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Cultura

Nacho Montes: “Esperanza siempre sabe qué ponerse”

Sobre su primer libro, ¿Nada que ponerte? (La Esfera de libros, 2012), el periodista Nacho Montes afirma que se trata de un ejemplar que podría ser leído por una mujer de entre 35 y 40, pero inmediatamente corrige: “Aunque también lo van a ver los hombres”. Para este  periodista dedicado al mundo de la moda y vinculado desde hace varios años a medios especializados en el tema, este no es un “libro para fashionistas ni puristas”.

“Es un libro de protocolo de moda, para todo tipo de personas, de todo tipo de economías, para todo tipo de físicos. Se trata de cómo saber ir vestidos a determinados lugares, saber en un momento dado quiénes somos y qué nos conviene más vestir y cómo debemos vestir en determinados momentos y lugares”, dice Montes quien ubica en su exigente escala de diestros conocedores del arte de los armarios a figuras como Esperanza Aguirre o Nicolás Sarkozy y entre los menos hábiles no duda en señalar a figuras como Sonsoles Espinosa.

-Pero, ¿tan mal lo hacemos?

-Lo hacemos fatal, siempre. Y me incluyo.  Nos pasamos el protocolo por la peineta. Siempre es divertido arriesgar, pero hay que saber y conocer cierto protocolo. En ese sentido, este libro es más de urbanidad que de moda. Hay que saber que a una boda o un entierro debe se irse de una determinada manera cuando representas a un colectivo, un grupo, a un gobierno e incluso de manera personal ante determinadas circunstanciaa.  Muchas cosas las hacemos de oídas y nos saltamos otras a la torera. Por mucho que queramos ser nosotros mimos, tenemos que saber adónde vamos y de qué forma vamos. Y en eso solemos errar.

-Y dónde quedan los, ¡oh!, bloggers y cool-hunters …

-Queda fatal decirlo, pero la moda es algo que no se estudia, es más bien el resultado de un estudio de vida, de una  trayectoria, de llevar tiempo haciéndolo. Hay escuelas de diseño, de moda o de protocolo pero ahí no te enseñan qué es la moda.  En los últimos años ha proliferado gente muy joven que cree que saber de moda es saberse el último Vogue, pero desconocen la historia de la moda tanto internacional como española; no saben dónde nace el Prêt-à-porter o la alta costura, pero es que las da igual, sólo se conocen la ultima colección de Victoria Beckham  y este libro es todo lo contrario.

-De dogmas, pocos en su libro entonces…

-Lo más cool es ser uno mismo. Yo no intento ser ejemplo de nada, intento que la gente se mire en un espejo, que se dedique a analizar su cuerpo, a analizar sus defectos y virtudes. No hay nadie perfecto. Entonces, a partir de ahí, lo importante es aprender a  vestirnos y a ir adecuadamente a los sitios.

-La moda está... ¿profesionalizada o sobrepoblada de quienes dicen saber?

-Los fashionistas no tienen ni idea y eso no es la moda. Me dan pavor los personal shopers los expertos en moda con 22 años y juegan a los trapitos y la moda es un arte. Eso es lo que quiero plasmar en este libro y el libro.

-¿Cómo está asimilando y reflejando la industria de la moda la crisis?

-Como cualquier industria, como cualquier empresa pero también en el sentido positivo. Y lo digo en el libro. Podemos ser divinos sin efectivo.  En España tenemos la mayor cadena de Prêt-à-porter del mundo: Zara, de Inditex, con la que  por 100 euros te montas el armario entero. ¿Qué han hechos los diseñadores últimamente?  ¿Qué se hace en tiempos de crisis? Usar el low cost para combinar y crear también un Prêt-à-porter clásico…

-Un personaje de la vida política española que- sin leerlo- haya cumplido con las recomendaciones de este libro.

-Esperanza Aguirre siempre sabe qué ponerse, y acierta.  No he  escogido esta respuesta por un matiz político, es que siempre sabe ir adecuada a todo. Explota la ropa que representa a su ciudad. Pocas veces en la política, las mujeres sobre todo, han sido correctas. La mujer de Zapatero hacía cosas terroríficas con su vestuario y eso que tenía un físico correcto… a veces parecía hasta que lo hcía aposta.

-¿Y un personaje del mundo político europeo?

-Creo que escogería un personaje que justamente acaba de desaparecer de la escena. Es un guiño, algo cómplice: Nicolás Sarkozy, un hombre que mide un 1, 67, un hombre llavero y que sin embargo va siempre correctísimo a todos sitios. Sabe  adecuar las cosas. El presidente de la mayor republica del mundo, la cuna de la alta costura  y que sin embargo la genética le ha dado una envergadura de liliputiense,  siempre iba correcto y desprendía cierto charming.  

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