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Cultura

Javier Marías: "La gente se queja de los spoilers de las series, pero a los libros no los respeta nadie "

Javier Marías.
Es su novela número quince. Una historia de espías contada no por quien actúa, sino por quien espera. Llega tres años después de Así empieza lo malo (Alfaguara) y en el vigésimo quinto aniversario de Corazon tan blanco (Alfaguara), con la que tiene no pocas conexiones. Se trata de Berta Isla (Alfaguara), el libro más reciente de Javier Marías, quien la ha presentado a la prensa este martes, en Madrid. Descrita por el escritor y académico como una historia de la espera y la transformación, en ella Marías despliega un relato sobre la fragilidad, la ocultación, el fingimiento y  la conjetura, y en última instancia lo que es peor: el poso de recelo que se deposita entre quienes sostienen durante años esa tensión. La tensión de quien aguarda. 

"Como en principio todo el mundo sabe leer y escribir, cree que puede escribir una novela, cuando no todo el mundo dice 'puedo rodar una película'"

"Cada vez que termino una novela pienso que será la última. ¿Cómo voy a hacer esto otra vez...?  Claro, cómo, si lleva mucho trabajo", dice el escritor con su voz nasal, trajeado con una americana azul rematada por el broche shakespeariano que siempre viste. "Hay gente que con mucho desparpajo saca novelas. Hay un aluvión de presentadores de televisión que sacan novelas. No tengo nada en contra de eso, ni mucho menos, pero como en principio todo el mundo sabe leer y escribir, cree que puede escribir una novela, cuando no todo el mundo dice puedo rodar una película, o componer una sinfonía", dice Marías refiriéndose al lento proceso de su escritura. "Trabajo cada página como si fuera la única. Para mí es un trabajo enormemente difícil".

"Trabajo cada página como si fuera la única. Para mí es un trabajo enormemente difícil"

 

Arropada en una historia de espías -ecos de Tu rostro mañana-, Berta Isla está ambientada en Madrid y Oxford y se desarrolla en la década de los sesenta y los noventa. Su protagonista, Berta, espera. Despelleja la posibilidad de llegar a saber realmente quién es la persona con la que se ha casado y al que conoce de niño, su marido Tom o Tomás Nevinson, un hombre de padre inglés y madre española. Alguien tocado por la inteligencia y ocultación, y que ejerce labores de espía como agente del Servicio Secreto británico. "Durante mucho tiempo, no estuvo de si su marido era su marido". Arranca Marías en la primera página de su libro. 
"Es una novela, en parte, sobre la espera", asegura Marías. Pero también la juventud es otro de los elementos que determinan esta ficción, en la que sus personajes se ven obligados por las circunstancias a entregarse voluntariamente a una situación. En el caso de Nelvinson al espionaje; en el caso de Berta, su mujer, a la espera."Berta es un personaje muy digno. A ella se le anuncia que no puede saber nada, que no puede preguntar. Ella lo acepta. Con el paso del tiempo hay una evolución en ella. Comienza a plantearse sobre la moralidad o la inmoralidad de aquello a lo que su marido se ha dedicado, el espionaje".

De la novela ya sabían algo los lectores, vino precedida de una larga entrevista concedida a la prensa, donde Javier Marías mostró un cierto hastío del mundo actual

De la novela ya sabían algo los lectores, vino precedida de una larga entrevista concedida a la prensa, donde Javier Marías manifestó y explicó, además de los resortes de su nuevo libro, el profundo hastío que el mundo contemporáneo produce en su espíritu. Un algo deslavado de una sociedad que va a poco, que pierde sustancia. ¿Pierde él algo de sí? ¿Acaso Javier Marías también se decolora? ¿Escribía antes mejor que ahora, como dijo hace unos meses?  "Siempre pienso que el libro anterior es mejor. Pero me siempre me pasa. Y sobre la sustancia, pues hay muchos escritores que han perdido sustancia. Yo confieso ser uno de los que no la ha perdido, por lo menos estoy alerta de que no me ocurra".

"Hay muchos escritores que han perdido sustancia. Yo confieso ser uno de los que no la ha perdido, por lo menos estoy alerta de que no me ocurra"

Marías habla sin pausa, de corrido, para puntualizar el por qué de sus declaraciones. "Dije eso a propósito del hecho de que mis novelas eran contemporáneas con la época que escribía, esto ocurrió incluso hasta Los enamoramientos. En un momento, a posteriori, me pregunté por qué había cambiado eso, y una de las razones era ésa: que el tipo de conflictos y complejidades que a mí me interesan, cada vez resultan más inverosímiles si situara la acción en 2017. La gente no es así ya. Ha habido una desustancialización. Tiene que ver con las prisas, con la impaciencia, con la falta de atención que comienza a ser endémica. Me sorprende la poca capacidad de la gente para entender un artículo. Eso es desustanciación. En en el caso de mi escritura no creo que eso ocurra, porque no estoy dispuesto a escribir novelas superficiales". 

"Ahora que hay tantos miramientos con los adelantamientos, la gente se queja de los spoilers de televisión, pero a los libros no los respeta nadie"

A propósito de las prisas, Javier Marías se mostró incómodo con el vértigo de adelantar cosas que ni siquiera han ocurrido. Pasó con su novela Berta Isla, de la que se publicaron dos reseñas. Destripaban el argumento, cuando ésta ni siquiera había salido a la venta, afeó. "Ahora que hay tantos miramientos con los adelantamientos, la gente se queja de los spoilers de televisión, pero a los libros no los respeta nadie. Sí, creo que se ha producido un extraño fenómeno de frivolidad y no me refiero sólo a las generaciones jóvenes, eso se contagia a la sociedad entera. Hace 20 años uno no salía a la calle y no veía a un señor de 70 años en pantalón corto haciéndose una foto de su propia oreja o montando en setway en las aceras", aseguró, para dar por zanjado el síndrome de la levedad y la prisa, como parte de un mismo proceso. 

Berta Isla, una continuidad 

Hay demolición en las últimas dos novelas de Marías, Así empieza lo malo y Berta Isla. Ambas trazan una continuidad no sólo en la creación de un mundo sentimental que se derrumba, sino en la complejidad y fragilidad de quienes, dentro de esa demolición que supone la pareja, terminan por arrancarse, desconocerse. Con respecto a sí mismo y con respecto a aquel que aman. Así lo diseña Marías al colocar en boca de su protagonista, Berta, una frase de Dickens que empuja el clavo de la certezas en la piel del que sufre: "cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo, el que dormita y late a su lado". 
Berta Isla está conectada con el universo de la obra literaria de Javier Marías. Prácticamente está irrigada por sus signos más visibles. Marías vuelve a utilizar una voz narradora femenina; ya lo hizo en Los enamoramientos; el matrimonio, como el Corazón tan blanco (1992) vuelve a ser el centro de la historia; el ambiente universitario de Oxford de Todas las almas (1989) regresa también a las páginas de Berta Isla. Además, claro del relato de los servicios secretos británicos que Marías ya trazó en Tu rostro mañana
(2002-2007), trilogía de la que recupera personajes como el agente reclutador Bertram Tupra

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