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Cultura

Caja Madrid mantiene un Palacio para una música que ya no suena

Hace poco menos de dos meses, La Fundación Caja Madrid anunció que dejaría de financiar los ciclos de música Lied y de Cámara del Auditorio Nacional, dos eventos que forman parte de un amplio programa al que la Fundación dedicó en los últimos dos años cerca de ocho millones de euros para actividades de investigación, interpretación, edición y grabación musical.

Con la intención de alojar sólo los conciertos que conforman ese programa, creado hace ya más de 10 años, la Fundación Caja Madrid compró en el año 2008 el edificio de comienzos de siglo ubicado en el número 35 de la Gran Vía, el Palacio de la Música, a la empresa Filmófono S.A,  e inició una serie de obras con el fin de convertirlo en el segundo auditorio más grande de la ciudad de Madrid.

Todo parecía marchar viento en popa. Sin embargo, al pasar frente a un edificio en el que hasta hace tres años todo era movimiento, ahora apenas y se ve gente tras sus altísimos andamios.  De hecho, ahora está cubierto del todo. Cerrado a cal y canto. Tampoco nadie habla de él. Al drástico recorte de la razón de ser del remozado Palacio de la Música –los ciclos de música de la Fundación, claro está-, se suman otras razones que llevan a pensar que el proyecto ha caído en punto muerto.

Son ya dos las veces que la Fundación ha retrasado su fecha de apertura –primero se dijo que sería el 2011, luego el 2012, ahora se habla de 2013-. Las obras del edificio se encuentran completamente paralizadas –después de la primera fase de demolición de 2009 para eliminar los mini cines y recuperar el primer y segundo anfiteatro según el modelo original, construido entre 1925 y 1928-. Se dice poco o casi nada acerca de cuál es el avance real de una rehabilitación hasta ahora calculada en 15 millones de euros. ¿Avanza el proyecto? ¿Interesa que siga adelante?

Se escuchan ofertas

La entidad financiera de la que depende la Fundación Caja Madrid, ahora Bankia, debe de afrontar una realidad económica distinta a la que existía cuando se emprendió el proyecto de un edificio que compró y acondicionó con la única intención de convertirlo –según los planos y permisos de Patrimonio Municipal- en un auditorio de acuerdo al modelo original de comienzos de siglo.

Ante las pérdidas –de tiempo, de dinero-, la entidad debe hacer algo. O parar, o vender. Las fuentes cercanas tanto al Ayuntamiento de Madrid como a las obras del Palacio hablan de un apetecible edificio, ubicado en una de las principales calles comerciales de Madrid, susceptible de cualquier oferta de compra ante la que ahora el banco, dicen, estaría dispuesto, y con bien, a decir ‘Sí’.

Sin embargo, quienes comentan esto, plantean también la duda: ¿de estar en venta, quién va a comprar un teatro que habría que echar debajo de nuevo para convertir, en ese caso, en una galería comercial, o una macro tienda, o unos almacenes?

De esa misma incertidumbre surgiría también la parálisis de las obras y el silencio de la Fundación Caja Madrid, que no responde ni con datos, ni notas de prensa ni tampoco aporta si quiera un acuse de recibo a las preguntas  que sobre  este tema puedan hacérsele.

Las respuestas –si las hay- se han hecho en prensa, con criterio selectivo y a través de titulares con efecto disuasorio, aunque igualmente perecedero:"El Palacio de la música, listo en 2013";  “El Palacio de la Música será (de nuevo) un auditorio en 2011”; “El palacio de la Música, a finales de 2012”.  ¿Cerrado o en venta? Por lo pronto el edificio continúa cerrado y las obras detenidas.

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