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Cultura

La historia maldita que Fernán Gómez estrenó a escondidas

Fotograma de 'El mundo sigue'

La censura en el franquismo, paradójicamente, dio grandes frutos en el cine español. Durante años, los grandes creadores tuvieron que ingeniárselas para contar historias con las que no resultaran demasiado obvios ni irreverentes, al tiempo que buscaron la manera de no molestar para poder llegar a salvo al estreno y, en el caso en el que hubiera menciones o críticas más o menos explícitas, notables o que de ninguna manera pasaban desapercibidas, la comedia y el tono ligero tenía que rebajar el estilo rotundo o serio. Si se cruzaba alguno de estos límites, la película, o bien quedaba relegada al silencio, o estaba condenada a pasar desapercibida con un estreno poco lucido, escondido o casi clandestino, tal y como le ocurrió en 1965 a Fernando Fernán Gómez con 'El mundo sigue', considerada una de las grandes películas del cine español.

El novelista, dramaturgo, actor y director de cine retrató en esta película la vida de un barrio modesto de Madrid, el distrito de Maravillas -que actualmente se conoce como Malasaña, epicentro de la movida de los 80-, a partir de la crónica de una familia. En esencia, estos mimbres le sirvieron a Fernán Gómez para lanzar dardos contra la miseria moral del momento, al atreverse a abordar algunos temas que entonces estaban considerados tabú, como eran la pobreza, la miseria, el adulterio, la diferencia de clases, la prostitución, las adicciones, la violencia machista o el aborto.

Fotograma de 'El mundo sigue'

Fotograma de 'El mundo sigue'

Este "fresco", tan lúcido y fiel a la sociedad del momento, protagonizado por Lina Canalejas, Gemma Cuervo, Milagros Leal, Agustín González y el propio director, fue en un primer momento prohibido por la censura, pero más tarde, cuando Manuel Fraga Iribarne se convirtió en ministro de Información y Turismo, se levantó el veto a esta película, aunque contó con la calificación más baja para no optar a subvenciones y tuvo un estreno deslucido el 10 de julio de 1965 en el cine Buenos Aires de Bilbao. Este recorrido, como el de muchas otras películas que han quedado en el olvido, no terminó ahí, puesto que la distribuidora A Contracorriente Films decidió rescatarla y restaurarla para darle un merecido reestreno en 2015, medio siglo después de que viera la luz por primera vez. Ahora, el portal de cine FlixOlé la incluye en su catálogo y pone así a disposición del espectador una de las películas más modernas, atemporales e imprescindibles del cine español.

Microcosmos de odios y rencores

'El mundo sigue', adaptación de la novela homónima que el académico Juan Antonio Zunzunegui publicó en 1960, narra la vida de Eloísa, una madre y esposa que vive con su marido, un guardia municipal autoritario. La pareja tiene un hijo, un beato que ha salido del seminario antes de convertirse en sacerdote que reza para expiar los pecados familiares, y dos hijas obsesionadas con la riqueza que sienten un fuerte odio entre ellas. Probablemente, uno de los aspectos que más cabreó a las autoridades del momento fue que Fernán Gómez mostrara a la familia como un microcosmos de odios y rencores, algo que contrastaba con la idea franquista del núcleo familiar como creador de valores humanos.

El director Fernando Trueba señaló que 'El mundo sigue' fue "feroz" en su retrato de la "miseria moral" de la época y que cuenta a su vez con los mejores "planos documentales de Madrid"

Las pocas personas que tuvieron entonces la oportunidad de ver esta película la calificaron de obra maestra del cine español, a la altura de otros grandes títulos como 'El verdugo' (1963), de Luis García Berlanga, o 'El espíritu de la colmena' (1973), de Víctor Erice. Tal y como señaló el cineasta Fernando Trueba durante la presentación del reestreno, en 2015, a pesar de tratarse de una película sobre una familia, es una cinta "muy política" que supuso una obra "feroz" y, a su juicio, la que mejor retrató la "miseria moral" de la época, al tiempo que se encuentra, en su opinión, entre las películas más "feministas". Al margen de todas las implicaciones morales, 'El mundo sigue' cuenta, para Trueba, con los mejores "planos documentales de Madrid".

En esa misma presentación, el actor José Sacristán, quien trabajó con Fernán Gómez en 'El viaje a ninguna parte' (1986), destacó la "lucidez" y el "rigor" de la realidad, que mostró en unos personajes "grotescos", mientras que la actriz Gemma Cuervo, una de las protagonistas del filme, puso de relieve el fiel retrato de una España que sufría.

En 1965, Fernando Fernán Gómez cumplía 25 años en el cine, como actor y director de prestigio, y el guion de 'El mundo sigue' era un empeño personal que pretendía mostrar una cara oculta de la capital, encerrada entre las ansias por crecer y prosperar y las miserias presentes de un pasado reciente. La hipocresía de las relaciones sociales del momento o el despojamiento de lo bello para mostrar una cara más real son otros de los logros de esta película, que ha dejado de ser un secreto almacenado en copias deterioradas para poder recibir la atención que merece.

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