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Cultura

Gaspar Noé: "Las parejas abiertas no existen"

El Festival Márgenes y el Festival de Gijón proyectan 'Vortex', la película más atípica del "enfant terrible" del cine francés

Gaspar Noé en el Festival de San Sebastián
Alex Abril

La muerte ha atravesado la vida de todos desde que en marzo de 2020 la OMS declaró la pandemia por coronavirus. Nadie quedó indemne, tampoco el cineasta argentino Gaspar Noé, un "enfant terrible" del cine francés que dejó a un lado sus guiones con drogas, violencia y sexo para adentrarse en una película más filosófica y reflexiva sobre asuntos como la muerte, la memoria, la pareja, la identidad y los lazos familiares. Algo ha tenido que pasarle a este chico, pensaban algunos tras comprobar en en el Festival de Cannes que sus intereses cinematográficos ya no pasaban por escenarios excéntricos ni situaciones extremas.

En la Croisette estrenó Vortex, una película que prefiere no tildar de "más conservadora", sino simplemente "para todos los públicos", tal y como el propio director señaló durante una entrevista concedida a Vozpópuli durante la pasada edición del Festival de San Sebastián, donde recibió el Premio Zabaltegi-Tabakalera, un merecido galardón para una película con apenas diez hojas de guion, 25 días de rodaje y más de 140 minutos de metraje. Recientemente, el Festival Márgenes la ha incluido entre sus proyecciones, unos meses antes de su estreno en los cines, previsto para 2022, al igual que el Festival Internacional de Cine de Gijón.

"La vida es una fiesta corta que pronto será olvidada". Esta es la única línea de sinopsis con la que se presenta el filme, en el que se observa a una pareja de ancianos, formada por un crítico de cine (Dario Argento) y una psiquiatra (Françoise Lebrun), sobrevivir a la rutina de la enfermedad mental que padece ella, con la ayuda de su único hijo (Alex Lutz). La vejez, la muerte y la demencia son algunos de los temas que Gaspar Noé aborda de manera magistral en este filme inolvidable, tan profundo y tan visceral, que invita además a preguntar al director por algunos aspectos que difícilmente uno habría imaginado en otra entrevista, como el matrimonio o la posteridad.

Pregunta: Desde que se vio la película por primera vez, en todos los titulares se habla de un Gaspar Noé más maduro. ¿Qué ha cambiado?

Respuesta: El tema de la película no se prestaba a incluir escenas de sexo ni de drogas ni que nadie descuartice a nadie. Hay drogas, pero drogas legales. Es la historia de un Titanic colectivo.

P: La muerte siempre aparece en sus películas pero en esta ocasión hay una reflexión más profunda, es el tema central. ¿Te interesaba abordarlo de esta forma?

R: Más que la muerte es el paso del tiempo y la inutilidad de la experiencia humana. Todo ese ego que uno va inflando, pero cuando cae la muerte todo desaparece conjuntamente. Más allá de que ella tenga senilidad, más allá de que él fuera un crítico de cine, todo lo que juntaron en una vida termina en la basura, y también el hijo como heredero moral de su padre, lo único que piensa es en drogarse y ni siquiera sabe cuidar de su hijo. Es como el fin de una raza, una expresión que se usa en Francia para referirse a algo que no tiene salida.

Casi fallecí hace año y medio de un derrame cerebral y quizá me hubiese ido antes que mi padre que tiene 88 años", confiesa el director

P: Incluyes la fecha de nacimiento tanto tuya como de los intérpretes. Es algo muy deliberado que esta iba a ser una película sobre el tiempo.

R: Y sobre la mortalidad de todo el mundo. Cuando uno nace empieza la cuenta retroactiva, y no sabes si es de 40 o de 80 años. Yo casi fallecí hace año y medio de un derrame cerebral y quizá me hubiese ido antes que mi padre que tiene 88 años. Cuando uno ve la fecha de nacimiento inmediatamente está esperando que salga la fecha de salida también.

P: Hay una reflexión también sobre el miedo a morir solos.

R: La gente que vi morir en mi vida, de cerca, murieron en hospitales. Nadie habla tampoco del suicidio tras ver esta película, en ningún artículo. Una amiga tenía una abuela a la que amaba, la llevaron a un hospicio y le dio tanta pena que dejó de comer, murió de inanición. Le dije que se había suicidado, pero ella decía que no.

P: Al hilo de la palabra tabú, ¿tienes la sensación de haber abierto uno al hablar de enfermedades mentales? Especialmente cuando el padre, la madre y el hijo hablan de lo que les ocurre.

