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Cultura

'El inmortal': el poder engancha más que la cocaína

Movistar+ estrena una serie sobre los Miami, una banda madrileña que reinó en el tráfico de cocaína durante los 90

Fotograma de 'El inmortal'
Movistar+

En los años noventa, cuando en las discotecas sonaba Paco Pil, el humo de tabaco le robaba todo el espacio al oxígeno y la comunicación no verbal no había sido sustituida aún por Tinder, reinaba en la noche madrileña una banda que se hizo con el control del tráfico de cocaína y que usaba la extorsión y las intimidaciones violentas como método para aumentar su poder: los Miami. Inspirada en la vida de su líder, Juan Carlos Peña Enano, Movistar+ estrena este miércoles El inmortal, una serie que bebe de este mito oscuro de la delincuencia española y que toma su título del apodo con el que se conocía a su fundador.

Los Miami dominaron los clubs de la capital y de otras localidades como Alcalá de Henares o Coslada durante los años noventa y fueron responsables de traer a España desde Colombia cantidades ingentes de cocaína, que se distribuía en puntos estratégicos que ellos controlaban. Ahora, esta serie ficciona personajes y situaciones, tal y como se avisa al principio de cada capítulo, pero responde a la fascinación que estas bandas organizadas despertaron entonces y que se mantiene en la mente de los espectadores, a pesar del ocaso y el desmembramiento de sus responsables.

Lo que recoge esta serie es esa atracción por el dominio de las calles que emergió de los gimnasios, donde se reclutaba a la mano de obra tanto para repartir la droga como para coaccionar y atemorizar a los rivales o a los desertores. Aunque uno puede intuir la historia sin haber visto ni un capítulo -familia, venganza, violencia y droga- no por eso resulta menos tentadora, según esta redactora de Vozpópuli.

"Antes los macarras eran estrellas, ahora las estrellas se hacen pasar por macarras", señala el escritor Iñaki Domínguez en su ensayo Macarras interseculares (Melusina, 2020), en cuyas páginas recorre la historia de Madrid a través de sus mitos callejeros. Aquella mirada al canalla continuó en Macarras ibéricos (Akal) y confirmó una realidad: el interés por la autenticidad que destilan estos personajes y el morbo que despertaban quienes transitaban al borde de la delincuencia.

'El inmortal' va un paso más allá de los trapicheos y la seguridad de las discotecas para adentrarse en las redes mafiosas que los Miami crearon en los noventa

El inmortal se suma a esta atracción y va un paso más allá de los trapicheos y la seguridad de las discotecas para adentrarse en las redes mafiosas que los Miami crearon en los noventa, y se suma a otras producciones que ponen el acento en una época no tan lejana pero lo suficiente como para despertar el interés del espectador. El documental sobre Locomía que estrenó recientemente Movistar+ o la serie La ruta, sobre la ruta del bakalao, que ATRESPlayer estrenará en noviembre son solo algunos ejemplos.

El actor Álex García, que empezó su carrera en la serie para adolescentes Compañeros y se convirtió recientemente en uno de los policías de la exitosa serie Antidisturbios, es el encargado de meterse en la piel de Juan Carlos Peña Enano, conocido como "El inmortal" y también como "El cojo", por el accidente que tuvo en un ajuste de cuentas en el que perdió su pierna, sustituida por una de titanio. Este es uno de los datos biográficos que desvela la serie en sus primeros minutos, que arranca con los acordes de Jesucristo García, el icónico tema de Extremoduro. En el resto del reparto aparecen, entre otros, Marcel Borràs, Emilio Palacios, María Hervás, Jon Kortajarena o Chanel.

El inmortal: ambición sin límites

El perfil del protagonista casa con la ambición desmedida de la época, como se vio en otros personajes de aquellos años, que jugaron siempre en el límite de la legalidad. Clubs, urbanismo, fútbol y televisión formaban parte de los anhelos de quienes querían crecer por la vía rápida, fácil y prohibida y en esta serie, aunque promete retratar situaciones y personajes ficticios, uno ve reflejada toda una década de titulares.

Más allá del mundo de las drogas, que tan bien han reflejado otras series como Breaking Bad, lo que recoge El inmortal es una constante que no escapa a otras de las series que más han triunfado: la adicción por el poder. Se trata de la misma autoridad del gánster Tony en Los Soprano; la misma ambición política sin límites de Frank Underwood en House of Cards; o la defensa con uñas y dientes con la que Logan Roy mantiene su reinado en Succession.

El inmortal habla, precisamente, de aquello a lo que más energía ha dedicado la humanidad, y lo hace con más o menos violencia, con alguna historia romántica, con una mejor o peor recreación de la época, con una reivindicación de la amistad, la lealtad y la familia, y con un buen retrato de quien busca a toda costa ganar, como si se tratara de la peor de las adicciones.

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