Siete artistas clave para disfrutar Monegros, el festival de electrónica en el desierto

A pesar de la espantada de Wu-Tang Clan, leyendas del hip-hop de la Costa Este, el festival de Monegros Desert Festival puede presumir de una cartelazo para celebrar su vigésimonovena edición. La mayoría de los nombres no serán descifrables para el festivalero medio, especialmente el indie, pero tenemos potencia, variedad y riesgo para no aburrirnos ni un minuto en las veinte horas seguidas de música en el desierto que se celebrarán el próximo sábado treinta de julio. Vozpópuli propone esta selección de artistas con los que celebrar el retorno de uno de nuestros festivales más cuidados y emblemáticos.

Ancient Methods

El productor alemán Conrad Protzmann es uno de los más respetados de la escena actual, no solo por su conocimiento profundo del techno sino por su capacidad de reforzarlo con sonidos que conectan la música más vanguardista con la más ancestral (basta escuchar sus monumentales colaboraciones con Vatican Shadow, que suenan a techno de las cavernas). En sus entrevistas, habla de su atención al aspecto más puramente físico de la música: “Hubo un tiempo en que el techno fue evolucionando a una especie de música de ascensor o lounge que, en mi opinión, estaba bastante lejos del carácter radical de la música techno inicial. Con el enfoque de que Detroit es la cuna del techno, a menudo se pasa por alto que el techno en Europa se desarrolló sin problemas a partir de EBM, new wave y estilos relacionados. Y dado que la música gira periódicamente en círculos, la percibo como una especie de movimiento de ‘volver a las raíces’, pero con herramientas de producción mejoradas”, destaca en una extensa entrevista con DJ Mag.

Avalon Emerson

Se trata de una productora surgida de la escena de San Francisco y centrada en los registros más hedonistas y elegantes de la electrónica, vinculada al prestigioso sello Icee Hot. Ingeniera de software en la edad de oro de la start-ups, encontró en la electrónica una vía de escape a “los complejos de Dios de Silicon Valley y la obsesión por hacer millones de las formas más mierderas posibles”. Se declara poco amiga de colgarse a etiquetas, “ya que palabras como house, techno o trance significan cosas diferentes para diferentes personas, más bien me identifico con cierto estilo europeo rápido, duro y urgente”. Dice que aprendió a pinchar en el famoso Panorama Bar (Berlín), que describe como “una meca gay de nuestro tiempo”. Empatía, placer y clase.

I Hate Models

El productor parisino Guillemen Labadie, especialista en techno industrial afilado, debutó en 2015 y ha mantenido siempre a sus alrededor un aura de misterio: cara tapada y resistencia a las entrevistas, que cuando concede son a condición de que no se le cite entre comillas. Su estilo ha ido evolucionando al incorporar elementos del EBM, el acid y la cultura rave.

Óscar Mulero, tótem de la cultura techno en España, confirma cada temporada que se puede dar una sustanciosa vuelta de tuerca al sonido de siempre

Hoy tiene su propio sello, Disco Inferno, además de una reputación colosal que lo mismo le sirve para remezclar a Depeche Mode que para realizar importantes shows audiovisuales de cuatro horas en colaboración con Femur. Su estilo característico son las canciones épicas, crudas y contundentes, ideales para bailar en un desierto.

Chris Liberator

El británico Christopher Knowles está considerado como un referente ineludible del acid-techno, sonido que dominó gran parte de las raves británicas y europeas en el cambio de milenio. Defensor acérrimo de la diversión autoorganizada, se ha movido al margen de la industria e la electrónica para fomentar la cultura de las raves, especialmente la conectada a los colectivos pegados a las necesidades musicales de cada comunidad (desde casas ocupadas hasta asociaciones anarquistas). “De lo que más orgulloso me siento es de no haber roto nunca el compromiso con mi sonido, por muy lejano que pudiera estar a las modas en un momento determinado”, explica. Su música se caracteriza por la velocidad y vértigo, desde el techno al funk-house, pasando por el estilo del que fue pionero y por el que será recordado.

Paula Temple

Fundadora del sello Noise Manifesto, se la conoce por su techno sin concesiones. También destaca por su interés en la innovación tecnológica, hasta el punto de haber creado MXF8, el controlador midi que le permite explorar formas híbridas entre la sesión de DJ y hacer música en directo. “Desde el año 2001 se puede decir que soy una artista con un control tal sobre lo que hago, lo que me permite divertirme con una libertad muy estimulante”, precisa. Domina a la perfección la tecnología hasta tal punto que puede sentirse libre con lo que hace porque lo hace con sus propias manos”, explica. Su álbum Edge Of Everything (2019) ha sido alabado como ”un disco que refleja todo el abanico expresivo de la artista, no solo con el ruido sino también con una amplia paleta de texturas, alcanzando un sonido que aplica distorsiones estéticas entre el techno y la música industrial, fomentando una emoción cruda y fuerte”.

Óscar Mulero

Poco que añadir sobre un nombre que el tótem de la cultura techno en España y que en cada temporada se confirma que se puede dar una vuelta de tuerca a lo de siempre. Ha tocado numerosas veces en Monegros y conoce el festival mejor que nadie, así que puede acudirse a su sesión con total confianza. Curtido en todo tipo de escenarios, desde los polígonos hasta los teatros, impartirá cátedra con ella amplio bagaje que da llevar cuajando proyectos sustanciales desde los años noventa. Ya en 2017, en una entrevista con Beatburger, desveló su receta para mantener siempre su música en forma: “Quizá el techno tiende a un estándar agradable cuando siempre ha sido algo rugoso y difícil, quizás habría que volver a terrenos más de riesgo para devolver las cosas a su lugar. Algunos me reprochan que diga esto, pero sinceramente es lo que pienso. El techno no debería ser tan amable”, explicaba.

SPFDJ

Nacida en Suecia, su formación musical se desarrolla en Londres y Berlín. Su especialidad son las sesiones techno abrasivas, que dejan los sentidos carbonizados y saturados de placer a ritmo de hardcore y trance. En las entrevistas suele recordar que un elemento básico de su estética viene de la electrónica más comercial: creció en un pueblo sueco de menos de cien habitantes, donde no había bares ni clubes, así que la gente joven salía con los coches a emborracharse al ritmo de los éxitos de electrónica que sonaban en la radiofórmula y triunfaban en las listas de ventas. En sus primeras camisetas promocionales se podía leer el eslogan “Techno, acid, hardcore, trance y sexo anal”.