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Cultura

Todos contra Wert... y contra Montoro

José Ignacio Wert y Cristóbal Montoro en el Congreso de los Diputados (Foto: Efe).

El famoseo (en España no hay star system) y las casposas alfombras rojas con quincalla caducada de otros eventos (que horror de término) como Málaga, San Sebastián y un largo etcétera de gentes o instituciones que viven por la cara de la ubre del cine, raramente están presentes en tan sobria y austera ciudad pucelana. Con todo, sí que se reúne lo mejor de cada oficio, los magníficos devotos seguidores del séptimo arte -aunque felizmente, y eso es algo ordinario, no aplaudan mucho- y los naturales del lugar que gozan con caras cercanas y amigas como Concha Velasco y el grande Pepe Sacristán, dos grandes de la escena y los platós que, en vida, reciben la ansiada Espiga de Oro y de Honor por el desarrollo de toda sus carreras. Como maestro de ceremonias, otro Pepe (no PP), José Coronado por el teatro Calderón, los cines Broadway, Roxy, Zorrilla. Como la Velasco solo da autógrafos a sus paisanos, Sacristán impartió doctoral clase abierta o taller en el Aula Mergelina de la Universidad de Valladolid. Y en Museo de la Ciencia un debate significativo -Adiós celuloide adiós- seguido de 24 cines por segundo. Sábanas blancas.

En la Seminci también ha habido una maravillosa selección de cine marroquí del siglo XXI.

Y entre todo este combinado de cebolla caramelizada el agrio, intenso, atormentado y magnifico, a la vez, presencia, ciclo y libro sobre un cineasta frente a los tiempos, Paul Schrader. Guionista y director a la par o por cada lado -después del guión para Scorsese de Taxi Driver- de Blue Collar, Hardcore, American Gigolo, Light Sleeper o Posibilidad de Escape, y así hasta el infinito y más allá; junto al pretencioso audiovisual catalán metido en muchas piezas con calzador en la programación (¿con qué fin?) con dramas alegres muy celebrados, como el de una parte de la vida del emigrante y autor de la canción Marina (que yo creía -y Pumares también- que era de Marino Marini) y que resulta ser de un chaval enamorado de una belga pretenciosa llamado Rocco Granata que interpreta el residente en Amberes y excelente interprete Matteo Simoni. La cinta es del belga Stijn Conninx, que ya fue Espiga de Oro en 1992 en esta semana con el trabajo social de título Daens. Y en mitad de ninguna parte vallisoletana pero con olor a canela, a couscous, a té con hierbabuena, pastela, tallin, y azahar, una maravillosa selección de cine marroquí del siglo XXI. ¡Qué punto más interesante! Diecisiete largos, cinco documentales y un puñado de cortos envidiables. Todos casi desconocidos pero con un peso específico potente para estar en el MoMA de Nueva York durante un mes; aunque fuera calificado como de “pasajeras tendencias from Morocco” Las mega-urbes y sus comisarios culturales son algo horrible, ¿verdad?

Wert, Wert Junior y el cine

El que no ha sido visto es el ministro Wert (que apareció el pasado año como de Cultura) pero es que esta semana sólo ha ejercido (malamente, como siempre), como de “Educación y Desmayo o de Ciencias de la Humillación y de las JONS”. Con tantos asesores es una pena que no le haga nada de caso a su propio hijo -también Jose Ignacio y becario en Onda Cero Radio en alguno de los programas donde yo intervenía-, que sin duda no le harían pasar tan malos tragos. A Wert Junior le encanta el cine y sin llegar a cobrar como los becarios del New York Times (exactamente 960 dólares por semana) no creo que le pase mucha factura por ordenar las ideas a su progenitor. Ahora resulta que -se dice- las inmensas y floridas colas ante la puerta de los cines y durante tres jornadas sólo ha sido un falso golpe de efecto de “los de la ceja bardemiana” y que no ha sido cierto que fueran tantos espectadores.

¿Eran los asistentes a la cena del cine nefandos manifestantes antipatriotas y comunistoides desde el rango de docentes, padres y alumnos contra la Lomce?

