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Cultura

'Men': la perturbadora apuesta de Alex Garland para superar el trauma

Llega a los cines la nueva película de el director de 'Ex Machina', tras su paso por Cannes

Fotograma de ´Men´
Vertice

Perturbadora, angustiosa, inquietante, apabullante y también bella. El cineasta Alex Garland es especialista en estremecer, tal y como lo ha demostrado en su faceta de director, desde su debut con Ex Machina y también de guionista (28 semanas después), y vuelve a invitar al espectador a caer en sus redes en Men, un terrorífico recorrido por el trauma de una mujer que presentó en pasado mes de mayo en el Festival de Cannes, donde un año antes la francesa Julia Ducournau se alzó con la Palma de Oro con su thriller fantástico Titane.

Si bien Ducournau convenció al jurado con una apuesta alejada de lo que se suele ver en la Croisette, que provocó incluso vómitos y desmayos entre los espectadores y en la que se animó a derribar etiquetas y géneros, Garland elige otro asunto de la agenda como es el #Me Too y propone una mirada a la violencia contra las mujeres, el machismo en todas sus facetas a partir de una historia sencilla en su puesta en escena y más ambigua en su final.

La actriz Jessie Buckley protagoniza esta cinta, en la que interpreta a Harper, una mujer que llega a una agradable casa de la campiña inglesa para descansar y huir de la desagradable experiencia vivida junto a su exmarido. Allí es recibida por el casero, un hombre de campo peculiar y un tanto extraño. En aquel bucólico lugar se topará con un hombre desagradable que intenta acosarla, y también con un policía, un camarero y unos vecinos que tienen demasiadas cosas en común.

Garland recurre a la memoria de su protagonista para mostrar al espectador las diversas capas de la historia pasada, que irá desgranando a medida que avanza la película, de forma que el espectador podrá conocer el trauma que vive Harper. Su encuentro con el lugar de descanso elegido está lleno de imágenes bellas y cautivadoras que más tarde contrastan con el infierno en el que se convierte este paraje.

Si la actuación de Jessie Buckley es brillante, no lo es menos el trabajo de Rory Kinnear, que da vida a absolutamente todos los varones con los que la protagonista se topa en este pueblo de ensueño, en un guiño del cineasta por mostrar que no todos los hombres son iguales, pero sí los portadores de la llamada masculinidad tóxica. El rostro de Kinnear resultará a muchos conocido, especialmente por haber protagonizado el inolvidable primer capítulo de la serie distópica británica Black Mirror.

Men: a los amantes del terror

La primera parte de la película es un despliegue de belleza y lirismo, en la que Garland va desplegando lento pero sin pausa varios elementos que preparan al espectador para la tensión, que no hace su aparición hasta los primeros veinte minutos. A partir de entonces, la película parece crecer, pero llega un punto de ensimismamiento del que no consigue escapar y todo lo bueno que prometía se diluye en una historia que no parece dar para mucho más, según esta redactora de Vozpópuli.

Frente al gran arranque que consigue Garland con Men, apabullante en imágenes, sonido y belleza, la película se desinfla a medida que avanza y finalmente parece tan solo una cinta hecha para los amantes del género de terror. Uno tiene la sensación de que Garland ha perdido una buena oportunidad para abrirse a un público general -motivo por el que probablemente no convenció en líneas generales a la crítica en Cannes-.

Sin embargo, es justo reconocer la originalidad del director, capaz de equilibrar el terror con el trauma y sacar a la luz un asunto tan recurrente en los últimos tiempos como es el machismo, sin caer en un cine de corte más social o panfletario. Precisamente, si de algo puede presumir Men es de haber cautivado a los amantes del cine fantástico y de haber dirigido una película que con el tiempo no se sentirá lejana.

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