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Cultura

El hombre que creó sus propios ‘Desastres de la guerra’, pero con bocadillos

Un detalle de la portada de 'Pies descalzos' (deBolsillo)

Keiji Nakazawa (Hiroshima 1939 - Tokio 2012) tenía seis años cuando estalló la bomba atómica. Aquel 6 de agosto de 1945, cuando los estadounidenses lanzaron la primera arma de este tipo sobre esta ciudad del oeste de Japón, murieron 140.000 personas, entre ellos el padre y los hermanos de Nakawaza. Él y su madre, que murió 20 años después, recibieron radiaciones. Desde ese día en adelante, no tuvo otro propósito excepto contar lo que ocurrió y vivió aquel día. Para ello, empleó el lenguaje que mejor conocía: el dibujo. De ahí surgió Hadashi no Gen, su más famosa obra, que ahora reedita, con el título Pies descalzos, la editorial De Bolsillo, cuando se cumplen 70 años del bombardeo.

'Pies descalzos' aborda el trauma de la bomba atómica sin concesiones, dice Art Spiegelman en el prólogo

Al graduarse de secundaria en 1954, Keiji Nakazawa se mudó a Tokio y se convirtió en dibujante de manga profesional -mangaka- con sólo 24 años. En su carrera, publicó varias obras como Kuroi Ame ni Utarete y otros mangas cortos como Shōnen Gaho, Shōnen King y Bokura. En 1966, tiempo después de la muerte de su madre, decidió retratar todo el caos de la destrucción de Hiroshima con los 10 volúmenes de Hadashi no Gen, publicada entre 1973 y 1985, y que vendió alrededor de 7 millones de copias, traducidas a 10 idiomas incluyendo al inglés, ruso, coreano y el español, este último, idioma en el que ha sido traducido como Hiroshima o Gen, el descalzo. Justo antes, en 1971, publicó una versión preliminar, cuyo título era mucho más fuerte: Yo lo vi. Sin embargo será al año siguiente cuando comience la cilópea Pies descalzos.

En esta especie de diario animado, Nakazawa sumerge al lector en la vida de Gen, su álter ego, un superviviente de la bomba atómica que narra cómo con seis años ve su mundo entero convertirse en un infierno. Las descripciones gráficas son devastadoras, un documento que asegura la memoria fiel del horror que miles y miles de personas padecieron ese día. Ni Godzillas radioactivos ni mutantes, sólo realidades trágicas. “Nunca olvidaré a la gente arrastrando su propia piel derretida mientras atraviesa las ruinas de Hiroshima, el caballo presa del pánico galopando a través de la ciudad, o los gusanos saliendo de la cara destrozada de una niña. Pies descalzos aborda el trauma de la bomba atómica sin concesiones”, asegura Art Spiegelman, Premio Pulitzer y creador del mítico Maus, quien se permite decir que este libro es como una versión de los goyescos Desastres de la guerra, pero con bocadillos.

"Nunca olvidaré a la gente arrastrando su propia piel derretida mientras atraviesa las ruinas de Hiroshima"

Spiegelman, quien volcó en Sin la sombra de las torres toda su rabia y genialidad tras el 11-S, reconoce que Keiji Nakazawa supo utilizar como nadie el cómic y sus atributos: su capacidad de formato condensado que permite transmitir información tremendamente concentrada con pocas palabras e imágenes simplificadas. “Se me antoja un modelo de cómo el cerebro formula pensamientos y recuerda. Pensamos en términos de viñetas. Los cómics han demostrado lo adecuados que son para narrar historias de acción, aventuras o chistes, pero la pequeña escala de las imágenes y la inmediatez de un medio que tiene algo en común con la escritura, proporciona a los cómics una suerte de intimidad que también los hace sorprendentemente adecuados para narrar episodios autobiográficos”, asegura Spiegelman al referirse a la naturaleza personal de Pies descalzos.

Aunque la extrañeza de los códigos y las convenciones del lenguaje del cómic japonés pueda suponer un obstáculo para el lector occidental que se enfrenta por primera vez a este libro, plantea Art Spiegelman, también constituye uno de sus principales placeres. "Nakazawa es un narrador extraordinariamente diestro que sabe mantener la atención del lector mientras relata unos penosos episodios que deben ser contados". A pesar de su crudeza, Pies descalzos es una obra optimista. Nakawaza cree que la historia puede tener un efecto aleccionador, que la humanidad puede mejorar. Gen, el pequeño protagonista, encarna virtudes como la lealtad, el coraje, la laboriosidad. "Su obra es humanista y humana, y demuestra y subraya la necesidad de empatía entre los seres humanos si queremos sobrevivir otro siglo", afirma Spiegelman.

Tras este lanzamiento, DeBolsillo tiene previsto publicar el segundo tomo en septiembre, el tercero en noviembre y finalizar la entrega en febrero de 2016 con la publicación de la cuarta entrega. Cuatro tomos que recogen esta historia que el autor compuso en diez volúmenes.

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