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Cultura

Diez comedias clásicas imprescindibles para superar el invierno

Los hermanos Marx en Sopa de Ganso.

 Sopa de ganso (‘Duck Soup’, 1933)

Rufus T. Firefly (Groucho Marx) es un vividor que se convierte en presidente de Libertonia gracias al encaprichamiento de la mujer más rica del país (Margaret Dumont). Una vez en el cargo declara la guerra al país vecino, Sylvania, pese a las recriminaciones de su amada. Espías, robos de planos, números musicales, una mujer del espectáculo, la presencia de los cuatro hermanos Marx y los títulos de créditos con unos patos bañándose en un barreño la convierten en uno de los grandes clásicos de la comedia. Eso sí, no funcionó en taquilla, no convenció a los críticos y los hermanos Marx fueron despedidos de la Paramount.

Escena mítica: la imitación de Harpo, en camisón y gorro de dormir, haciéndole creer a Groucho que se está viendo reflejado en un falso espejo.

‘Los viajes de Sullivan’ (‘Sullivan's Travels’, 1941).

John L. Sullivan (Joel McCrea) es un rico y joven director de cine que quiere rodar una película que refleje los problemas de la sociedad. Para eso, se disfraza de mendigo y se lanza a la calle sin dinero para experimentar en sus propias carnes lo que es la pobreza. El problema es que haga lo que haga y por mucho que se esfuerce, siempre termina volviendo a Hollywood. En su viaje conoce a una guapa actriz (Veronica Lake) que, desencantada con el mundo del cine, está pensando en abandonar la profesión. Juntos tratan de volver a la mansión, pero la policía les confunde con ladrones y les detiene. Veronica Lake apareció en el rodaje embarazada de seis meses, con lo que Edith Head, la famosa diseñadora de vestuario de Hollywood, tuvo que inventar un vestuario que ocultada el embarazo de la actriz.

Escena mítica: Al final de la película, Sullivan y la chica acuden a la proyección de una comedia en un barrio muy pobre. Allí, se da cuenta que la gente lo que quiere es ver películas que le ayuden a olvidarse de sus problemas, no que se los recuerden.

‘Arsénico por compasión’ (‘Arsenic and Old Lace’, 1944)

Mortimer Brewster (Cary Grant) acude a visitar a sus dos tías mayores para contarles que acaba de casarse con Elaine, una vecina que conoce desde la infancia. Una vez en la casa, Mortimer encuentra un cadáver escondido debajo de la ventana. Sus tías le explican que lo han matado ellas, que se dedican a acabar con el sufrimiento de los hombres solteros dándoles un poco de vino con arsénico, estricnina y cianuro.

Escena mítica: Las tías Abby (Josephine Hull) y Martha (Jean Adair) explican a un incrédulo Mortimer su “mal hábito” de acabar con la soledad de los hombres solteros con la mayor naturalidad.

‘Cómo casarse con un millonario’ (‘How to Marry a Millionaire’, 1953).

Tres modelos neoyorquinas (Lauren Bacall, Marilyn Monroe y Betty Grable) deciden que necesitan casarse con un millonario que les asegure una vida tranquila y sin privaciones. Para ello, alquilan un lujoso apartamento como reclamo para los hombres de fortuna. El problema es que ni todos los millonarios son tan millonarios, ni todos los hombres que les gustan son, desde luego, millonarios. El tiempo pasa y las chicas empiezan a impacientarse, pero poco a poco, el amor llama a su puerta. Pero, ¿y el dinero? El trío protagonista, con la elegante e inteligente (Bacall), la atractiva pero payasa (Monroe) y la sensual y espabilada (Grable), aguanta una comedia que, pese a la sobriedad, ha perdido un poco de frescura con el tiempo.

Escena mítica: Las tres mujeres, tumbadas en la terraza de su lujoso apartamento, hablan acerca de con quien les gustaría casarse y fantasean sobre su futura vida como mujeres de millonarios.

‘Un, dos, tres’ (‘One, Two, Three’, 1961).

Al director de la planta de Coca-cola del Berlín Oeste le encargan que cuide de la hija de su antiguo jefe de Atlanta, una joven de diecisiete años rebelde, irresponsable y caprichosa. Los problemas aparecen cuando la joven se marcha al Berlín Este para encontrarse con su nuevo amor, un comunista. El duro James Cagney se mete en la piel del histérico Mac, que tiene que enfrentarse a su sarcástica mujer, a un hijo adolescente, a unos trabajadores marcados todavía por la disciplina hitleriana, a una secretaria rubia y voluptuosa y a la caprichosa Scarlett que le hará la vida imposible.

Escena mítica: El baile de la guapísima Liselotte Pulver acompañada del Sabre dance del compositor Aram Khachaturian es pura historia del cine.

