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Cultura

Las ferias y festivales virtuales son un apaño, no una respuesta

Museo del Prado

Las galerías y ferias de arte procuraron refugiarse del Coronavirus en internet. Después de que la pandemia obligara a cancelar Art Basel Hong Kong o que Art Cologne anunciara su aplazamiento a otoño, el mercado comenzó a buscar alternativas para reanimar el sector. La opción elegida fueron las ferias virtuales. Art Basel llevó a cabo la más grande en ese tipo celebrada hasta entonces. Sin embargo, y por la forma en que este tipo de evento funciona (stands, espacios institucionales, zonas comerciales), estos modelos muestran carencias significativas, tanto en las ferias de arte como de libros.

Durante el mes de marzo, el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) elaboró un informe para valorar el impacto que hasta el momento había tenido la covid-19 en este sector. Las pérdidas llegaron al 67%. Los datos aportados por el Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo eran mucho peores: según el organismo, 87,5% de las galerías de arte españolas registró pérdidas la última semana de febrero, que es donde se registran las ferias más importantes en España, entre ellas ARCO, Art Madrid, Just Madrid, Drawing Room, Urvanity, Hybrid y el Salón de Arte Moderno. Todas llevaron a cabo justo antes de la declaración del estado de alarma por la epidemia y en medio de un clima de tensión.

Muchas otras citas culturales basadas en la idea de la feria y el encuentro sufrieron las consecuencias de la epidemia: Sant Jordi, en Barcelona, se aplazó hasta el 24 de julio, o la Feria del Libro de Madrid, que se celebrará en octubre, siempre que la situación sanitaria lo permita. Ninguno de los dos eventos puede plantearse de manera virtual porque es el encuentro físico entre los autores y lectores lo que da sentido, porque que propicia la venta. La feria cuenta con casi 400 casetas, repartidas entre una treintena de organismos oficiales,  una docena de distribuidores, más de 100 librerías y doscientas editoriales.

Hubo experimentos como el Hay-on-Way, encuentro de las artes celebrado en Gales desde hace 33 años y que mantiene ediciones internacionales en los cinco continentes. Este año, de cara a la crisis sanitaria desatada por la epidemia, el encuentro de Gales se celebró digitalmente. La respuesta fue más que satisfactoria: hubo un total de 500.000 personas conectadas a las conferencias ofrecidas en streaming, lo cual supone el doble de las 250.000 entradas que el festival vende cada año en el Reino Unido.

A pesar de eso, sus responsables no consideran que ese modelo se corresponda con el espíritu del Hay festival, que busca propiciar espacios de encuentro entre disciplinas y tender puentes entre culturas, uno de los rasgos por los que la iniciativa ha sido distinguida con el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2020. De momento, en España está prevista la celebración del Hay Festival Segovia, que se llevará a cabo de forma presencial los días 07, 17, 18, 19 y 20 de septiembre en esa ciudad.

“Para las ferias es más difícil sólo la opción digital, porque tienen exposición editorial y venta de derechos. El espacio físico, por los stands, incide en su financiación. Pero tampoco veo la reconversión virtual. No es sostenible. Funcionó en su momento, en el Hay-on-Way hubo charlas con una audiencia de dos mil personas. La gente se conectaba desde Colombia, Perú, Europa… Hubo mucha interconexión y se sintió muy íntimo, porque descubrimos un modelo nuevo que convivirá con el físico. No es un streaming ni una grabación de un evento. Es algo que está pensando para ese momento. Lo ocurrido con la covid-19 propone de lleno ese dilema”, explica Cristina Fuentes, directora Internacional del Hay Festival.

De momento, la situación sanitaria de América Latina compromete el Hay Festival de México, Perú y Colombia, que tendrán que replantearse por completo la posibilidad de celebrarse digitalmente o con un modelo híbrido. “El peligro de esto está en que, si el mundo se confina más, nos metemos en el territorio de los generadores de contenido y en el Hay Festival proponemos algo más que eso. Esto es lo que hay que hacer a corto plazo: adaptarse y nosotros lo hemos hecho. Sin embargo, un evento con éxito se puede hacer en cualquier lugar, pero un festival es la magia del lugar, el contexto histórico… Esa concentración de público, artistas, escritores y pensadores juntos en un lugar. Podemos sobrevivir con encuentros virtuales, claro, pero un festival es algo completamente distinto. Es un proyecto integrador, un espacio de encuentro”.

La capital Jalisco aloja la FIL.

Guadalajara

Hasta el momento siguen en la cuerda floja otros eventos literarios y culturales de enorme y peso y convocatoria, por ejemplo la Feria del Libro de Guadalajara, también reconocida junto con el Hay festival con el premio princesa de Asturias de Humanidades y Comunicación 2020. Guadalajara es la segunda feria más grande del mundo después de Frankfurt y reúne en la capital de Jalisco a 800 autores y más 20.000 profesionales de la industria, entre editores, agentes y periodistas. Hasta la fecha, México ha registrado más de 26.000 muertes y más de 212.000 contagios totales. Plantearse una edición presencial sucita severas dudas.

En promedio, Guadalajara  despliega 400.000 títulos de más de 2.000 editoriales provenientes de 47 países y realiza más de 1.800 actividades. El impacto económico de un encuentro como este tiene una incidencia directa en el mercado español, ya que más de 300 editoriales e instituciones españolas participan en esta cita editorial. La Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) encabeza la presencia española con un espacio propio donde 59 empresas e instituciones expondrán sus novedades editoriales y desarrollarán sus actividades comerciales. Además, participan otros 218 sellos editoriales y 74 empresas españolas.  La cantidad de dinero facturado alcanza los 58 millones de euros, con 13.525.167 ejemplares. México es el país iberoamericano receptor del mayor volumen de exportaciones de libros de las empresas españolas, seguido de Argentina, Brasil y Chile.

No existe aún una posición definitiva sobre qué podría ocurrir con Guadalajara, de la misma forma en que está por aclararse si Frankfurt, la feria más importante en todo el mundo, celebrará una parte en digital y otra presencialmente.

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