En el mundo de los videojuegos, la originalidad es un bien muy preciado. Por ello, cuando en febrero de 2018, hace siete años, Warhorse Studios dio luz verde al lanzamiento de 'Kingdom Come: Deliverance', el universo de los RPG dio un vuelco.
A lo largo de las décadas, las diferentes generaciones de consolas han explorado periodos históricos de toda índole. Desde el lejanísimo Mesolítico, insuflado de vida con 'Far Cry Primal', a los años más destacados de la Grecia clásica, el Imperio Romano, la Francia revolucionaria, la revolución industrial o los innumerables conflictos bélicos del siglo XX.
Sin embargo, nadie le había dado una oportunidad a la Edad Media. Más en concreto, al reino de Bohemia, parte del extinto Sacro Imperio Romano Germánico. En estas tierras comienza la historia de 'Kingdom Come: Deliverance' a través de los ojos de Henry de Skalice, un humilde hijo de herrero que terminó en medio de una guerra entre los dos aspirantes al trono, Segismundo y Wenceslao.
Con un sorprendente y realista sistema de combate, la supervivencia de 'Kingdom Come: Deliverance' conquistó al público con ocho millones de unidades vendidas en todo el planeta. Pese a la polémica que suscitó sus cuantiosos problemas de rendimiento, Warhorse Studios se hizo fuerte y obtuvo la confianza para sacar, más de un lustro después, esta nueva entrega.
Una confianza, por cierto, que hizo a la compañía repartir códigos de review a los periodistas un mes antes de su lanzamiento. Señal inequívoca de que no tenían nada que ocultar, todo lo contrario, estaban deseosos de mostrar a sus potenciales compradores lo que con tanto mimo habían desarrollado.
En Vozpópuli hemos podido jugar largo y tendido, en su versión de PS5, al título durante más de 80 horas, tiempo más que suficiente para traerles este análisis donde trataremos de exponer las virtudes y defectos de las aventuras de Henry por Bohemia.
'Kingdom Come: Deliverance II' más y mejor que el original
A nivel argumental, y sin entrar en spoilers de ningún tipo, la historia continúa en el mismo punto donde terminó el primero. Es decir, con Henry y Hans Capon llevando una carta de parte de Jobst, margrave de Moravia, al castillo de Trosky, residencia de Otto von Bergow, aliado de Segismundo, con la firme intención de alcanzar un acuerdo de paz que beneficie a todo el Imperio.
Tras verse envuelto, una vez más, en problemas que lo apartarán de su objetivo de venganza, Henry tendrá que reinventarse por enésima vez para sobrevivir mientras crece en todas las facetas posibles.
Un apunte, la narrativa permite entender lo que sucede sin tener que haber completado la primera parte. Las miles de líneas de diálogo de los personajes son la viva imagen del excelso trabajo de escritura que lleva tras de sí este título.
El universo que Warhorse Studios nos presenta es vasto y lleno de posibilidades. Además, cada rincón está vivo. La hierba que se mueve al pasar por encima de ella, los centenares de hogares donde cualquier NPC te puede contar sus miserias o encomendarte tareas, y el temor a afrontar una misión de un modo violento o pacífico.
A nivel gráfico y sonoro, la mejora es notable con respecto a su predecesor, haciendo que 'Kingdom Come: Deliverance II' luzca espectacular. Se nota que Warhorse Studios ha sabido sacarle todo el jugo al motor del título, CryEngine.
Como apuesta clara por la inmersión, la secuela viene doblada enteramente al castellano, algo que te sumerge más si cabe en la historia. El nivel de los actores de doblaje y el uso del lenguaje es increíble.
La cantidad de misiones, tanto principales como secundarias, es enorme, pudiendo apartarnos de la trama en cualquier momento para perdernos en historias tan personales como estrambóticas. El sistema de combate, que es idéntico al del primero, continúa siendo tan realista como tosco, pudiendo volverse en contra de algunos jugadores con poca paciencia, a los cuales no se les podría reprochar las quejas.
Buscarás tesoros, participarás en torneos de esgrima, ayudarás a crear un gólem, investigarás una maldición bajo tierra...el nivel de originalidad y profundidad de las secundarias en 'Kingdom Come Deliverance II' es gigantesco.
Habrá que elegir bien los golpes, haciendo énfasis en aquellos que ponen al descubierto la guardia de nuestro rival. Del mismo modo, los bloqueos y contraataques vuelven a ser fundamentales para sobrevivir y no perecer a los pocos espadazos.
Los medidores de sueño, hambre, suciedad y las diferentes habilidades que se pueden mejorar han sido pulidas respecto al primero, convirtiendo su tríptico menú de pausa en un modelo más aprovechable que hace siete años. Como en 'Kingdom Come: Deliverance', la labia será un aliado imprescindible para eludir duros enfrentamientos para los que puede que no estés preparado.
De vez en cuando, el juego te soltará en misiones que pueden poner a prueba tu paciencia o devanarse los sesos. A título personal, en una secundaria, creí que necesitaba mejorar mi habilidad con la ganzúa para abrir dos cofres, lo que me llevó a pasar varias noches abriendo puertas en aldeas para subir estas skills. Finalmente, en la casa donde estaban los cofres, solo era necesario mover dos sacos para encontrar el ítem clave.
Alquimia, herrería, comercio... son tantas las mecánicas que vas a llevar a cabo que acabarás abrumado, por eso 'Kingdom Come Deliverance II' se empeña en enseñarte que no eres especial. No conseguirás nada por ser el protagonista, de hecho, todo lo contrario. Hablando de mecánicas, no os asustéis, las cerraduras son más accesibles que hace siete años.
Según pasan las horas frente a la pantalla, el juego consigue generarte cada vez más interés. El nivel de profundidad de sus misiones, lo variadas que son, el arco narrativo de decenas de personajes y lo abrumador del universo que tenemos ante nosotros provoca síndrome de Stendhal.
Es muy probable que aquellos jugadores que sintieron rechazo por la primera parte abracen con pasión esta continuación, pues Warhorse Studios ha sabido limar las asperezas que tenían. El movimiento facial de los NPC es algo a reseñar. Al margen de Henry y sus acompañantes, sorprende lo vivo que está cada uno de los rostros que nos iremos encontrando por el camino.
Para bien y para mal, 'Kingdom Come: Deliverance II' confía en la intuición y buen hacer del jugador, dejándolo vagar por Bohemia con total libertad. Especial atención para el juego de dados, del cual podremos encontrar apasionantes partidas por cada aldea donde jugarnos un puñado de groschens y varias insignias.
Hablando de lo negativo, hemos detectado un par de crasheos que nos han echado de la partida. Entendemos que al jugar la versión sin parche de salida estos detalles de rendimiento no estarán rematados. También se echa de menos más rapidez en los tiempos de carga y, a título personal, las travesías en caballo siguen siendo un dolor de muelas, especialmente para mantener al animal recto sin tener que utilizar la opción de "seguir camino".
Se nota, y mucho, que el éxito de la primera entrega ha permitido al estudio tener mayor presupuesto y mano de obra para mejorar el universo existente. Algo que podemos comprobar en todos los apartados que hemos descrito. Narrativamente, una delicia. Gráfica y audiovisualmente, impactante. A nivel jugable, más y mejor.
En líneas generales, 'Kingdom Come: Deliverance II' es un RPG mastodóntico que mejora su fórmula para presentarse como uno de los lanzamientos más potentes de este inicio de 2025. Un título solvente, plagado de decenas de horas de contenido para aquellos fanáticos de la Edad Media. Una compra segura.