‘La pantera rosa’ (‘The Pink Panther’, 1963).

Primer entrega de la saga dedicada a las aventuras del inspector Clouseau (Peter Sellers). En este caso, el inspector trata de atrapar al famoso ladrón de joyas apodado El Fantasma. Para eso, acude a Suiza, donde pasa las vacaciones la princesa Dahla, poseedora de una de las joyas más valiosas del mundo, La pantera rosa. Una tentación irresistible para El Fantasma. En un ranking de las mejores comedias de todos los tiempos, Peter Sellers ocuparía varias posiciones -¿quién no ha visto El Guateque?-. Aquí nos quedamos con su adaptación de los famosos dibujos animados y acompañado por David Niven, Robert Wagner, Claudia Cardinale y Capucine.

Escena mítica: La cantante Fran Jeffries canta Meglio Stasera (It Had Better Be Tonight) alrededor de una chimenea mientras Clouseau (Sellers) baila al ritmo de la música.

‘Su juego favorito’ (‘Man's Favorite Sport?’, 1964).

Roger Willoughby (Rock Hudson) es un vendedor de material de pesca que ha escrito un popular libro con un método infalible para pescar. Abigail Page (Paula Prentiss), publicista de un concurso de pesca, y su amiga Easy Mueller (Maria Perschy), hermana de uno de los dueños de los almacenes donde trabaja Roger, deciden que sería un gran reclamo para el concurso que este se presentara. El problema es que Roger no tiene ni idea de pescar. Rock Hudson venía de protagonizar numerosas comedias junto a Doris Day cuando aterrizó en Su juego favorito como sustituto de Cary Grant.

Escena mítica: Roger acude unos días antes al lago donde se va a celebrar el concurso para aprender a pescar con su propio libro, terminando en el fondo del agua cada vez que lo intenta.

‘Golfus de Roma’ (‘A Funny Thing Happened on the Way to the Forum’, 1966).

Pseudolus (Zero Mostel) es un criado sinvergüenza, perezoso y jugador que ansía su libertad. Para ello, trata de ayudar a su joven amo para que se escape, a espaldas de sus padres, con una esclava virgen que va a ofrecerse a las Vestales. Rodada en España con decorados sobrantes de otras míticas películas basadas en el imperio Romano, Golfus de Roma recrea la obra original de Broadway con sus mismos protagonistas. Números musicales y la presencia de Buster Keaton como despistado anciano que lleva siete años dando siete vueltas a las siete colinas de Roma aseguran un clásico de la comedia.

Escena mítica: Pseudolus (Mostel) persigue a Hysterium (Jack Gilford) vestido de joven esclava mientras le canta que es la mujer más bella entre todas las mujeres.

‘Cómo robar un millón y...’ (‘How to Steal a Million’, 1966).

Un afamado coleccionista de arte presta su Venus de Cellini para que sea exhibida en un museo parisino. El problema es que la Venus no es auténtica y puede poner en peligro la fama del coleccionista, así que su hija (Audrey Hepburn) contrata los servicios de un ladrón (Peter O'Toole) para que robe la estatua antes de que se descubra el engaño. La química entre Hepburn, que solo quería rodar en Europa, y O'Toole, junto con el vestuario de Givenchy, contribuyen a que se trate de uno de los clásicos de William Wyler.

Escena mítica: Hepburn, vestida de negro y con antifaz, se cita con O'Toole en la cafetería del Hotel Ritz para confirmar los detalles del robo. El problema es que ella no sabe que O'Toole no es más que un ladronzuelo del tres al cuarto.

‘¿Qué sucedió entre tu padre y mi madre?’ (‘Avanti!’, 1972).

Wendell Armbruster, Jr. (Jack Lemmon) acude a la isla de Isquia, en Italia, para recoger el cuerpo de su padre, fallecido en un accidente de tráfico. Una vez allí descubre que el padre no murió solo, sino que iba acompañado por una mujer durante el accidente. Pamela Piggot (Juliet Mills), la hija de la mujer, le informa que su padre y su madre mantenían una relación desde hacía años, pese a solo verse durante un mes cada verano. Cuentan los rumores que el argumento de la película originariamente incluía a dos hombres que se encontraban en Italia para reclamar el cuerpo de sus respectivos padres, también varones, que mantenían una relación secreta, pero la censura americana no autorizó la historia y tuvo que reescribirse.

Escena mítica: Pamela convence a Wendell para bañarse desnudos en el mar. Ambos se tumban en una roca para tomar el sol cuando un crucero repleto de turistas pasa por delante de ellos. Pamela, muy liberada, les saluda, mientras Wendell trata de tapar las vergüenzas de la mujer con la ayuda de unos calcetines.

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