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Cultura

Federico Utrera: "Rato y Fraga desconfiaban del carácter mesetario de Aznar"

Federico Utrera trabajó dos décadas en el Congreso de los Diputados como cronista parlamentario de los diarios Sol, La Gaceta de los Negocios, El Boletín de la Tarde y La voz de Almería, entre otros medios. Desde los pasillos de las cortes conoció al entonces cenizo Mariano Rajoy en el que nadie creyó como futuro presidente de Gobierno, también al gris José Luis Rodríguez Zapatero o al "mesetario" José María Aznar que nunca gozó de los afectos políticos de Fraga.

Convencido de que la crónica parlamentaria es un género ya extinto, en este volumen, Los leones del Congreso (La esfera de los libros, 2012), Utrera se recrea al máximo al contar las anécdotas que rodean a los personajes de la vida parlamentaria. Cuenta así los inicios de un entonces menos monacal Mariano Rajoy que viajaba a Cuba y se jactaba de los puros que fumaba. También a un Zapatero de última fila que padecía los desplantes de Joaquín Almunia y sufría las miradas de reojo de quienes veían en él a un político sin futuro. Describe Utrera además los pactos;  enfrentamientos; amores fugaces; anécdotas; la alineación de partidos de fútbol con Fraga como defensa, Felipe González como portero y Peces-Barba como árbitro hasta la supuesta homosexualidad de Borrel y los intentos de la opinión pública por exasperarlo.

- Este libro, a pesar de estar anclado en la realidad y de ser un volumen de crónicas, funciona con el mecanismo del manuscrito hallado. ¿Por qué?

-Es un artefacto literario y simplemente lo que pretendía era manejar la ambigüedad que nos permite la literatura y contar de esta manera sucesos que la crónica más convencional impide. Con este preámbulo lo que pretendo es introducir al lector en un libro poco ortodoxo pero donde prima la curiosidad y el placer de la lectura.

 -Abundan anécdotas, desde la homosexualidad como tema proscrito en la política española, pasando por romances hasta los inicios políticos de claros líderes actuales. ¿Por qué ahora?

-Todos los sucesos que describo en el libro o bien ha sido vividos por mí o las fuentes que me han facilitado la información han sido de primera mano, porque ya han pasado dos décadas. En aquel entonces, en el Congreso y en el Senado tenía acceso a fuentes que en un momento dado no era posible publicar porque el periodismo tiene sus reglas y, lógicamente, no son las mismas que las de la literatura, por eso lo he hecho en un libro que pretende combinar lo mejor de cada estilo.

-Zapatero y Rajoy están unidos en este libro por la narración de sus inicios parlamentarios. Aparecen unidos en unos comienzos cenizos y grises, en comisiones y portavocías poco vistosas.

-El caso de Zapatero y de Rajoy, también en el de Aznar, porque se parecen muchísimo, fueron similares. No eran los más brillantes de su grupo parlamentario, diría más bien que no eran brillantes. En el caso de Rajoy, su oscuridad le llegó incluso hasta el momento en que Aznar decide  nombrar un sucesor.  En las quinielas externas e internas, Rajoy tenía el peor puesto. En el caso de Zapatero era peor … era el peor candidato, con las peores posibilidades a priori. Y  Aznar no destacaba por su imagen pública: pelo engominado, rictus poco favorecedor. Todo en ellos era coincidente. A mí lo que me ha dado por pensar es que esta etapa de la democracia es una seña de identidad: los últimos serán los primeros. La gente prefiere depositar su confianza en personas de carácter medio y de habilidades medianas.

"Utrera: El objetivo de Mariano Rajoy más que triunfar, es no meter la pata"

-Narra usted cómo, en la lucha por la sucesión de Aznar, Rajoy le dice a usted, en un encuentro en el Congreso de los Diputados, que las personas prefieren como ganadores  a los que hablan con más rotundidad. ¿No se sentía ganador?

-Él pensaba que los líderes de carácter arrollador vencerían sobre los dirigentes blandos, en el sentido 'daliniano' de los relojes que se estiran como un chicle. Entonces de su deficiencia hizo una virtud y aunque él pensaba que no tendría demasiadas posibilidades, el hecho cierto fue que las tuvo y esto mismo le ocurrió a Zapatero. Digamos que la sorpresa también fue para él.  Mariano Rajoy vivía muy bien siendo un personaje discreto. Tenía un enorme poder en el PP. Era vicesecretario. Su objetivo en la vida, más que triunfar,  era no meter la pata. Más que de los aciertos, se cuidaba de no cometer demasiados errores, y ese es su sino y su estilo. Lo vemos a la hora de gobernar, mide las apariciones públicas, le tiene pánico a someterse al ojo escrutador público, pero en la intimidad favorece el trabajo en equipo. A lo largo de su trayectoria se ha cuidado de no hacer demasiada sangre con la decisiones que toma y eso lo aplicó en el PP y ahora en las circunstancias muy complicadas intenta llevarlo a cabo.

- Es un tópico, pero la mayoría se refiere a su carácter gallego.

-Pero carácter es destino, para entender la política de Rajoy hay que entender a los gallegos, su carácter ambiguo…

-Señala usted en su libro que el autismo era uno de los defectos parlamentarios de Zapatero, ¿podríamos decir hoy que el defecto no era sólo parlamentario?

-No es ningún defecto que Zapatero sea un hombre de pocas palabras.

-¿Sólo de palabras?

