vox quiere aplicar a las mujeres que quieran abortar. Medidas que no dejan de ser pasos en la dirección de recuperar elementos de un estado confesional.

¿Cómo crece la población en el mundo?

Sintetizando en exceso, la tónica general es que cuanto más desarrollado es un país, y más igualdad de género hay, menos hijos se tienen. En la actualidad, la tasa de fertilidad promedio mundial es de alrededor de 2,3 hijos por mujer. En los últimos 50 años, la tasa mundial de fecundidad se ha reducido a la mitad. En la era premoderna, dicho número se situaba entre los 4,5 a 7 hijos por mujer, pero la población crecía muy lentamente por las altas tasas de mortalidad, según recoge la web especializada Our World in Data.

Tras la Segunda Guerra Mundial, las mejoras en la sanidad y alimentación aumentaron la esperanza de vida como nunca antes había visto el ser humano. En el año 1963 se alcanzó el último pico máximo en la tasa de fertilidad mundial con 5,3 hijos por mujer, con el extra de que desde ese momento llegarían a la edad adulta la mayoría de ellos, produciéndose los famosos 'baby booms'. Desde aquel pico, en 1963, se produjo un progresivo descenso en la tasa de fertilidad. Son tres los motivos principales que explican la drástica reducción: el empoderamiento de la mujer (aumento de estudios superiores y entrada al mercado laboral), la disminución de la mortalidad infantil y el aumento del costo de criar a los hijos. 

Actualmente, la tasa se sitúa por debajo de 2,5 hijos por mujer, en números globales. Pero hay importantes diferencias regionales entre continentes. En África alcanza 4,3 hijos por mujer; Asia 1,94: la región de Latinoamérica y Caribe 1,86; Europa 1,48; y España 1,28. África cuenta con alrededor del 18% de la población mundial; para el año 2100 se prevé que aumente al 38%. Asia sufrirá una caída significativa, de casi el 60% que presenta en la actualidad a suponer un 45% en 2100. Se estima que a comienzos del siglo XXII, más de 8 de cada 10 personas en el mundo vivirán en Asia o África, según los datos recogidos por la citada web.

Con cada nuevo hito en las marcas de población mundial se derriban los augurios maltusianos del colapso global. La ONU estima que el crecimiento poblacional se detendrá a finales de siglo, cuando se superen los 10.000 millones de personas. John Wilmoth, director del departamento de población de Naciones Unidas, señaló en una entrevista a The New York Times, que centrarse en reducir la población como una de las medidas para frenar el cambio climático, distrae de lo verdaderamente importante: abandonar los combustibles fósiles y usar los recursos de una manera más eficiente.

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