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Cultura

Sucesión o secesión: el viejo asunto del "narcisismo catalán" contado por Ruiz-Domènec

El historiador José Enrique Ruiz-Domènec, en una foto de archivo.

Este es un libro de historia del presente, asegura José Enrique Ruiz-Domènec, su autor. Porque para el catedrático e historiador Sucesión o secesión (RBA) es un boceto casi biográfico. Durante toda su trayectoria académica, Ruiz-Domènec ha trabajado la cuestión del soberanismo en Cataluña en los últimos 50 años. La clave de este libro, asegura, es la posición desde la que está contado: la del testigo.

Con el objetivo de responder a las preguntas que todo historiador debe hacerse, José Enrique Ruiz-Domènec expone lo ocurrido en España y en Catalunya desde 1959 hasta 2014. El resultado es una crónica de los hechos que, según él, han conducido a muchos ciudadanos de Cataluña a estar convencidos de que la independencia es la solución a un largo contencioso comenzado el 11 de septiembre de 1714.

Cataluña padece el debate de los que "Freud denominó el narcisismo de las diferencias".

Esta historia comienza en la segunda mitad del siglo XX. Desde que en 1959, con el plan de estabilización, comenzó a quedar muy claro que Cataluña, más que en ningún otro territorio español, era el que tenía más “probabilidades de encontrarse con un debate acerca de lo que Freud denominó el narcisismo de las diferencias”, afirma Ruiz-Domènec.

En aquellos años, al mismo tiempo que surgía una Barcelona cosmopolita y contracultural en la que idiomas, formas de vida, costumbres e ideas se abrían al mundo –desde el desembarco de escritores como García Márquez o Vargas Llosa-, era posible percibir –asegura Ruiz Domènec- la aparición de determinadas reivindicaciones como bandera en la lucha contra el franquismo: la recuperación de la cultura y la lengua catalana.

“En ciertos aspectos, la clave de la situación actual en Cataluña reside en la manera de dialogar ambos elementos, de conjugarse en una unidad de acción, tanto política como de protesta en las calles, con las consecuencias de la marea social y política de nuestros días. Sin embargo, el lugar del catalanismo político en esta historia entre 1959-2014 no siempre ha sido, y es, tan claro como la a la gente le gusta pensar”, asegura Ruiz-Domènec.

"La culturalmente confiada izquierda no supo apreciar el efecto que iba a tener la definición de la identidad nacional"

"Cuando Jordi Pujol fue elegido presidente de la Generalidad, la culturalmente confiada izquierda reunida tras el Partido Socialista (PSC) y en menor medida el Partido Comunista (PCE) no supo apreciar el efecto que iba a tener la definición de la identidad nacional y cultural catalana diferente a la española”.

Así, Ruiz-Domènec plantea de qué forma se sintieron los catalanes tan seguros en su proyecto de organización territorial, sobre todo tras la victoria de Felipe González en 1982, como para no preocuparse por el pulso de los “nacionalistas al Estado”.

Incluso, señala Ruiz-Doménec la naturaleza paradójica de la reivindicación del catalán como lengua. En los 80 el catalán era asociado a la idea de un “pequeño país” constreñido y limitado por el Estado español. “De nada sirvió la promoción de Barcelona al convertirla en sede de los Juegos Olímpicos de verano de 1992, ya que la noción de diferencia se había incrustado en el imaginario político nacionalista”.

El análisis de Ruiz-Doménec recorre un proceso histórico que pasa por explicar el papel de Jordi Pujol, pero acompaña su lectura con los signos de un presente que no se detiene. Asesta duras críticas contra muchos actores, entre ellas ésta: “El PSC dinamita tranquilamente su historia; ya no puede seguir manteniendo la verdad oculta. Las razones de este hecho son las siguientes: la sensación de que la superioridad moral ya no está con ellos”

"De nada sirvió la promoción de Barcelona al convertirla en sede de los Juegos Olímpicos de verano de 1992"

Al soberanismo catalán actual le dedica palabras no menos duras: "En el rechazo del diálogo demostramos que no somos distintos de los demás; somos iguales a los que se sitúan en el otro extremo, los que niegan el pan y la sal a cualquier idea nueva que plantee lo que ha sido, es y debe ser España".

A lo anterior se suma, además, un análisis sobre le territorio que pretende desgajarse: “deberá encontrar los avales para financiar la construcción del Estado sin tener acceso a la liquidez que proporciona el Banco Central Europeo. Ese guion desarrolla una insulsa pieza de escenografía política con más interrogantes que respuestas: ¿Quién financiará la operación? ¿Qué entidades de crédito y con qué avales?"

Ruiz-Doménec es catedrático en la UAB. Ha sido profesor visitante en la École des Hautes Études de París, Javeriana de Bogotà, Iberoamericana de México, Potiers, Génova y el Istituto di Studi Umanistici de Florencia; Académico de la Real Academia de Buenas Letras, editor de Historia. National Geographic y colaborador literario de La Vanguardia de Barcelona. Entre algunos de los libros publicados recientemente destacan Europa: Las claves de su historia, Catalunya-Espanya. Acords y desacords; Escuchar el pasado. Ocho siglos de música europea, y La trama del pasado. Diecisiete momentos que cambiaron la historia del mundo.

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