Por el contrario -algunos justifican- que realmente eran figurantes pagados para desacreditar a Montoro (otro ministro en la picota) en esa tan injusta e incierta afirmación acerca de la mala calidad del cine local. Resulta que más de millón y medio de personas se apuntaron on-line a ver cine a 2,90 euros en La Fiesta del Cine (iniciativa con la que productores, distribuidores y empresarios de salas animan a los españoles a acudir al cine). Se ha conseguido en su quinta edición el récord de registrar, en un solo día -el primero-, ese millón y medio de espectadores con un ticket que lo justifica y da fe. Pero malas lenguas apuntan en cenas subvencionadas que rutilantes consumidores de ocio y cultura eran en realidad nefandos manifestantes antipatriotas y comunistoides desde el rango de docentes, padres y alumnos contra la Lomce, en protesta por la política educativa del citado. Por segunda vez este año, la Plataforma Estatal por la Escuela Pública llamó a “paralizar” la enseñanza desde infantil hasta la universidad contra los “recortes” y la reforma educativa que impulsa este señor reaccionario. Él, que parecía majo y con un cierto sentido común en la mesa de las tertulias de la desaparecida cadena Cuatro, con Iñaki Gabilondo antes de jubilarse parcialmente. No, eran diferentes días y distintos momentos. Ambos públicos sabían lo que se hacían y eran felices los dos, o todos uno. Espectadores activos y vigorosos los de la educación pública y privada concertada, apoyada por asociaciones de padres, organizaciones de estudiantes, partidos de izquierda y entidades sociales. También piquetes informativos, pasacampus en las principales universidades, recogida de firmas de la “consulta ciudadana por la educación”, e incluso una “fiesta de cumpleaños” de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) para recordar las declaraciones de Wert en todo momento.

Gran recaudación

De momento la reacción de las audiencias a la Fiesta del Cine es un dato fiel y el tiempo lo matizará aún más: un 550% más de espectadores respecto al lunes de la semana anterior, según datos de Rentrak Spain. La Federación de Empresarios de Cine (FECE) ha hecho una valoración positiva y de satisfacción total por la acogida. La lectura que dan los del cine de esta alta demanda es que se produce porque “se concentra la oferta en tres días”. “Demuestra que a la gente le gusta ir al cine”, se señala, para después reflexionar sobre la polémica en torno al precio de las entradas el resto del año: “Hay una percepción en el precio, que es real, pero hay que ir más allá del ‘no voy porque es caro’”. Avatar llegó a las pantallas en los comienzos del 3D "cuando se cobraba por las gafas". Lo imposible, el año pasado, en plena crisis económica y con la subida de IVA más grande de la historia, registraron en su momento las mayores cifras de asistencia a salas. "El ocio es lo primero que se recorta. Y estamos hablando de una crisis financiera que recorta cada vez más la capacidad adquisitiva de la gente, no es un problema de sector, sino de país".

La nueva de Dreamworks Animation con los caracoles más rápidos de la historia lideró el Top10 del fin de semana previo a la Fiesta del Cine.

Los datos anteriores al lunes, martes y miércoles vertiginoso de colas y contenedores de palomitas transgénicas con mantequilla (lo dijo por jorobar al que lo consume en un cine) reflejan que la nueva de Dreamworks Animation con los caracoles más rápidos de la historia lideró el Top10 del fin de semana con una taquilla debut de 1,22 millones de euros. Mientras lo nuevo de Tom Hanks como Capitán Philips, basada en la historia de un buque de carga secuestrado por piratas somalíes, tuvo que conformarse con la segunda plaza tras cosechar 1 millón de euros pelado y que desbanca del liderato a la favorita del público, Gravity, que cae a la tercera posición con 862.093 euros, sumando en tres semanas un total de 4.92 millones. Ese aburrimiento de presidentes -aquí ya comentada la pasada semana- cae al cuarto lugar y es que El mayordomo -segunda semana- en cartelera suma 684.748 euros, alcanzando 2.02 millones en su acumulado total. El tercer estreno que consigue colarse en el Top10 es Una cuestión de tiempo, la nueva comedia romántica de Richard Curtis. El filme, sobre el amor, la familia y los viajes en el tiempo, debuta con 368.524 euros en la taquilla española, seguida por de cerca por Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal con Prisioneros. El octavo lugar lo ocupa Las brujas de Zugarramurdi con 318.526 euros (3.63 millones en cuatro semanas), Me alegro por Enrique Cerezo (que es amigo y ya la habrá amortizado) y por Terele Pávez (que también es amiga junto a su hijo Carolo Ruiz) y que es la mejor actriz de este país lleno de envidiosas banales.

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