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Cultura

La fiesta del cine ha vuelto: 5 razones sobre por qué la entrada a 2,90 euros es sólo una parte del éxito

Una imagen de archivo de la edición pasada de La Fiesta del Cine.

Los tiempos de la sangría han quedado atrás. En los años 2012 y 2013 el cine vivió sus peores días: caída del poder adquisitivo, aumento del IVA del 8% al 21%, la sequía y extinción de más de cien salas en toda España. Las cosas comenzaron a cambiar a partir de 2014, cuando el cine superó los 140 millones de recaudación y desde entonces mantiene esa tendencia. Este 9 de mayo, y con viento a favor, comienza la décima edición de la Fiesta del Cine, que se celebrará en toda España hasta el 11 de mayo. Durante esos tres días los espectadores podrán asistir a casi cualquier cine por sólo 2,90 euros, gracias a esta iniciativa conjunta de exhibidores, productores y distribuidores, con apoyo oficial, que empezó a ponerse en práctica en 2009 para fomentar la afluencia a las salas.

Este 9 de mayo, y con viento a favor, comienza la décima edición de la Fiesta del Cine, que se celebrará en toda España hasta el 11 de mayo

Con sólo acreditarse previamente en la web de la Fiesta del Cine -salvo los mayores de 60 años y los menores de 14-, el público podrá disfrutar de grandes producciones internacionales como Batman vs Supermán, Capitán América: Civil War o Las crónicas de Blancanieves: El cazador y la Reina de Hielo. También podrán verse largometrajes españoles Julieta, de Pedro Almodóvar; Cien años de perdón, de Daniel Calparsoro; Kiki el amor se hace, de Paco León; o El olivo, de Icíar Bollaín, entre otros.

Han aprendido los organizadores de la Fiesta del Cine de los errores de la edición pasada, cuando la promoción coincidió con lo más selecto de las jornadas de fútbol. Por el momento, hay más personas registradas que el año pasado en las mismas fechas. Tras los dos millones de asistentes en 2014, en 2015 asistieron 1,6 millones de personas, una cifra que esperan igualar o superar esta semana . El lunes se conocerá el número exacto de acreditados, pero De Benito advierte de que es orientativo, ya que hasta un 40 % de los asistentes se registran en el último momento, cuando la fiesta ya está en marcha.

Han aprendido los organizadores de la Fiesta del Cine de los errores de la edición pasada, cuando la promoción coincidió con lo mejor de la Champions

Desde 2013 el sector del cine en España mantiene una tendencia alcista. El año pasado hubo 94 millones de espectadores y una recaudación de 572 millones de euros. Sin embargo, esas cifras están aún lejos de los 143 millones de espectadores y 691 millones de euros de 2009, cuando se alcanzó el techo más alto de los últimos quince años. En comparación con otros países de Europa, le llevan la delantera a España tanto Francia (206,1 millones de espectadores en 2015), Reino Unido (171,9 millones), Alemania (139,2 millones) e Italia (107 millones). 

El precio de la entrada es el principal atractivo y la cuerda de la que han tirado exhibidores y organizadores. Sin embargo, si el asunto es sólo precio, ¿por qué no se llenan de la misma forma el día del espectador? Aquí cinco apuntes al respecto.

  • Bajar el precio de forma definitiva. No ocurrió en 2013, ¿pasará ahora? Los exhibidores han sido extremadamente prudentes con este tema. Tras la Fiesta del Cine celebrada a finales de octubre de 2013, grupos como Cinesa y Yelmo lanzaron por su cuenta promociones similares -tres días a un precio especial de 3,50 euros-. Y aunque algunos pensaron que se desataría una guerra de precios, no fue así. Y mientras muchos aseguran que es preferible una entrada más barata con una sala llena a “tener una sala vacía” con precios más altos, el asunto nunca llegó a concretarse en una rebaja. No ocurrió entonces. ¿por qué habría de ocurrir ahora?
  • Si es por el coste, ¿por qué no se llenan de la misma forma el día del espectador? La reducción del precio de la entrada –por ejemplo a la mitad, que sería una cifra media de 3,50 euros- obligaría a los exhibidores a llenar la sala el doble para seguir ganando lo que ganan ahora, que es bastante poco. Las Federación de Cines de España aseguró entonces que no se puede extrapolar el comportamiento de tres días a todo el año”. A juzgar por las cifras que aportan los miércoles –el día del espectador, cuando la entrada cuesta 3,90 euros-, la respuesta es irregular. Si la media es de 100.000 espectadores por miércoles, la respuesta puede variar entre 200.000 y 400.000. Desde 2009, la recaudación cayó de 671,04 millones de euros a 507 millones de euros en 2013, la peor cifra en la historia del cine español. Estos números eran inversamente proporcionales al precio de la entrada, que en los últimos diez años pasó 4,6 euros e 2003 a casi 10 euros, el precio máximo que alcanza en algunas comunidades autónomas como Cataluña.
  • Síndrome 8 apellidos vascos. ¿De verdad es sólo un asunto de precios? En 2014, el cine obtuvo los mejores datos de taquilla de toda su historia en términos absolutos, con 123 millones de euros, gracias sobre todo al tirón de filmes como Ocho apellidos vascosEl NiñoTorrente 5: Operación Eurovegas y La isla mínima. Hasta este punto, la discusión parecía únicamente determinada por el precio. Un cine con más vocación de entretenimiento -y en el que la coproducción con la televisión fue decisiva- coincidió con la recuperación tímida del poder adquisitivo de los espectadores, quienes decidieron dar un paso al frente: comedia romántica, acción, thriller. En 2014 -como hoy- el IVA seguía siendo del 21% y sin embargo, hubo la mayor cuota de pantalla de la historia (más del 25%) y una recaudación sin precedentes de casi 130 millones de euros. Sin duda, el efecto Mediaset o Atresmedia como ingrediente común en los largometrajes más exitosos –Ocho apellidos vascos y El niño- da qué pensar. El valor económico de lo que se ofrece.
  • ¿Cartelizar el valor de las entradas? El 21% del coste de la entrada corresponde al IVA y 3% de lo que se dedica las entidades de gestión de derechos de autor, es decir: 24% en impuestos. El resto se reparte de forma variable entre distribuidores y exhibidores: 43% para los primeros y 33% para los segundos. De ahí que buena parte de la discusión del precio pase por el acuerdo entre ambos. Los exhibidores sin embargo se muestran muy cautelosos. Fijar precios comunes es contrario a las leyes de la competencia, además: las políticas comerciales son exclusivas de cada cadena. ¿Estarían dispuestos a dar esa batalla interna y no la de una IVA menor?
  • Efecto bola de nieve; otra vez el precio en segundo plano. Aunque no las tuvo todas consigo en un comienzo con la crítica, Ocho apellidos vascos consiguió capitalizar una empatía entre el público y supo jugar, muy bien, la baza de las redes sociales, a las que consiguieron sacarle el jugo. Una película no se vende sola. Necesita una serie de ingredientes. Entre ellos en cada uno de los casos citados, existe un precedente de guión televisivo -un territorio fuerte en España- que parece haber conectado con un público ansioso por renovación del repertorio y las figuras. En otras palabras, un cambio de ciclo. Nuevamente, el producto se impone a su valor. 

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