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Cultura

'El fogonero' de Kafka, ilustrado

"Al entrar en el puerto de Nueva York a bordo de un barco que se iba deteniendo,  Romann, un joven de diecisiete años al que sus padres pobres habían enviado a América por tener un hijo con una criada que lo había seducido, creyó ver la Estatua de la diosa Libertad, que divisaba desde hacía un buen rato, como si estuviera dentro de un rayo de sol que fulgurara de repente". Así comienza El fogonero, texto que se publicó como libro independiente en 1913 y terminó convirtiéndose en el primer capítulo  de El desaparecido, la novela inacabada de Franz Kafka que Max Brod tituló America cuando se editó en 1927.

Este relato, magníficamente ilustrado por el dibujante catalán Max, aparece nuevamente en las librerías gracias a la editorial Nórdica, que ha creado una primorosa edición de un texto que contiene elementos característicos de la narrativa kafkiana y que narra justamente la historia de alguien que, aunque lo crea, no controla su propia vida. Romman, el joven que llega a Nueva York, la tierra prometida, viendo en ella un nuevo inicio para su vida, se topa en el camino con nuevas situaciones. Justo al llegar la hora del desembarco,  conoce por casualidad a uno de los fogoneros, que le cuenta su penosa situación, y movido por su gran corazón, decide interceder por él ante la capitanía del barco.

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Como en la mayoría de los textos de Kafka, sus personajes están a merced de algo mayor. Predomina el ambiente onírico y una atmósfera cargada y opresiva en la que deambulan los protagonistas, siempre forzados a enfrentarse a una autoridad que no comprenden y que muchas veces resulta poco halagüeña.

De acuerdo con los estudios, esta novelacomenzó a escribirla Kafka en 1911 pero se detuivo en 1912, por lo que quedó inconclusa. Durante años se conoció como América, título que Max Brod escogió, pero estudios recientes han determinado que Kafka la tituló El desaparecido. Se publicó por primera vez en 1927. Desde 1982 la distribución de los capítulos y fragmentos se modificó, y la editorial Fischer publicó en alemán la edición definitiva.

La de Nórdica no es la única versión ilustrada que se ha hecho de este relato. La editorial Cálamo ha sacado también una preciosa edición con ilustraciones de Toño Benavides, quien en su trazo funde elementos del italiano Lorenzo Mattoti y Miguel Calatayud. Sus dibujos sinuosos, apenas esbozados, enmarcan el ambiente opresivo original de la historia.

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