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Cultura

Guerreras de cine: luchadoras y ambiciosas

Uma Thurman en Kill Bill.

Si históricamente la lucha ha sido tarea de hombres, a mí me siguen faltando féminas en todo este asunto. Resulta que la imagen de la mujer armada y peligrosa portando espada, flechas o arcos abunda en todas las mitologías pero escasea en el cine. Ahí tenemos a Atenea, diosa de la guerra, ni el mismísimo Ares pudo con ella. Ya lo dijo Rudyard Kipling, “la hembra de cualquier especie, incluyendo la humana, es siempre más letal que el macho”, así que Hollywood, ¡aplícate el texto!

Algunas hemos tenido, pero no las suficientes. Son guapas, sexys, inteligentes y duras. Ellas también golpean, sacuden, y luchan. Sigourney Weaver, sin ir más lejos, fue de las primeras mujeres en demostrar que el cine de golpes no está hecho sólo para los hombres. Ha sido capaz de llevar las riendas en una peli de acción, enfrentarse hasta cuatro veces a los temidos Aliens y conseguir que el espectador tuviera más respeto a su rostro inalterable que a la bestia de quinientos kilos con la que hemos visto luchar. No sólo se ganó nuestro respeto combatiendo monstruos, la actriz ha conseguido ponernos firmes con su papel de la doctora Grace Augustine en Avatar, demostrando que a su edad aún puede con todo.

Contra Terminator

Entre balas y balas transcurre Terminator con Linda Hamilton en el papel de Sarah Connor. Sufridora, ruda y experta en armamento, se trata de una madre valerosa que no sucumbe al pánico pese a estar perseguida por un mortífero robot del futuro, un exterminador con el aspecto de Arnold Schwarzenegger.

Milla Jovovich ha estado siempre muy bien armada; la modelo, reconvertida en actriz, fue chica dura en Juana de Arco, El quinto elemento, Los tres mosqueteros o Resident Evil, película gracias a la que consiguió convertirse en una de las musas de la comunidad consolera . Muy por esta línea, el director Simon West se adentró en el mundo jugón de la franquicia Tomb Raider para plasmarlo en la pantalla de la mano de Angelina Jolie, que encarnaba el papel de la señorita Lara Croft, una mujer que representa la feminidad tradicional a la que las armas y la chulería le quedan como un guante. Pero será en su papel de asesina en Wanted lo que nos hace verla como una rival con la que es mejor no cruzarse.

De ‘Matrix’ a ‘Million Dollar Baby’

No podía faltar esta valiente que no teme a la muerte, informática de profesión, enfundada en cuero y experta en armas; Carrie-Anne Moss en su papel de Trinity en Matrix, es una de las mejores luchadoras de la nave liderada por Morfeo. De amarillo ceñida y repartiendo sablazos con una katana vimos a Uma Thurman, que se convirtió allá por el 2003 en una de las féminas más temidas del cine en su papel de la novia asesina en Kill Bill. La princesa Leia también ocupa su merecido puesto de mujeres con un par: lo mismo se pone a matar que se coloca un bikini dorado de esclava y deja a más de uno con la baba colgando. A la vista está que ser princesa de palacio no está reñido con agarrar, a la primera, una pistola intergaláctica y ponerse a disparar. La Teniente O´Neil luchó con ganas en un territorio, sólo de hombres, para que mirásemos con respeto y admiración su uniforme militar. Noomi Rapace mató a su propio padre después de que éste la enterrara viva, en la versión sueca de Millenium, y, para bruta Kate Beckinsale en Underworld un vampiro que, con sus dos colmillos, se ha convertido en un ídolo para la cultura adolescente. Será que se lleva mucho eso de enseñar los dientes.

Bueno pues ya lo ven: en Hollywood hay algunos vítores de cabreos femeninos pero siguen faltando pipas de la paz fumada con estilo y de forma sensual. Y aunque a más de uno le gusta ver, de vez en cuando, un poco de músculo como los que mostró Hillary Swank en Million Dollar Baby, cada golpe de guante, balazo, mirada seria o patada lanzada al viento sigue reforzando el famoso estribillo de la canción. Ya sabemos que estas actrices tienen un algo especial, ¡pues claro que sí! Las chicas son guerreras y todo lo demás es cuento chino, como Mulán; que por cierto también lo fue.

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