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Cultura

Leguineche: la duda que acecha al Kapuscinski español

Imagen de la página del libro de Steve, en la que aparece la piel del famoso canguro cazado en Australia por parte de la expedición

Manu Leguineche (Arrazua, Vizcaya, 1941- Madrid 2014) uno de los periodistas españoles más galardonados, trabajó en su juventud bajo las órdenes del escritor Miguel Delibes, director de "El Norte de Castilla" y, a partir de 1960, inició una carrera de corresponsal que le llevó a India, Pakistán, Vietnam, Líbano y Guinea Ecuatorial, entre otros países.

En 1965, con 23 años, el reportero vasco se unió a la expedición Trans World Record, que había comenzado en Nueva York y pretendía dar la vuelta al mundo en coche a través de Europa, Asia, Australia y América, y batir un récord mundial.

En un mesón cercano a Las Cuevas de Luis Candelas en Madrid, el periodista cantó "Granada" con todo el "fuelle" de sus pulmones y Harold Stephens no tuvo más remedio que aceptarlo entre tragos de porrones de vino, pinchos de tortilla y baile.

"Sabía jugar al mus y al fútbol, cantar canciones en euskera, escribir reportajes y otras cosas igualmente inútiles y nada prácticas para dar una vuelta alrededor del mundo", dejó escrito Leguineche.

"Era muy buen tipo"

Stephens o el "Jefe" era, según el periodista español, "alto y vigoroso, descendiente de rusos", pero también de "formas suaves", "espíritu dionisíaco, vitalista y trotamundos".

Los otros componentes de la expedición eran el "mercurial" Albert Podell, el "hipocondríaco" Woodrow Stans y el fotógrafo suizo Willy Mettler, "terco y muy curioso", a bordo de un Totoya Land Cruiser y un Jeep que venderían en Nepal.

A pesar de que Leguineche defraudó al Jefe porque no sabía conducir, fue ganándose su amistad y admiración gracias a su sentido del humor y sus charlas sobre historia, literatura y el oficio de escribir.

"Manu Leguineche era una de las mejores personas que he conocido (...) Era muy buen tipo, ¿sabes?", señala a Efe Stephens, de 91 años, en una entrevista en su residencia de Bangkok, donde vive desde hace varias décadas.

En Tailandia, un mono se comió su pasaporte y trabajó como vendedor ambulante de vitaminas

En "El camino más corto: Una trepidante vuelta al mundo en automóvil", el reportero español relata este periplo épico a través de países convulsos, conflictos, desiertos y montañas, mezclando anécdotas con ensayos de contenido periodístico o histórico.

Enfermó de disentería en Libia, siguió las rutas de Alejandro Magno y Genghis Khan en Afganistán, caminó por los Himalayas con el sherpa Tenzing Norgay, tomó el té con Indira Gandhi y jugó al fútbol con el futuro rey camboyano Norodom Sihanuk.

El periplo le llevaría también a Tailandia, donde un mono se comió su pasaporte y trabajó como vendedor ambulante de vitaminas por las aldeas, según narra el propio Leguineche con un estilo elegante y divertido.

Versiones contradictorias

No obstante, algunos fragmentos de "El camino más corto", impreso por primera vez en 1978, se contradicen con el libro "Who Needs a Road?" ("¿Quién necesita una carretera?"), que publicaron Stephens y Podell diez años antes que Leguineche acerca de la misma expedición.

Por ejemplo, el español relata un viaje junto con Stephens a lomos de sendos elefantes en el parque natural de Kaziranga, en el noreste indio, entre "rinocerontes blancos de un cuerno", búfalos, leopardos, tigres y "boas que surgían de la selva virgen".

Según "Who Needs a Road?", Stephens y Leguineche estuvieron juntos en India, pero el periplo en Kaziranga lo realizó el norteamericano en solitario.

En su libro, Stephens afirma que vio por última vez al reportero español en Darjeeling (India), donde conocieron a Tenzing Norgay, el famoso escalador del Everest, pero luego matiza este dato.

"Cuando vimos a Tenzing, esa fue la última vez que trabajé con él, pero entonces él (Leguineche) vino a Bangkok", explica en la entrevista Stephens, que asegura que se despidió de él en la capital tailandesa.

