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Cultura

Paul Auster: “Donald Trump es incapaz de leer un libro”

Paul Auster visita Madrid para presentar su novela 4, 3, 2, 1 (Seix Barral)

Son las once y veinte minutos de la mañana. Paul Auster (EEUU, 1947) atraviesa el pasillo hasta la sala de prensa. Más que un hombre, parece un bostezo. Todo en él es lento. Hasta sus chistes parecen exhaustos.  La  gira de promoción ha sido intensa. Y no es para menos, se de su libro más ambicioso. También el más esperado. "¡Cuántos cables! ¡Me siento como un hombre electrónico!  -dice el novelista con el pinganillo de la traducción incrustado en el oído y el micrófono pegado a la mejilla-. ¿Qué, nos vamos a la luna?". Puede ser. Cuatro, tres, dos, uno… el título de su más reciente novela después de siete años de silencio y puede que la mejor que haya escrito a lo largo de toda su carrera.

Muchos hablan de 4, 3, 2 ,1 (Seix Barral) como su mejor novela sobre el azar y lo imprevisto, ese espíritu que recorre casi toda la obra de Paul Auster y que en esta oportunidad cobra su ejecución técnica más perfecta y, por supuesto, su poso más literario y autobiográfico más sustancioso. Paul Auster, a quien esta mañana le toca responder una pregunta de su obra por cada tres de Donald Trump, tiene una explicación más sencilla de la que le atribuyen los reporteros a la hora de hablar de esta novela. "Todo eso que preguntáis es muy abstracto para mí. Veamos –dice con esos ojos de hombre lento–. Yo no tengo un plan. No me pongo etiquetas. Esta es una novela sobre el desarrollo humano. Una historia sobre lo inesperado. Y lo inesperado forma parte de la vida. Le pasa a las persona. Pero claro, del otro lado, hay que tomar en cuenta de que los seres humanos son capaces y tienen la opción de tomar sus decisiones ante lo imprevisto", dice.

"Los libros no tienen un plan maestro y hasta podría decir que éste se escribió en blanco, con una sensación de estar bailando mientras se escribía"

Escrita a lo largo de casi mil páginas y organizada a partir de una estructura de novelas paralelas,  4,3,2,1 narra las cuatro vidas posibles de Archie Ferguson, un chico de una inteligencia y sensibilidad excepcional que hace las veces de gran acertijo y narrador de su historia y la de su familia . Todo, claro, está contando en función de aquello cuanto ocurre o le deja de ocurrir, incluida su propia muerte. "Contar la historia de una persona en versiones paralelas era algo que me apetecía hacer desde tiempo. Es un enorme ‘What if?’. Una mañana, desayunando, pensé… ‘puedo hacerlo’. Elegí cuatro vidas, porque era la forma perfecta: las cuatro estaciones, las partes de un cuadrado”, explica el autor de Trilogía de Nueva York (1987). "Los libros no tienen un plan maestro y hasta podría decir que éste se escribió en blanco, con una sensación de estar bailando mientras se escribía".

Paul Auster durante su encuentro con la prensa en Madrid, este lunes.

Paul Auster aprovecha la vida de Archie Ferguson –sus cuatro posibles desenlaces- para desplegar la historia de una familia y la de un país: Norteamérica.  Todo comienza cien años atrás, con un error. Cuando el abuelo judío de Archie llega a Nueva York desde Minsk, en 1900, el funcionario de migraciones le asigna el apellido Ferguson por una confusión. A partir de esa decisión, Auster construye tres generaciones que dotan de relato una nación: el abuelo, que muere de  forma imprevista en el asalto a un almacén donde fue contratado como vigilante durante los años de la gran depresión; la de su hijo Stanley, el hombre hecho a sí mismo durante la posguerra, un emprendedor que tendrá que arruinarse para no mandar a sus hermanos a la cárcel y, finalmente, la del nieto, Archie Ferguson, quien se inicia en la lectura, el amor, el sexo y la política en aquella  Norteamérica de los sesenta. La de J.F Kennedy y Martin Luther King , un país inmerso en conflictos que, casi 40 años después, se mantienen vigentes.

"Norteamérica es un experimento único en la historia humana. Su tragedia es que está fundada varios crímenes, uno de ellos, la esclavitud"

“Norteamérica es un país complicado, porque es una invención”, explica Paul Auster ante su auditorio. “Norteamérica es un país de inmigrantes. Es una idea compleja y a su manera noble, y que parte del hecho de que la forman todos los que han llegado a ella. Norteamérica es quienes habitan un territorio y se han organizado para convivir juntos. Es un experimento único en la historia humana. Su tragedia es que está fundada varios crímenes, uno de ellos, la esclavitud, un tema del que nunca hemos hablado muy claramente”.

Las preguntas sobre Donald Trump no han cesado desde que comenzó el encuentro hace ya más de una hora. ¿Qué opina de la elección de un líder así? “Trump podría durar ocho años o acabar o acabar mañana. Los periodistas están pendientes de lo que pasa con él, porque tienen que contarlo ahora. La poesía y la literatura llegarán después a Donald Trump. Ahora es que podemos escribir con cierta distancia de lo que ocurrió en los años treinta”. ¿Qué libro le recomendaría al presidente de los Estados Unidos? “Me parece, sinceramente, que Donald Trump es incapaz de leer libros. No le gusta siquiera olerlos, difícilmente podrá  sujetarlos y mucho menos leerlos”. ¿Cuál es su impresión del racismo que promueve Trump? “Donald Trump es un maníaco psicópata. Está aprobando una especie de fanatismo racial y está hablando directamente con una parte de Estados Unidos muy extrema, que es muy peligrosa. Nunca he visto nada parecido".

“Me parece, sinceramente, que Donald Trump es incapaz de leer libros"

El premio Príncipe de Asturias de las Letras se ha permitido algunos chascarrillos, por ejemplo agradecer al reportero de Vanity Fair que la cabecera haya fichado a su hija como firma –“le encanta escribir esas columnas”, dijo–, pero también se ha permitido un momento de solemnidad para recordar a John Ashbery.  “Ha sido un amanecer triste para mí. Todas las muertes son una tragedia, pero hay un tiempo más triste que otro para morir.  Cuando regrese a Nueva York , lo releeré de nuevo. Hizo un gran aporte a la literatura norteamericana”.

Auster, en compañía de su editora Elena Ramírez, en Madrid.

Esta es la novela número 17 de Paul Auster y coincide con su 70 cumpleaños. Ha quedado agotado después de escribirla, admite. Pero eso no quiere decir, ni mucho menos, que se plantea dejar de escribir. Actualmente, otra novela llama a su cabeza, aunque cree que lo siguiente será una obra de no ficción.  Su obra comenzó  hace ya 35 años con La invención de la soledad (1982). A esa siguió su aclamada Trilogía de Nueva York (1987); El palacio de la Luna,  Leviatán (1992) y  Tombuctú (1999). El libro de las ilusiones (2002); La noche del oráculo (2003); Brooklyn Follies (2005) y Diario de invierno (2012).

El total de libros publicados a lo largo de estas años suman 22 si se incluyen sus relatos y ensayos, además de sus guiones, entre ellos los de las películas Smoke (1995) y Blue in the Face (1995), en cuya dirección colaboró con Wayne Wang,  así como Lulu on the Bridge (1998) y La vida interior de Martin Frost (2007), que dirigió en solitario.  Sobre las posibles adaptaciones de 4, 3, 2, 1 al cine, Auster no lo ve tan claro. “De existir una adaptación, tendría que ser a un ballet.  Este libro va sobre la musicalidad del idioma”.

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