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Cultura

Wert vuelve a plantar a Lara y Mas en el Planeta y Pedro Sánchez aprovecha para dejarse ver

Artur Mas y Jose Inacio Wert en la edición del Planeta de 2012.

Desconfiar del Planeta es casi tan ingenuo como fiarse de los Reyes Magos, dijo en una ocasión Fernando Savater. Y razón no le faltaba. El certamen literario, cada año más irregular en esta materia pero más encendido políticamente, se ha convertido en pasarela de políticos (y aspirantes a tal cosa), empresarios, tertulianos, periodistas, escritores (y pseudo escritores) y demás convocados a tan variada –y para algunos reprochable, por cortesana- velada.

Este miércoles 15, se anunciará el ganador de su 63 edición; se hará, como es costumbre, en medio de la larga cena que se celebra en el Palacio de Congresos de Cataluña y a la que este año ha vuelto a faltar el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, quien desde aquello de "españolizar Cataluña" no se deja ver muy a menudo por Barcelona. Sólo acudió a la ceremonia de anuncio y entrega del Premio en su primer año como ministro. Entonces, allá por el 2012, se hizo una fotografía con mueca de hormigón junto al presidente de la Generaitat, Artur Mas, y de él nunca más se supo, al menos en lo que a esta cena respecta.

Desde aquello de españolizar Cataluña, Wert no se deja ver mucho por Barcelona.

Pero a falta de ministro de Cultura, buena es la de Fomento -¿después de todo, la diferencia entre las autovías y los libros es una cuestión de apreciación, no?-. Ana Pastor, quien acudirá al acto, se sentará a la mesa junto a un Artur Mas que en esta oportunidad, a diferencia de las anteriores, lleva el gesto exhausto del que ha dicho mil veces una cosa que al final no habrá de cumplir. Vamos, como dicen entre corrillos y sobremesas en la ciudad: Mas pasó de la consulta a la consultita.

También aprovecha para dejarse ver en este Planeta el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, quien en un renovado y hasta ahora desconocido interés por lo cultural, se erige como defensor de todo aquello cuanto su partido ignoró en los últimos dos años: el IVA de la cultura; ley de Mecenazgo y Ley de Propiedad Intelectual. Y es que el tema político este año luce tan revuelto y mustio como el literario –hay amenaza de novela policiaca y todo apunta a que esta edición mirará al que es su mercado más importante: América Latina-.

Al menos a juzgar por la actitud de José Manuel Lara en su acostumbrada comparecencia y comida con la prensa, da por pensar que el horno no está para bollos. Visiblemente más delgado y debilitado, el presidente del grupo Planeta ofreció una conferencia de prensa insólitamente corta en la que solo permitió tres preguntas sobre el tema de las pretensiones independentistas.
"Yo no soy político ni quiero serlo. Las empresas son responsables ante sus accionistas. Si la actuación de los políticos crea problemas a las empresas, pues habrá que tomar medidas, y eso lo harán los accionistas", dijo Lara.

Como dicen entre corrillos y sobremesas en la ciudad: Mas pasó de la consulta a la consultita

Se pronunció Lara a favor de una Ley de Propiedad Intelectual que permita a los autores "vivir de sus obras", comentario con el que el editor y empresario alude a la próxima aprobación en el Congreso de los Diputados de la 'La Ley Lassalle', tal y como la llama el mundo de la cultura en alusión –peyorativa, por demás- al secretario de Estado de la Cultura, que acudirá también este año a la cena de entrega del Planeta.

"Pasado mañana, la Ley de Propiedad Intelectual vuelve al Congreso. Hay tres aspectos importantes: dotar con los medios suficientes; facilitar los bloqueos inmediatos de las webs piratas y ampliar la distinción de copia privada. No pretendemos los editores ganar dinero gracias a los internautas, lo que queremos es que no se lo quiten a los autores", dijo, acompañado en pleno por el jurado de esta edición, integrado, entre otros, por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales, secretario con voto.

Sobre el mercado editorial, se mostró tan opaco como con el resto de los temas. "Tenemos más libros que el año pasado, lo complejo es si la cifra del comercio del libro incluye diccionarios y enciclopedias, que han tenido una caída absoluta. El sector en general ha bajado un poco más, en otras cosas por el libro electrónico pirata", aseguró Lara, quien dijo que se han vendido 41 millones de ejemplares del Premio Planeta, certamen que a lo largo de su historia ha recibido 21.000 obras. Sobre las elucubraciones sobre un autor latinoamericano como próximo ganador, Lara ni desmintió ni confirmó: "El nuestro es un grupo en cuatro idiomas: español, francés y catalán, además del portugués. Eso nos lleva a un intento de internacionalizar".

Los finalistas

El jurado del LXIII Premio Planeta de Novela deberá elegir una obra ganadora entre las 10 finalistas del galardón, elegidas entre las 453 presentadas este año al concurso. Ya en la rueda de prensa, Juan Eslava Galán subrayó el predominio del género policiaco, que ha desplazado a la novela histórica. Desde la intriga detectivesca mezclada con un amor otoñal, pasando por el clásico criminal con salpicaduras de comedia hasta una historia de truculencias detectivescas en Caracas hasta la Barcelona del tardofranquismo.

Este premio, que en su momento se concedió a escritores como Ana María Matute o Juan Marsé, ahora luce algo más irregular

Los diez títulos y autores de las obras seleccionadas son Comiendo sonrisas a solas, de Tadea Lizarbe Horcada; La vida no regalada de Lorenzo Almendro, de Luis Cabrera Sánchez; Se llamaba Sébastien de Coral Teide (seudónimo) y Donde brotan las violetas, de Daniel de Jorge (seudónimo). También optan a ganar el LXIII Premio Planeta El viaje, de Miguel Siso-Fernández; Los crímenes del cromosoma XY, de Eduardo Nevado (seudónimo); "La ciudad de las tormentas", de Jesús Miguel Martínez; El 44 de la calle Armonía, de C. D. Casino (seudónimo), Un hombre indeciso (Doce meses en la vida de Horacio), de Lares (seudónimo), y Alas retráctiles, de Alfonso Pereyra.

Este premio, que en su momento se concedió a escritores como Ana María Matute o Juan Marsé, ahora acoge en su galería de premiados una selección algo más irregular. El año pasado, el 62 Premio Planeta de Novela, se lo llevó Clara Sánchez, por su obra El cielo ha vuelto. El bombazo fue sin embargo el puesto de finalista para Ángelez González Sinde, cineasta, guionista y ex ministra de cultura de José Luis Rodríguez Zapatero, Ángeles González Sinde -ocupó ese cargo entre 2009 y 2011-, quien concedió ayudas al sector editorial y a las bibliotecas e impulsó, además, una ley contra las descargas ilegales -tema de especial interés para José Manuel Lara-.

Lo que no puede negarse es que el Planeta sigue siendo el premio literario con mejor dotación económica: 600.000 euros para el ganador y 150.000 para el finalista. Ya lo dijo Vázquez Montalbán cuando recibió el Premio, en 1979, por su novela Los mares del Sur: con el Planeta ahora podría comprar el tiempo para escribir.

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