Por el contrario, Leguineche escribió que bajó en coche junto con Stephens y Podell desde Bangkok hasta Singapur y, más adelante, dedica un capítulo entero a narrar una travesía con ambos del norte al sur de Australia a bordo del Toyota.

Incluso cuenta la anécdota de que iban dispuestos a probar la carne de canguro pero que, al toparse en el camino con un par de marsupiales "de unos dos metros de hocico a cola" el Jefe se arrepintió y no disparó con sus flechas.

"Ninguno de los tres lo sentimos, aunque saldríamos de Australia sin probar la carne de este marsupial", escribió el reportero español.

Aunque Leguineche dijo no haber cazado ningún canguro ni haberlo probado, otros compañeros sí que lo hicieron

De acuerdo con "Who Nees a Road?", Podell y Leguineche no participaron en la travesía australiana, que comenzó en Sídney y finalizó en esta ciudad tras recorrer el desierto, Broome y Perth, entre otros lugares, un itinerario distinto al indicado por el periodista español.

Además, Stephens confirma que sí cazó varios canguros e incluso incluye una fotografía en su libro que lo demuestra.

Desde Sídney, Stephens se embarcó con el Toyota hacia Panamá y allí se le unió Podell, que le acompañó en el resto de la odisea hasta Nueva York, donde finalizó la expedición tras recorrer 42.000 kilómetros a lo largo de 32 países en 19 meses.

Leguineche, el padre de la 'tribu' de corresponsales

Leguineche, que escribió numerosos libros de viaje, ensayos y la novela "La tribu" sobre un grupo de enviados especiales en Guinea Ecuatorial, recibió numerosos galardones, como el Cirilo Rodríguez y el Ortega y Gasset por su trabajo como corresponsal en países como Argelia, Líbano o Vietnam.

"De los veinte libros que he escrito, 'El camino más corto' es el que más satisfacciones me ha procurado", dijo sobre esta obra, que ha servido de inspiración para tantos otros periodistas.

La supuesta invención del capítulo sobre Australia y otras partes de esta obra introduce, sin embargo, un elemento de ficción que recuerda el caso de otro eminente corresponsal, el polaco Ryszard Kapuscinski, al que también se atribuye haber introducido detalles ficticios en sus libros.

Considerado el maestro de una generación de periodistas, Leguineche fue elogiado por sus compañeros por su pasión, audacia, su estilo inconfundible, su altruismo, compañerismo e independencia.

"Antes de Manu, el periodismo de guerra era una cosa folclórica. Con él se vuelve algo serio y alcanza la mayoría de edad", dijo el periodista y escritor Arturo Pérez-Reverte.

¿Una polémica ficticia?

El profesor de Periodismo de la Universidad de Santiago de Compostela, Fermín Galindo, cree que la sospecha sobre "El camino más corto" es una "polémica ficticia" que servirá para agrandar la figura de Leguineche, como ocurrió con controversias parecidas de Manuel García Márquez o el propio Kapuscinski.

"Joserra Plaza, productor de televisión y amigo personal de Manu, contó en Bilbao que, cuando estaban haciendo reportajes en Australia, Leguineche les dirigía de memoria desde su casa de Brihuega, así que te puedo decir que tenía un gran conocimiento del país", explica Galindo en un correo electrónico enviado a Efe.

"En mi opinión el ascendente de Leguineche sobre sus colegas corresponsales es, sobre todo personal, el de un buen amigo y compañero. También reconocen en él a un gran periodista y un buen jefe", añade.

El propio Harold Stephens no ahorra elogios hacia el periodista español, al que en "Who Needs a Road?" califica como "uno de los líderes intelectuales en España" y, varias décadas después, aún relata con cariño sus aventuras juntos.

Sin embargo, al ser preguntado por el episodio de Australia en aquella expedición, responde sin ambages.

"No quiero pillarle en una mentira, pero... Él quería venir conmigo (a Australia), pero no lo hizo", puntualiza Stephens.

"El quería ir después y me preguntó cómo era y le di mi manuscrito", concluye el periodista, autor de más de 25 libros, principalmente sobre sus viajes y experiencias en Asia y el Pacífico.

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