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Cultura

'Dear Werner': de Múnich a París a pie para salvar una vida

Dear Werner

En 1974, el cineasta alemán Werner Herzog caminó de Múnich a París para tratar de salvar la vida de la historiadora Lotte Eisner, una de las primeras críticas de cine, a la que consideraba su mentora y que padecía una grave enfermedad. El director plasmó esta hazaña en el libro 'Del caminar sobre hielo' y ahora, el español Pablo Maqueda recoge esta carta de amor en el documental 'Dear Werner. (Walking on cinema)', con el que rememora esta travesía poniéndose en la piel del cineasta alemán y recorriendo el camino que en su día siguió el director. 

La película tiene su presentación oficial en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, que arranca esta semana su 17 edición a pesar del coronavirus, y es en esencia una carta de amor al cine, a pesar de los obstáculos. "Es un libro pequeño pero tiene una lectura muy poderosa", señala Maqueda, para quien este acto de amor fue el "leit motiv perfecto para seguir sus huellas" y hablar de lo difícil que es la tarea del cineasta, que encuentra en esta película una metáfora visual "muy poderosa" mientras camina "solo en la niebla".

Werner Herzog -'Aguirre, la ira de Dios' (1972), 'Nosferatu el vampiro' (1978) o 'Fitzcarraldo' (1982)- colabora en este documental, en el que presta su voz inconfundible y "ese acento alemán, que es casi como la voz de Dios". Contactar con él fue "muy fácil" y siempre ha sido "muy generoso", a pesar de ser "muy pudoroso" a la hora de hablar de la historia que se refleja en el libro, de la que nunca más quiso volver a hablar. "Nos contó que esa gesta en el año 1974 fue muy personal: enfrentarse a un reto como ese en uno de los inviernos más duros de Alemania", recuerda.

Pablo Maqueda (Madrid, 1985) dedicó algo más de un mes y medio a recorrer los kilómetros que separan la capital de Baviera y la capital francesa y para ello se preparó en serio y decidió ir caminando a todas partes. Entre otras anécdotas, el cineasta cuenta que jubiló su tarjeta de transporte. "Caminar me ha hecho mejor persona y pensar en mi vida y en mis proyectos me ha convertido en una persona más reflexiva", ha señalado Maqueda, quien durante el confinamiento echó de menos incluso los momentos en los que "tiritaba de frío".

El director de 'Manic Pixie Dream Girl' (2013) abordó este proyecto "desde la libertad más absoluta", con un "equipo propio" de dos cámaras y el "riesgo físico" de levantarse a las dos de la mañana para ascender una montaña, rodar un momento "mágico" o "llegar al último confín para conseguir un plano espectacular". El resultado es una cinta contemplativa, intimista, delicada y valiente. 

"La idea era seguir las huellas de Herzog, daba igual el formato y el presupuesto, lo habría hecho solo con mis ojos, con la reflexión de que lo que importa es seguir caminando", apunta Maqueda, en la línea de lo que sostienen cineastas como el portugués Pedro Costa, quien cree que hoy en día existe una "mistificación" en torno a la profesión del cineasta y que existen ejemplos pobres de magníficas películas. 

Nos centramos en hablar del director como alguien exitoso, pero hacer cine es sacar adelante tus películas como sea. Siempre vemos lo que sobresale, es como un iceberg, no nos centramos en la gente que nada para llegar a la superficie"

En este sentido, Maqueda señala que uno de los objetivos que tenía era "dignificar la figura del cineasta como un trabajador más". "Nos centramos en hablar del director como alguien exitoso, pero hacer cine es sacar adelante tus películas como sea. Siempre vemos lo que sobresale, es como un iceberg, no nos centramos en la gente que nada para llegar a la superficie", reflexiona el director, que ya prepara su siguiente proyecto: 'La desconocida’, adaptación al cine de ‘Grooming’ del Premio Nacional Paco Bezerra.

Ese es el motivo por el que Werner Herzog es una especie de guía espiritual para el cineasta, de quien admira su capacidad de "conseguir mucho con muy poco" ."No necesita más que un operador de cámara y un sonidista, y con esa economía de medios es capaz de generar imágenes muy poderosas", señala Maqueda, para quien "cuanto menos palpable" es la figura del que está detrás de la cámara "mejor" puede emocionarle y "generar tensión". 
Quizás la secuencia más especial de la película es aquella en la que el director se introduce en una cueva y reflexiona sobre el cine y el amor de contar, y que supone para Maqueda "casi un acto político", especialmente "en un país que no apoya la cultura lo suficiente", por lo que espera poder aportar desde este documental un "grano de arena para poner el foco en los estudiantes de cine y los directores que intentan sacar adelante sus vidas a la vez que sus proyectos", en lugar de en las "alfombras rojas". 
A su juicio, la pandemia es una "oportunidad" para que cambien algunas cosas en el cine. En su caso, supone una "motivación para trabajar con más fuerza", aunque es consciente de que "la distribución y la exhibición" son los sectores que más están pagando la situación actual. "Ir al cine es seguro, es un hecho, necesitamos el apoyo institucional y de gobernantes", resalta. 

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