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Cultura

Gaztelu-Urrutia: "Creo en un reparto justo de la riqueza pero a la vez quiero cobrar más"

El director de 'El hoyo' dirige una distopía en la que un virus amenaza la vida de los más ricos y poderosos del planeta

  • Rodaje de 'La fiebre de los ricos' -

Muchos probablemente no conozcan su nombre, pero si se hace referencia a uno de sus grandes logros, la cosa cambiará. Galder Gaztelu-Urrutia es el director de El hoyo, la película española más vista en Netflix durante 2020, el año en el que millones de personas permanecieron confinadas durante semanas a causa de la covid. El éxito fue tal que aquella distopía tan extraña sobre el poder y las clases sociales tuvo una segunda parte que, sin embargo, no llegó a los cines y fue directamente a la plataforma. 

Ahora, el cineasta continúa indagando en las contradicciones, las paradojas sociales y las luchas de poder con su nueva película, La fiebre de los ricos, que se inserta en ese cine que tiene fijación por atacar a los ricos, ya sea desde la comedia, la tragedia o la reflexión, con ejemplos recientes como Saltburn o El triángulo de la tristeza. En este caso, Gaztelu-Urrutia imagina un virus que solo ataca a los más ricos y poderosos del planeta, y que, a medida que acabe con ellos, alcanzará siempre a quienes más tienen. 

"Me interesan mucho las paradojas sociales y los temas recurrentes de debate que ha tenido la humanidad a lo largo de la historia: el reparto de la riqueza, el abuso de poder y cómo tratamos a aquellas personas que creemos que no necesitamos. Esto está en las tres películas", cuenta a Vozpópuli el director de este filme, que llega este viernes a los cines españoles después de su estreno en la pasada edición del Festival de Sitges

La protagonista de esta historia es Laura Palmer, a quien da vida la estadounidense Mary Elizabeth Winstead, una ambiciosa trabajadora de la industria audiovisual que es capaz de cualquier cosa por llegar a la cima de su empresa, incluso a pesar de la vida de su expareja y de la hija adolescente que tienen en común. Pronto, comprueba atemorizada que de manera extraña la élite mundial empieza a morir en extrañas circunstancias.

"Si hay algo que nos han enseñado las crisis que hemos vivido hasta ahora, ya sean climáticas, catástrofes naturales o una guerra, es que aquellas personas que más tienen siempre tendrán mas opciones de salir adelante y sobrevivir. ¿Qué pasaría si ese super poder hace que algunas personas se libren de todo estuviera maldito? Esta es la idea que nos gusta de esta película porque lo que hace es, de facto, destruir la inexorable estructura vertical de El hoyo. Aquí damos una patada al tablero, lo volamos, y lanzamos al mundo esta hipótesis y jugamos con estos personajes maravillosos que tenemos", cuenta este director. 

Uno de los elogios que reciben las películas de Gaztelu-Urrutia tiene que ver, según él mismo reconoce, con la idoneidad de los dilemas que plantea respecto al presente. Sin embargo, cree que estos temas siempre serán oportunos y, sin ir más lejos, hace referencia a la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, "rodeado de multimillonarios y anunciando que hará redadas masivas". 

Las contradicciones del norte global

Es consciente también de la atracción de las películas que abordan la lucha de clases, pero reconoce del mismo modo que, tal y como se observa en El hoyo, "siempre hay alguien arriba a quien uno envidia o culpa, pero si se mira abajo hay muchas más". "Queríamos fomentar el debate de darnos cuenta de la situación privilegiada de quienes estamos en el norte global. No quiere decir que no creamos que cuanto más arriba más responsabilidad y que hay unos niveles de riqueza que son obscenos, y que como sociedad deberíamos hacer algo. Hay centimillonarios y gente que se muere de hambre", cuenta el cineasta. 

"Si todo el mundo cada día quiere cobrar más va a ser difícil que haya un reparto justo de la riqueza"

Por todo ello, junto a los coguionistas, Pedro Rivero, Sam Steiner y David Desola, propone un "debate" y una "controversia", sin el objetivo de sacar conclusiones. "Proyectamos en la película nuestras propias contradicciones: creo en un reparto justo de la riqueza pero a la vez en cada trabajo quiero cobrar más. Si todo el mundo cada día quiere cobrar más va a ser difícil que haya un reparto justo de la riqueza", agrega. 

Más allá de la temática y de los aspectos formales de este thriller distópico, toca hablar de David Lynch, a quien La fiebre de los ricos rinde homenaje con el personaje protagonista: Laura Palmer. "Es una de estas extrañas coincidencias, porque esta película la escribimos a finales de 2019. Para nosotros ha sido siempre un referente y una inspiración, y nos sirvió también para realizar unan caricatura estrambótica de una mujer que nunca ha visto una película suya y termina trabajando en cine", cuenta.

 

 

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