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Cultura

¿Quién fue Junípero Serra? Primer santo hispano en Estados Unidos

Junipero Serra

Fray Junípero nació en Petra (Mallorca), el 24 de noviembre de 1713. Sus padres eran Antonio Serra y Margarita Ferrer, modestos labradores honrados y devotos que le inculcaron la fe católica. Aunque ellos eran analfabetos, buscaron la mejor formación para su hijo, llevándole a la escuela del convento franciscano de San Bernardino.

A los 15 años empezó a asistir a clases de Filosofía en el convento de San Francisco de Palma de Mallorca,  y un año más tarde tomó el hábito franciscano en el convento de Jesús, extramuros de la ciudad. El 15 de septiembre de 1731 emitió los votos religiosos, cambiando su nombre de bautismo, Miguel José, por el de Junípero. Recibió su doctorado en teología por la Universidad de Palma de Mallorca y se dedicó a la docencia, ocupando entre 1743 y 1749 la Cátedra de Teología.

De Europa a América

En 1749 se lanzó a la aventura del nuevo continente. A finales de agosto se embarcó en Cádiz rumbo 
a México, capital del virreinato de Nueva España. Tras una estancia de 5 meses en el Colegio de San Fernando de la ciudad de México, viajó con su amigo el padre Francisco Palou a Sierra Gorda, en la región de Querétaro. Allí pasó 9 años predicando y ayudando como misionero a los indígenas pames de la zona, de los cuales llegó a aprender su lengua. A continuación regresó al Colegio de San Fernando para desempeñar su labor pastoral en las comunidades cristianas de una extensa área  comprendida entre Guadalajara, Oaxaca y la costa norte de Veracruz.

En 1767 el Rey Carlos III de España decidió expulsar a los jesuitas de sus dominios. En marzo de 1768 Fray Junípero se trasladó con Francisco Palou y trece misioneros más para encargarse de las dieciocho misiones que para entonces habían fundado los miembros de la Compañía de Jesús en la Baja California. En 1770 fundó San Diego de Alcalá (actual San Diego), la primera de una serie de misiones en territorio californiano, a la que siguieron, en Monterrey, San Carlos Borromeo (1770), San Antonio de Padua (1771), San Gabriel Arcángel (1771) y San Luis Obispo de Tolosa (1772). El modelo implantado en las misiones iniciaba a los nativos en la agricultura y la construcción, junto al adoctrinamiento en el culto católico. En 1772 se trasladó a Ciudad de México para entrevistarse con el nuevo virrey, Antonio María Bucareli y Ursúa. A raíz de esta entrevista se elaboró un Reglamento en 1773 que regulaba el gobierno de la Alta California dejando a los misioneros la tutela de los nativos.

Regreso a California

En enero de 1774 volvió a California y continuó la fundación de misiones: San Francisco (origen de la actual), San Juan Capistrano, Santa Clara y San Buenaventura. Todas estas misiones, junto con otras posteriores establecidas en las primeras décadas del siglo XIX, se extendieron hasta la bahía de San Francisco, conformando el llamado Camino Real.

murió en la misión de San Carlos Borromeo (Monterrey) el 28 de agosto de 1784. Los franciscanos le definen como "un hombre de temperamento fuerte y de carácter firme, pero afable, de dotes singulares y de ambiciosas iniciativas, que nunca cedió ni jamás retrocedió". Además, destacan su "celo por las almas" y su "dinamismo" que le llevaron a levantar siempre "más obras".

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