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Cultura

Madrid y Barcelona sostienen un pulso por quién se quedará con el archivo de Carmen Balcells

Gabriel García Márquez, Jorge Edward, Maria Vargas Llosa, Carmen Balcells, Donoso y Muñoz Suay, en 1974.

Hay quienes aseguran que, extendidos, unos detrás de otros, los más de dos mil documentos que forman parte del archivo de la agente literaria Carmen Balcells alcanzarían casi los tres kilómetros: manuscritos, correspondencia, originales traducidos... Los papeles que pertenecieron a unos 200 autores representados por la catalana. Buena parte de este archivo fue comprado en 2010 por el Ministerio de Cultura por un precio de tres millones de euros y ahora permanece en Alcalá de Henares. Queda sin embargo una parte y ésa la quiere para sí la Generalitat Catalana, ya que fue justamente Barcelona la ciudad desde donde la agente literaria movió durante décadas los hilos el mercado literario.

Las recientes declaraciones del conseller de Cultura, Ferran Mascarell, quien pidió revisar el lugar donde debe de estar ese archivo, siembran una cierta inquietud entre las instituciones encargadas de custodiar estos papeles. Mascarell reconoció además en un comunicado que "ciertamente había mantenido varias comunicaciones con la señora Balcells sobre la posible adquisición del legado literario, vinculado a determinados fondos de su propiedad y a otros bajo la propiedad de autores o herederos".

"Si el Ministerio de Cultura ha comprado este fondo, lo respetaremos; y en caso contrario, y si es oportuno, lo hablaremos con los herederos"

En concreto, habían acordado verse para volver a hablar a lo largo del mes de septiembre, "a la vuelta de vacaciones", en expresión de la señora Balcells, un encuentro que "lamentablemente no ha podido ser". Estas declaraciones de Mascarell aluden además tanto a la situación del archivo que compró en Ángeles González Sinde en 2010 como a una parte adicional que quedaría por negociar. "Si el Ministerio de Cultura ha comprado este fondo, lo respetaremos; y en caso contrario, y si es oportuno, lo hablaremos con los herederos", ha puntualizado.

El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, explicó a los medios que Carmen Balcells siempre manifestó su expreso deseo de que lo que aún permanecía en su poder -3.200 metros lineales de materiales- se uniera a lo que el Estado le compró en 2010. Las conversaciones habían avanzado hasta el punto de que la Junta de Valoración de Cultura ya había analizado el material y adoptado un acuerdo, que fijaba la tasación económica en 1,5 millones de euros, la mitad de lo pagado en 2010.

La muerte de Balcells plantea ahora alguna incógnita sobre el futuro de este archivo, entre otras cosas porque las negociaciones tendrán que continuar con los herederos de Balcells. El archivo de la agente es un material muy codiciado. En más de una ocasión, la Generalitat catalana ha expresado su deseo de que el erachivo comprado por el Estado retorne a Cataluña. Surge ahora la incertidumbre sobre el futuro de los papeles y documentos que se conservan en la agencia, que contiene información sobre unos 200 autores y decenas de editoriales  esenciales para entender y estudiar una historia de la literatura hispanoamericana del siglo XX.

"En más de una ocasión la Generalitat catalana ha expresado su deseo de que el material comprado por el Estado retorne a Cataluña"

El archivo se compone por la documentación generada por su grupo de empresas a partir de 2004 –agencia de escritores, agencia internacional, contabilidad, proyectos CBS- y por otra serie de documentos que habían quedado fuera de la venta realizada al Ministerio en 2010, así como por otros archivos relacionados con la propia Balcells. Del conjunto documental acordado con el Ministerio cabe destacar los Diarios de Carmen Balcells, que integran la serie iniciada en 1954 hasta la actualidad. En ellos la agente plasma sus comentarios sobre las operaciones realizadas por la empresa y sus relaciones profesionales tanto con escritores y editores como con otros personajes vinculados al mundo editorial; comentarios ilustrados o acompañados de fotografías, recortes de noticias, críticas literarias sobre los autores y las obras publicadas. También incluye los contratos suscritos por la agencia, así como parte de su archivo privado con los ejemplares de su biblioteca personal, que cuenta con dedicatorias de los autores y con anotaciones manuscritas de la agente literaria.

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