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Globos de Oro: de la excelencia a la intrascendencia

Spielberg y Campion triunfan en una noche sin emoción, marcada por el arrepentimiento y la necesidad de cambiar de métodos de los organizadores

El anuncio de Oprah Winfrey de la llegada de ‘un nuevo día de libertad para las mujeres’, la cesión de su premio por parte de Ving Rhames a Jack Lemmon, Hugh Grant preguntando si Renée Zellweger está debajo de la mesa o una Elizabeth Taylor borrachísima liándola en el escenario. Estos inolvidables momentos de la historia del cine no se repetirán, por ahora, en las próximas galas de los Globos de Oro porque los premios de la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood (HFPA) han perdido el mojo, están de capa caída, les han mirado un tuerto y viven un oscuro momento, todo a la vez y sin cuidados paliativos.

La 79 gala de esta madrugada no pudo verse ni siquiera en Internet y se entregaron a puerta cerrada, sin actores ni siquiera vía Zoom, sin cámaras de la NBC ni alfombra roja, ni selfies ni gifs, algo espantoso en estos tiempos. En el siglo XXI no hay campo sin amapolas ni entrega de premios sin gifs de famosos poniendo caritas o mirando al lado equivocado. Así, solo quedaba por parte de los organizadores, antiguos ‘amigos de cañas’ de los mandamases de Hollywood, el arrepentimiento y el borrón y la cuenta nueva. Sí, la NFPA, abandonada por la industria después de las acusaciones de falta de diversidad y corrupción, aprovechó su noche más triste para pedir perdón y jurar que ya había otras razas no-blancas entre los corresponsales en Los Ángeles, que sus ganancias estaban más que aireadas y que seguían siendo supergenerosos con varias asociaciones. Son tiempos de bajar la mirada ante los errores del pasado.

A la organización le quedan doce meses para lamerse las heridas, que son muchas, y recuperar el crédito perdido

Y, claro, tampoco son tiempos, ni mucho menos, para las sorpresas. La ceremonia transcurrió gélida, plúmbea y muy previsible según iban anunciándose los ganadores, entre los que no figuraron al final ninguna de las tres opciones españolas. La japonesa Drive My Car, de Ryusuke Hamaguchi, adelantó por la derecha a las Madres paralelas; Hans Zimmer se llevó el Globo de Oro a la mejor banda sonora por Dune , premio al que optaba Alberto Iglesias también por la película de Almodóvar; y Will Smith fue el Mejor Actor Protagonista por El método Williams y no Javier Bardem por Being The Ricardos. Y fue este galardón, al que optaba claramente el Benedict Cumberbatch por El poder del perro, el único momento que dilató las pupilas de los espectadores que sobrevivían delante de las pantallas de sus hogares. Seguro que el divertidísimo Benedict hizo un par de buenos chistes en su casa después de haber aprendido para el papel de Phil Burbank el acento de Montana, a castrar ganado, a tocar el banjo, a montar a caballo, a trenzar cuerdas para el papel e incluso a hacer terapia de sueños para convertirse en macho total y absoluto. Todavía le queda el Oscar.

Globos de Oro en tiempos miserables

Y el resto se podía haber anunciado antes casi de la conexión con la web de la NFPA. En Cine, la bella pero quizás innecesaria versión del musical West Side Story de Steven Spielberg ganó tres Globos, Película musical o comedia y actores (Ariana DeBose y Rachel Zegler) pero el premio al Mejor Director fue para Jane Campion y su El poder del perro, que también se llevó el de Mejor drama y Actor de reparto (Kodi Smit-McPhee). El cine en gran pantalla de Amblin Entertainment, la productora de Spielberg, empataba con las películas en plataformas, concretamente Netflix. Hasta ahí todo correcto, como correctos también fueron el premio al Mejor Guión para Kenneth Branagh por su biográfica Belfast (pena no ver la cara del derrotado Aaron Sorkin por Being The Ricardos) y el quinto Globo de Oro para Nicole Kidman y su pétrea Lucille Ball de la misma película.


En televisión, más de lo mismo. Succession, la serie que mejor refleja estos tiempos tan miserables, volvió a ganar, incluso ahora con los hermanos Jeremy Strong y Sarah Snook también en el podio. También de HBO es la Mejor Comedia, Hacks, que veremos en España a partir del 15 de este mes. Su protagonista, Jean Smart, también fue galardonada después de cuatro Premios Emmy y una carrera televisiva que comenzó en 1983. Ha empezado a ser reconocida por el gran público por interpretar a Laurie Blake en Watchmen y, sobre todo, por recrear a la sufrida madre de Kate Winslet en Mare of Easttown, serie y protagonista que, por supuesto, también se llevaron su premio, y ya van casi 20 para esta ficción. El año que viene los Globos de Oro cumplen 80 años. A la organización le quedan doce meses para seguir lamiéndose las heridas, que son muchas, y recuperar el crédito perdido. Y si el año que viene son, además, menos previsibles, pues eso que nos llevamos.

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