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Cultura

Concha Velasco hace doblete: Premio Ondas y Goya de Honor 2013

Más de 80 películas, una treintena de obras de teatro, series, programas de televisión y una docena de discos que forman parte del imaginario español comparten un poderoso rasgo común: el rostro y la voz de la "chica ye-ye" por excelencia, Concha Velasco, que  ha sido designada como Goya de Honor 2013. Vallisoletana de nacimiento, la actriz debutó en cine en 1954 con La reina mora, alcanzó su consagración profesional con Las chicas de la Cruz Roja (1958), uno de los títulos míticos de su filmografía junto al El día de los enamorados (1959), Los tramposos (1959) e Historias de la televisión (1965).

Su carrera no solo se ha ceñido a la comedia, género en el que ha trabajado con asiduidad a las órdenes de reputados realizadores como Mariano Ozores, José Luis Sáenz de Heredia o Pedro Lazaga. Suyos son también dramas como Tormento (1974) o Pim, pam, pum, ¡Fuego! (1975), filme de Pedro Olea del que presume como uno de los que más satisfacción personal le han deparado.

Cuenta que no recuerda a la gente que no la llamó para trabajar, sino a los que la han contratado, a menudo tras una ardua labor de persecución por parte de la propia actriz. "No soy de las que espero en casa a que suene el teléfono, he perseguido a directores y productores cuando me he enterado de que había un papel que me gustaría hacer", ha dicho.

Así ha conseguido trabajar junto a los más grandes, como Mario Camus, en La colmena (1982); David Trueba, en Bienvenido a casa (2005) o Luis García Berlanga, quien siempre reconoció su obsesión por las piernas de la actriz, a la que dirigió este mítico realizador en su última película, París Tombuctú (1999).

Junto a ellos, el nombre de Velasco estará unido también a una larga nómina de actores con los que formó algunas de las grandes parejas del cine español: Alfredo Landa, José Luis López Vázquez, Antonio Ozores o Tony Leblanc ("un amigo al que le debo todo", ha dicho de él). De sus cinco películas junto al cantante Manolo Escobar, por ejemplo, ha dicho que están "a la altura de las que hizo Katherine Hepburn con Spencer Tracy".

"Su gran versatilidad interpretativa y su enorme capacidad de trabajo", valores por los que ha sido premiada con el Goya de Honor, la llevaron más allá de los platós, desarrollando también una prolífica carrera sobre las tablas. Ahí están Filomena Marturano, Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?, La truhana, Don Juan Tenorio, Inés desabrochada, La vida por delante, y Concha, yo lo que quiero es bailar, obra que relata sus 50 años de carrera y representa actualmente en Madrid, bajo la dirección de José María Pou.

En el mundo de la canción, con discos como Perdida (1966), Soy como soy (1981) o Mamá quiero ser artista (1986), su voz siempre irá unida a ese tema que lleva casi 50 años sonando en fiestas y trascendiendo generaciones, "La chica ye-ye". La pequeña pantalla se ha amoldado también al gran carisma de Velasco, donde igual ha presentado programas como Cine de barrio, que actualmente conduce, como ha participado en series en las que ha dejado su sello, véase "Teresa de Jesús" -otro de sus trabajos fetiche-, "Herederos" o "Gran hotel", que emite en estos momentos Antena 3.

"Tengo muchos premios, pero me falta el Goya", dijo en una entrevista concedida en 2010. Sus deseos han sido escuchados y en la ceremonia de entrega de 2013 se le concederá el Premio de Honor, después de haber sido nominada en dos ocasiones: como mejor actriz de reparto por Esquilache (1989), y como mejor actriz protagonista por Más allá del jardín (1996). Ahora, al Goya de Honor,  Velasco podrá sumar el premio Ondas a la mejor actriz de televisión por su papel en la serie Gran Hotel, de la cadena Antena 3.

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