R: Para esa secuencia no escribí ni una línea. El guion tenía diez páginas y esa secuencia está escrita en media página. Tanto Alex como Argento tuvieron experiencias de situaciones parecidas. Lo que quería en esta película era llegar a un acuerdo con los actores acerca del tema de la secuencia y luego dejarles libres para que hicieran la secuencia a su manera, de la forma más inteligente y emocionante posible. Esa secuencia no la preparé, la filmamos dos veces con dos cámaras durante 30 minutos y todo estaba en sus manos. Alex entre las tomas también lloraba, algo le ha pasado. Yo también tuve experiencias parecidas cerca, tengo tantos cercanos que tuvieron que poner a sus padres en hospicios que hubo un momento en que sus hijos estaban en plena crisis interior, se sentían culpables, lloraban, es como enjaular a quien te creó. Es una antesala a la incineración.

P: En estos dos años de pandemia se ha puesto el foco en la situación de los mayores, en el dolor, el abandono y la muerte. ¿Nos está afectando más esta película?

R: Esta película no la hubiera hecho hace 20 años. La he podido hacer porque viví una situación similar con mi madre hace ocho años y vi la muerte de Philippe Nahon, mi actor, de covid el año pasado, y la de Fernando Solanas. Vi muchos entierros, muchos discursos. La película me resultó fácil hacerla porque estaba en ese mundo cuando la concebí el diciembre pasado y la filmamos ahora, en abril y mayo.

Me divierte ver a amigos que salen tan deprimidos que ni me saludan cuando se van y me llaman dos días más tarde para llorar por teléfono", bromea Gaspar Noé

P: Tu nombre y la palabra provocador siempre van unidos. ¿Te preocupa dejar de ostentar ese sobrenombre?

R: Lo que provoca esta película es depresión. Hay quien dice que es mi película más dura. De Irreversible o de Clímax puedes hasta divertirte, pero esta te tira para abajo. Me divierte ver a amigos que salen tan deprimidos que ni me saludan cuando se van y me llaman dos días más tarde para llorar por teléfono.

P: Recurres a la pantalla partida, en un aspecto de diapositivas. ¿Es una forma de hacer una mención a la memoria o a la obsesión de captar el tiempo en imágenes? ¿Es solo una decisión estética?

R: Se parece a esas imágenes 3D, cuando uno miraba esas fotos con las cajitas del siglo pasado, en blanco y negro. Ya había usado ese rectángulo redondeado en Lux Aeterna. En diciembre pasado, hice una película para Yves Saint Laurent que se llama Summer of 21, me dijeron que parecía una versión de Suspiria. Cuando me fui a Buenos Aires estuve pensando en Dario Argento, porque me decían que parecía un cortometraje suyo. Le conozco desde hace 30 años y soy muy amigo de su hija -Asia Argento-. Por suerte, su película se pospuso por la covid y llamé a Asia para proponérselo. Fui una mañana, le mostré Love, porque no la había visto, y sin hablar a las diez de la mañana estábamos viendo una película porno en su casa. No entendía muy bien qué le quería proponer, se asustó. Pensó: "Si quiere una pareja de ancianos por qué me mostró esta película". Estaba un poco preocupado, pero al día siguiente dijo que sí.

Mis padres eran así, se metieron en tantos líos, se separaban se juntaban, pero finalmente llegaron a pasar más de 50 años juntos y festejaron las bodas de oro. Tuvieron una vida de pareja muy tumultuosa, pero lograron llegar hasta el último día juntos", cuenta el director

P: Los protagonistas de esta película son un matrimonio muy mayor y se ve por sus objetos el tipo de profesión y vida que han tenido. Siendo tu película más conservadora, ¿qué piensas tú de las relaciones? ¿Crees en el matrimonio y en la estabilidad, o te parece una quimera?

R: Mis padres vivieron en los años 70 con gusto. Cuando apareció la píldora explotaron casi todas las parejas salvo las que dijeron: "El mundo es más libre de lo que nos enseñaron". Las parejas abiertas no existen realmente. Hay parejas que cierran los ojos, que dicen "hay que vivir el momento histórico". Mis padres eran así, se metieron en tantos líos, se separaban se juntaban, pero finalmente llegaron a pasar más de 50 años juntos y festejaron las bodas de oro. Tuvieron una vida de pareja muy tumultuosa, pero lograron llegar hasta el último día juntos y mi padre, cuando se murió mi madre, siguió haciendo su vida. No eran una pareja conservadora y estos tampoco. No se sabe en la película, uno supone que este crítico de cine que tenía una amante, seguramente la mujer estaba al tanto desde el comienzo, quizás haya estado con otro psiquiatra en su vida. Esas cosas se destapan mucho cuando muere una pareja porque aparecen cartas escondidas en los libros. Uno termina descubriendo a posteriori la vida de sus padres.

P: No se nombra la demencia, el Alzheimer, en ningún momento, ¿por qué?

R: Suena a palabra alemana, me hace pensar en los campos nazis. Hay gente que dice que simplemente es la edad, y es cierto que hay muchas enfermedades parecidas a esta que no lo son, así que pensé que era mejor no hablar de ella.

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