Quantcast

Cultura

Lucho Gatica, Moncho y la inoxidable seducción del bolero

La serie musical más exitosa de 2018 fue sin duda “Luis Miguel”, donde se narra de manera adictiva el tortuoso ascenso a la fama del Frank Sinatra latino. En uno de los momentos más tensos de la trama, Juan Carlos Calderón, legendario compositor y autor de los mayores éxitos del cantante, deja en la estacada a ‘Micky’ porque falla en la fecha de entrega del nuevo material. Entre la espada y la pared, casi por casualidad, su mánager comprende que la solución es grabar un disco de boleros, usando repertorio y producción del mítico Armando Manzanero. La discográfica Warner encarga un estudio de mercado entre jóvenes fans, que en su inmensa mayoría rechazan y se burlan del proyecto, describiéndolocomo algo “para regalar a mi mamá o a mi abuelita”. Entre grandes dudas, con enorme tensión, el músico y su representante siguen apostando por el álbum de versiones ‘Romance’ (1991), que acaba convertido en el mayor éxito de su carrera, tanto en las tiendas como en los conciertos, donde también cautiva al púbico joven. Incluso llega a convertirse en su serie de discos más popular: “Romances”. ¿Moraleja? El bolero es un género seductor, inoxidable y por encima de modas. Lo ha confirmado, por ejemplo, la enorme tristeza que causó el fallecimiento de dos gigantes del gremio, Moncho y Lucho Gatica, ambos en la recta final de 2018 .

https://youtube.com/watch?v=FlYEXrQcrnw

Cartel de cinco estrellas

El próximo lunes, en el Auditori de Barcelona, se reúne un cartel impresionante para rendir homenaje al queridísimo Moncho, cantante gitano del circuito de gasolinera que logró trascender esa segunda división comercial y arañar seguidores entre la élite intelectual (primero la barcelonesa, luego la española). Basta repasar el listado de artistas que mostrarán su respeto sobre el escenario: Joan Manuel Serrat, Diego “El Cigala”, Miguel Poveda, Lolita y Dyango, entre otros nombres conocidos. También participa la superventas Tamara, con quien compartió ‘Encadenados’, un trabajo de colaboración de 2012.  El otro fallecido reciente, Lucho Gatica, fue maestro absoluto del género, sin duda una de sus cimas artísticas. Rubén Caravaca, autor de “313 boleros, por ejemplo” (Guía de música, 1995), nos pone en perspectiva. “Los boleros triunfan por por el contenido; amor, desamor, abandonos, añoranzas, celos, despechos, temor, esperanzas, ‘cuernos’, reproches, lugares, recuerdos... Básicamente, es lo que sufrimos el 99% de las personas en nuestra vida sentimental. En el fondo, somos todos unos ‘moñas’ y nos reconfortamos cantando. Para decir ‘estoy aburrido’ ya está el indie. El bolero y las canciones románticas te desgarran o reconfortan. El bolero va de sentimientos, no de estados de ánimo y esa puede ser la diferencia con otros géneros”, señala.

https://youtube.com/watch?v=1fFROsKEFkU

Clásicos infinitos

Además, una vez que la droga del bolero entra en la vena, siempre hay material de sobra para alimentarla, por cierto con bastante equilibrio entre hombres y mujeres. “Me encantan Eusebio Delfín, Bola de Nieve, Antonio Machín, Agustín Lara, Armando Manzanero, La Lupe, Toña La Negra, Olga Guillot, Consuelo Velásquez, Lolita Garrido... Tienen todos una gran y cuidada selección de temas. Destaca su manera de interpretarlos y unos arreglos increíbles que puedes escuchar durante horas, aunque a algún militante de Vox y sus aliados le pueda molestar “Angelitos negros” y otras por el estilo”, ironiza. Caravaca destaca himnos indiscutibles como “Reloj no marques las horas”, “Noche de ronda”, “Mujer perjura”, “Ahora somos tan felices” y “No te importe saber”, ideales para enganchar a los no iniciados.

Defensa del amor romántico

Otro de los periodistas que más ha defendido el bolero es Luis Troquel, que subraya su resistencia ante las modas anglosajonas más presuntamente salvajes y sofisticadas. “Lo sentimental es la temática más recurrente en la música, sobre todo la popular, desde que el mundo es mundo. Ahora está especialmente de moda entre cierta intelectualidad renegar del amor romántico, incluso asegurar que es un invento del romanticismo decimonónico, cuando ya formaba parte del ADN de los trovadores medievales. Y mucho antes… ¿Seguirá siendo siempre a lo que más se cante? Probablemente, pero es difícil asegurar nada. También temáticas como el amor a la propia tierra o a la madre eran el pan nuestro de cada día y hoy en muchos ámbitos suenan obsoletas”, advierte, sin dejar de apostar porque los romances se mantengan siempre en primer plano de las música popular.

moncho-300x300

Voltaje académico

Para cimentar el prestigio de la canción sentimental, nada mejor que recurrir al prólogo de ‘Bolero: historia de un amor’, de Iris M. Zabala (Celeste, 2000). Lo firma nada menos que Manuel Vázquez Montalbán, superventas de la novela negra y adicto al bolero, que se empeñó en convencer a la izquierda española de la grandeza de la las canciones de amor. “Bolero, corrido, tango, copla española (la más entroncada con la tonadilla escénica) son sistemas narrativos perfectos que en dos minutos o algo más te pueden contar ‘Madame Bovary’ o ‘Guerra y Paz’, pero gracias a Iris M. Zavala sabemos que ahí están Lacan, Hegel, Platón para dar altísimo sentido a Antonio Machín, Bola de Nieve o Los Panchos, porque cualquier canción es la resultante de la eterna indagación de los seres humanos sobre necesidad y satisfacción, la dialéctica fundamental del sentimiento y de la supervivencia”, se atreve a escribir. Unas líneas después, el creador de Pepe Carvalho destaca su utilidad práctica: “De este libro aprovecha todo. (…) Yo mismo no me he podido resistir a repasar todos mis fracasos amorosos con la ayuda de “Un aventura más”, de Los Panchos, la canción que tarareaba cuando tuve mi primer naufragio sentimental, que fue un poco después de la guerra de Corea”, ironizaba. ¿Se puede defender mejor el bolero con menos palabras? Lo dudo, lo dudo, lo dudo…

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.