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Cultura

La Feria del Libro de Madrid completa su primer fin de semana con alza en las ventas

Una imagen de la feria este domingo.

Sin una gota de lluvia y con una afluencia masiva de visitantes y lectores, la 73 Feria del Libro completa su primer fin de semana con un pronóstico entusiasta. El hecho de que se acabaran las bolsas impresas para esta edición así lo demuestra. Puede que este fin de semana mejore -y mucho mejor- al "de la pasada edición", según su director, Teodoro Sacristán, quien permanece a bordo del barco en todo momento.

Si ya el sábado la Feria estaba tomada por entusiastas de las celebridades y los autores mediáticos, el domingo la cita se decantó por los lectores minuciosos; puntuales buscadores de la mejor literatura, que este feriado tuvo entre sus nombres a unos clásicos de primera: desde Juan José MIllás o Fernando Savater hasta un novísimo Patricio Pron o el ganador del Alfaguara, Jorge Franco, que clausuraba el domingo su última jornada española antes de comenzar la promoción de El mundo de afuera por América Latina.

Hombres y mujeres atraviesan el paseo de coches del Retiro cargando bolsas llenas de títulos: desde Ken Follet hasta Irvine Welsh. Las personas, aseguran sus organizadores, se reservan para este tipo de encuentros. "Se está viendo que en las ferias es donde la gente compra -explica Sacristán- no es solo la feria de Madrid, que es la más grande, sino que en todas las que se celebran en España acuden la gente de forma masiva también por los descuentos y otros factores. Ojalá toda esta gente fuera cliente de librerías", ha subrayado.

El hecho de que se acabaran las bolsas impresas para esta edición es un buen pronóstico.

Almudena Grandes, Forges, Javier Marías, Lorenzo Silva y hasta la exministra de Cultura, Ángeles Gónzalez Sinde, finalista del premio Planeta con El buen hijo han acudido a firmar ejemplares. Otros, como el  escritor cubano Leonardo Padura, Jorge Martínez Reverte, Agustín Ferenández Mallo, la artista Ouka Leele, o las actrices Fiorella Faltollano y Lola Herrera también han hecho acto de presencia.  Hay géneros que mandan entre las preferencias, pero que ayudados por los descuentos en los precios, se llevan todavía más. Michael Conelly, Jo Nesbo, Ian Rankin, Arlandur Idridason o Philip Kerr (editados por RBA y vendidos a 9,99 euros), se han agotado.

El dramaturgo Juan Mayorga ha sido el protagonista del "micro de la feria", un formato que la feria ha recuperado en esta 73 edición. Mayorga ha tomado el megáfono a las doce en punto para hacer un elogio de la lectura y contar en un minuto como se introdujo en el mundo de los libros, a través de su padre, quien leía en voz alta en su casa. Otros menos célebres han decidido abrirse un hueco en el encuentro, como es el caso de un grupo de jóvenes que, apostados con una máquina de escribir, teclean poemas a la carta. "Suelen pararse cinco o seis personas. Nos piden un poema y nosotros lo hacemos. Nos han pedido, por ejemplo, uno sobre la albahaca".

Si ya el sábado la Feria estaba tomada por entusiastas de las celebridades, el domingo la cita se decantó por los lectores minuciosos.

Sábado mediático

Cocineros, presentadoras de noticias, políticos, monologuistas, tertulianos y celebridades venidas a menos firmaban el sábado sus libros. Escritos por ellos –o no-, más de cien autores acudieron este fin de semana a la Feria del Libro de Madrid, que puede presumir de un aforo de espanto en los primeros dos de los quince días que durará su 73 edición, prevista hasta el 15 de junio.

A las once de la mañana del sábado, alrededor de 200 personas hacían fila para ver a Mario Vaquerizo. Embutido en una chupa de cuero negra y batiendo melena moldeada con ondas de peluquería, el presentador acaparó miradas y selfies en la jornada de firmas de su libro Haciendo majaradas, diciendo tonterías. Competía en longitud, también, la fila de quienes buscaban ver estampada en su recetario la firma de Jordi Cruz, jurado de Master Chef, quien se cocía a baño María en su caseta.

Les pisaban los talones una mediática Almudena Grandes, autora de Tusquets, quien firmaba ejemplares de Las tres bodas de Manolita y Federico Moccia, pastelón literario que en esta ocasión se hinchaba a firmar Tú, simplemente tú, su más reciente superventas sentimental. Algo menos concurridas, otras casetas sacaron pecho con autores de primera línea: Álvaro Pombo, con su nueva novela La transformación de Johanna Sansíleri; Lorenzo Silva con una entrega más de Bevilacqua y Chamorro; Agustín Fernández Mallo con su Limbo (Alfaguara); Marta Sanz con Lección de anatomía (Anagrama); Isaac Rosa con La habitación oscura (Seix Barral) o los poetas y ganadores del Premio Loewe de este año, Elena Medel y Antonio Lucas.

La escritora Almudena Grandes le pisaba los talones a Mario Vaquerizo y Jordi Cruz.

Todavía tímidos al momento de soltar cifras –mejor no aventurarse- los editores independientes luchaban por abrirse paso en un encuentro dominado por las grandes cadenas -La Casa del Libro; el Corte Inglés o la Fnac -: Gallo Nero, Periférica, Libros del K.O; Salto de Página; Trama Editorial; Lengua de Trapo… Además de librerías señeras que acudieron al primer fin de semana con sus mejores perchas: la librería Rafael Alberti; Méndez Librería o Tres rosas amarillas, además de las editoriales Anagrama, Tusquets, Alfaguara, Aguilar o PLaneta .

A codazo limpio –o haciéndose los escurridizos- paseantes, curiosos  lectores se abrían paso en un Paseo de Coches especialmente congestionado, aunque no del todo bendito por el buen tiempo, todavía de rogar en un fin de semana primaveral dominado por el viento pero también por las novedades. El premio Alfaguara de Novela de este año, Jorge Franco, presentó su novela El mundo de afuera y Bernardo Axtaga hizo lo propio con Días de nevada.

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