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Cultura

La epidemia que Estados Unidos no consiguió eliminar

La epidemia que Estados Unidos no pudo eliminar

Quienes lo probaron cayeron rendidos a sus pies y lo perdieron todo. Perdieron a sus hijos, a sus amigos, a sus padres e incluso su propia voluntad. Su impacto desde principios de los años 80 fue tan fuerte que se esparció como la pólvora hasta convertirse en la gran peste de Estados Unidos del siglo XX. Acaparó las cabeceras de los informativos y las portadas de los periódicos durante más de una década y se convirtió en una pesadilla para los mandatarios de la época, desde Ronald Reagan hasta Bill Clinton. El crack fue la versión más barata de la droga de los ricos, pero los pobres lo pagaron más caro durante más tiempo, tal y como refleja el documental 'Crack: Cocaína, corrupción y conspiración', que Netflix acaba de estrenar.

Las cifras hablan por sí solas: la guerra de la droga ha costado al gobierno de Estados Unidos alrededor de un billón de dólares y la población carcelaria ha aumentado de 300.000 personas en 1980 a más de dos millones en la actualidad. Para encontrar una explicación al laberinto en el que se introdujo el país más poderoso del mundo hay que remontarse a principios de los 80, cuando la codicia era vista como una cualidad buena y la diversión era una prioridad.

La cocaína, que comenzó a verse en el cine cada vez más, con ejemplos como 'Scarface' (1983), de Brian de Palma, era sinónimo de glamour, pero tenía un precio elevado y no todos podían permitírselo. Sin embargo, cuando el precio descendió y comenzó a entrar masivamente en terreno estadounidense, donde hasta entonces no llegaba ni un purito cubano, los pobres empezaron a tener acceso a la droga de los ricos en una versión más inmediata, con unos efectos que se multiplicaban: llegó el crack y se convirtió en una epidemia que lo destruyó todo.

Este documental, que pretende reflejar los efectos destructivos de esta droga tres décadas después, cuenta con numerosas voces, desde periodistas, hasta traficantes, juristas y exdrogadictos, y todos coinciden en señalar la espiral en la que se convirtió. Bajo el mandato de Reagan, el paro alcanzó cifras históricas que se multiplicaban entre la población negra. Pronto, el crack se convirtió no solo en una sustancia adictiva, sino en una mina de oro para los más desfavorecidos, a diferencia de los trabajos precarios que ofrecían cadenas de comida rápida. Los camellos se convirtieron en "capitalistas callejeros" que hacían lo que fuera por ganar dinero, incluso vender droga a su propia madre si era necesario, tal y como recogen estos testimonios.

Adictos al crack y a dinero

La situación se complicó aún más: no solo había adictos al crack, sino también adictos al dinero. Los niños se habían convertido en "capos" de la noche a la mañana y se hacía cualquier cosa por proteger el territorio, lo que incluye también usar las armas más peligrosas y perder vidas inocentes en un contexto sin ley, en el que la policía era cómplice del fuego cruzado. En esta epidemia, las mujeres se convirtieron en un colectivo especialmente criminalizado, a quienes se acusaba de abandonar a sus propios hijos sin que recibieran ayuda de ningún tipo y sin que fueran rescatadas de la situación de abusos y olvido en el que se encontraban en muchos casos, como destaca este documental. "Cuando destruyes a la mujer, destruyes a la comunidad", destaca uno de los traficantes arrepentidos.

'Crack: cocaína, corrupción y conspiración'

'Crack: cocaína, corrupción y conspiración'

Aunque este documental no arroja conclusiones más allá de los entresijos políticos que se conocieron años después, como la obsesión de Reagan por derrocar al comunismo en Nicaragua, que pasaba por permitir la llegada de la cocaína a Estados Unidos, sí es importante desde el punto de vista social, teniendo en cuenta que este problema contribuyó a la estigmatización de la población negra de Estados Unidos, que aún sufre la herencia de la inacción de los políticos de los años 80 y primera parte de los 90 para encarar el problema de manera directa y sin buscar rédito económico, tal y como exponen las voces que participan en esta cinta. Este asunto también encuentra su reflejo en la ficción de mano de la aclamada serie 'The Wire', una de las producciones más relevantes de las últimas décadas.

La magnitud de la drogadicción tuvo en España otras consecuencias y su impacto en el presente es casi residual. Sin embargo, lo cierto es que se echan de menos documentales como este, que reflejen la huella que la heroína y la cocaína han tenido en España, no solo en la dimensión más social sino también el lugar que ocupó en la corrupción. Ya lo hicieron en su día Eloy de la Iglesia con 'El Pico' (1983), Gerardo Herrero con 'Heroína' (2005) y recientemente la serie de televisión 'Fariña', basada en la novela homónima del periodista Nacho Carretero, pero quizás es necesario también completar el relato con testimonios reales que saquen del olvido una época tan desenfrenada como oscura de España.

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