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Cultura

Scouts literarios: un oficio de sabuesos que se consolida en España

Aunque existen desde hace unas décadas ya -sobre todo en mercados anglosajones-, los scouts literarios cobran hoy un papel más visible, especialmente para la literatura escrita en lengua española. Corren, no nos engañemos, tiempos duros para el sector editorial, al menos en determinados países. Hay que vender, y cuanto más mejor. De ahí que los editores apuesten por trabajar con ellos codo a codo. Atrás quedó la época de los pelotazos o las casualidades. Trabajar sin un scout literario es como caminar a ciegas en un negocio en el que adelantarse a la competencia es el principal reto.

¿Quiénes son? ¿Qué hacen? ¿De dónde salieron? Y, sobre todo, ¿a qué se dedican exactamente? Su trabajo es detectar y reportar cuanto antes una tendencia o un libro, incluso si éste no se ha terminado de escribir todavía. No trabajan para varios grupos, tampoco cobran porcentajes ni representan a un autor. Olisquean en un territorio específico. Por ejemplo: un scout literario puede trabajar desde España para el mercado Italiano o también en el Reino Unido para una editorial alemana interesada en escritores ingleses. Su terreno, como el de los sabuesos, está muy bien delimitado.

Hay nombres señeros en este oficio, como es el caso de Bettina Schrewe, con más de 20 clientes en 18 países, o el de  Koukla MacLehose,  quien trabaja en el Reino Unido desde 1987.  En España, en cambio, esta  profesión es relativamente reciente. Según José Hamad, scout literario profesional asociado con Camila Enrich, entre 2007 y 2009 comenzaron a aparecer en el país determinadas agencias y profesionales especializados en este oficio. Fue justamente por ese tiempo cuando Carmen Pinilla y Daniel Aragó abandonaron la agencia literaria Carmen Balcells y se lanzaron al ruedo.

El scout literario es un muy reciente en España. Pero en la industria anglosajona lleva muchísimos años.

“El tema del scout literario es un muy reciente en España. Hace seis o siete años que empezaron, pero en la industria anglosajona este tipo de personaje lleva muchísimos años de trayectoria. Sólo a partir de fenómenos como Ruiz Zafón, a nivel comercial,  o el de Bolaño a nivel literario, se despertó un interés por la literatura escrita en lengua en española, que no necesariamente quiere decir literatura escrita por autores españoles”, comenta José Hamad quien trabaja junto Enrich para editoriales como Rizzoli en Italia, Wereldbibliotheek en Holanda, Cappelen Damm en Noruega o Grupo Editorial Record en Brasil.

Scouts literarios, algunas claves

Los hay de dos tipos: los scouts literarios ocasionales y los que se dedican de manera profesional a ese tema.  El tipo de scout del primer grupo puede ser, por ejemplo,  un traductor que asesora a uno o varios editores sobre un libro o un autor; los del segundo en cambio,  los llamados scouts literarios profesionales, suponen la definición estricta de este oficio: sólo pueden trabajar con un sello o un grupo en cada territorio. Su papel es proveer, lo antes posible, cualquier información sobre los libros que pueden ser interesantes para un editor, quien es finalmente el que decide si compra o no esa sugerencia.

Sólo pueden trabajar para un sello, se atienen a un territorio, no cobran comisiones y deben adelantarse a todo.

“Para un scout literario es clave tener conocimiento de la realidad editorial de cada país. No es lo mismo el mercado noruego que el brasileño (…) Quien se dedica a esto además, tiene que ser alguien que pertenezca al mundo editorial y lo conozca muy bien”, comenta Hamad, quien se dedicó de lleno al oficio de scout luego de trabajar en el sector editorial para varios sellos.

De Dan Brown a Bolaño

Sobre el  alcance real de estos personajes, surgen varias preguntas.  ¿Puede un scout literario descubrir al próximo superventas o al nuevo autor de culto entre los círculos más minoritarios? Sí y no. Tal y como afirmar Hamad, la decisión final recae en la editorial. Es ésta la que decide si adquiere o no los derechos de ese libro del que ha sido informada o advertida. A pesar de ello, es innegable que su papel resulta en este sentido fundamental. Cuanto antes lo sepan y antes lo comuniquen, mejor.

Cuál es, preguntamos a Hamad, el peor error que puede cometer un scout literario. Pues, sin duda, dejar pasar un libro importante o no darle la atención que realmente merecía, para verlo después convertido en un bestseller en manos de otro sello. ¿Un ejemplo? The Cuckoo’s calling, escrito por la superventas  J.K Rowling  con el seudónimo Robert Galbraith. Un libro que pasó desapercibido hasta que fue revelado su verdadero autor.

"No nos engañemos: a los grandes grupos les interesa un autor que venda"

En España se publican anualmente cerca de 70.000 títulos. ¿Todos ellos funcionan? No necesariamente. Sin embargo, lo importante, al menos para las editoriales, es dar con el libro que reviente las estanterías. ¿Quiere decir eso que los cazatalentos busquen sólo al próximo Dan Brown? “No nos engañemos –responde Hamad- a los grandes grupos les interesa un autor que venda, así que los buscamos. Pero también a los autores más literarios. Al final, en todos lados, quien manda es el editor”.

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