-Sí de pocas palabras, poca oratoria… que al final fue ganando con el tiempo, con la experiencia, pero eso lo traslada también al ámbito privado. Él era extremadamente tímido con su círculo de amistades y tenía un círculo de colaboradores muy escaso. Irrumpió en el poder de una manera tan sorprendente como Mariano Rajoy, en este sentido la política que ha llevado a cabo tanto uno como  otro son políticas de hablar poco …

-¿Hablar poco o pensar poco?

-Yo no comparto la idea de que un país confía o rige sus destinos en la capacidad verbal de una sola persona, en este caso de un presidente de Gobierno. Es una cosa que en España o en los países latinos está muy extendida.

"Aznar desconfió del apego de Rato a los mercados y Fraga del carácter mesetario de Aznar"

-Más allá de eso. En el libro relata usted cómo en el Congreso, Almunia hace un desplante a un entonces joven Zapatero que esperaba su turno para ser recibido. Y , después de estar esperando mucho tiempo, recibe a un periodista, a usted, antes que a él , que llevaba más tiempo esperando. 

-Esa anécdota define muy bien los primeros pasos de Zapatero en la vida política. Él era consciente de esa debilidad que ocupaba como el último de la fila en el grupo parlamentario socialista. No me pareció ver en él un signo de rebeldía sino de resignación. De hecho, Almunia, que fue quien le hizo el desplante, fue nombrado Comisario Europeo. Él era consciente de que su papel era muy parecido al de Rajoy. Muchos de los que le adulan  en el fondo le desprecian porque han conseguido juntar la confianza de la gente media y ese el argumento en el que basan su poder. Pero también en el libro describo cómo cabezas como Fraga, Roca, Aguirre o Marcelino Oreja han sido brillantísimos próceres pero al final se han estrellado en sus carreras políticas.

-Al momento de la sucesión, una vez visto que Rajoy resultará vencedor en la contienda, Aznar le dice a Rodrigo Rato que está en deuda con él. ¿Está impagada esa deuda?

-Sí, está impagada… pero la mayoría de los que seguíamos la política, que pensábamos que Aznar se equivocaba con Rajoy porque el brillante era Rodrigo Rato, parece que el tiempo le da la razón a Aznar. Son tiempos más de consenso que de pragmatismos unilaterales o ultraliberales. Me da la impresión de que la economía castiga estos pensamientos uniformes y todos estos grandes lideratos financieros están acabando. Vamos a tener que darle la razón Aznar en esto de que en política no se elige al más brillante sino al menos malo.

-Pero, ¿por qué sigue impagada esa deuda?

-Esa deuda fue impagada quizás por fortuna para los españoles. Rodrigo Rato no logró ser candidato del Partido Popular, logró llegar al FMI. Vamos a ver qué capacidades  tiene, si puede sacar adelante a un banco para ver si es capaz de sacar adelante un país. Esas ideologías tan apegadas a lo financiero  fueron sacadas adelante por Aznar. En las memorias de Miguel Ángel Rodríguez, secretario de Aznar, si uno sabe leer entre líneas, se vislumbra que tanto Fraga como Rato eran personas que no confiaban en Aznar en absoluto. No confiaban en su liderazgo ni en su capacidad para sacar adelante a España. Aznar desconfió del apego de Rato hacia los mercados, y Rato y Fraga del carácter mesetario de Aznar. La candidata de Fraga era Isabel Tocino.

"Mariano Rajoy tiene muchas afinidades en función de la liga que juegue y eso es significativo"

-¿Quién dice que no a quién para este gabinete? ¿Rajoy a Rato o Rato a Rajoy?

-El chasco que se llevó Rodrigo Rato… había que verlo cabizbajo por los pasillos cuando hacía poco era el candidato. Había que verlo solo sabiendo que su futuro no iba a ser político sino financiero. La relación entre Rodrigo Rato y Mariano Rajoy no voy a  definirla pero, a quién escogió Rajoy... Es un trabajo escasamente mediático el que lleva a cabo Luis de Guindos.

-¿Pero Rato hubiese aceptado?

-Conozco muy pocos casos de un político que haya renunciado a sentarse en el Consejo de Ministros.

-¿De qué forma ha cambiado la manera de hacer crónica parlamentaria en los últimos 20 años?

-Ha cambiado hacia la extinción, ya no hay crónicas parlamentarias como la de dos grandes maestros Víctor Marquez Reviriego, Luis Carandell. Desgraciadamente ellos fueron los últimos cronistas de un estilo que se extinguió. La crónica parlamentaria dejó paso a la información parlamentaria. En el apéndice del libro dejo un Glosario con la jerga parlamentaria y evidencio la diferencia entre ambos estilos. La crónica parlamentaria forma parte de los dinosaurios y por eso creo que este libro es un canto del cisne de un bello ejercicio que ayuda a ver las entretelas de la política.

-En su libro habla hasta de fútbol. Describe partidillos con Felipe González como portero y Peces-Barba como árbitro. Pero me llama atención algo. En sus páginas,  Mariano Rajoy dice que él y Mourinho se parecen. ¿Por qué, a los dos Alemania les impidió estar en al Champions?

-Ya sabes lo que se cuenta en el libro. Mariano Rajoy es socio del Deportivo de La Coruña, pero también del Real Madrid, y además tiene acciones en el Celta de Vigo. Tiene muchas afinidades en función de la liga que juegue. Eso dice mucho y es muy significativo. Y lo que decía Rajoy es que él se parecía a Mourinho porque todo le mundo lo critica pero gana los partidos ... una persona que va a ser muy cuestionada,  muy criticada, pero que confía en que  va ganando los partidos y que va a sacar a España de donde está.

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