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Cultura

Madrid Destino ya tiene gestor: ¿conseguirá Carmena reparar el daño que hizo Botella a la Cultura?

De derecha a izquierda: el ex alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, la también ex alcaldesa Ana Botella y la recién electa Manuela Carmena.

Ese gigante disforme llamado Madrid Destino Cultura Turismo y Negocio nació de la fusión de Madrid Arte y Cultura S.A. (Macsa, empresa dedicada a promocionar la cultura en Madrid), Madrid Visitors & Convention Bureau (en otras palabras, una oficina de turismo) y la técnicamente quebrada Madrid Espacios y Congresos (Madridec), la gestora del Madrid Arena y la Caja Mágica, a la que recurrió Alberto Ruiz-Gallardón para centrifugar parte de la enorme deuda capitalina.

Cada una de las tres empresas padeció un ERE durante el año 2013, la suma de todas ellas dio origen a este nuevo y elefantiásico conglomerado en su momento presidido por Fernando Villalonga -quien fuera el hombre de Botella en Cultura- y al que ahora se incorpora como responsable Santiago Eraso, quien en una reciente entrevista concedida al periodista Sir Jaron, adelantó algunas ideas claves sobre qué se proponía al frente de este consorcio.

Eraso tiene a sus espaldas una larga carrera como gestor Ha pasado por el sector bibliotecas, libros, gestión de centros independientes...

“Soy consciente de los límites institucionales y formales que implica trabajar desde una empresa que se creó para favorecer la liberalización de las políticas culturales. Hemos de volver a poner en el centro el valor social y de bien común de prácticas culturales diversas, desde las más populares a las más experimentales o con vocación de transformación”, dijo Eraso al reportero.

La carrera de gestor de Eraso es extensa. Comenzó vinculado al sector del libro y bibliotecas. Fue director del Departamento Municipal de Educación, Cultura y Juventud y también director del Centro de Arte y Cultura Contemporánea de la Diputación Foral de Gipúzkoa. De 2001 a 2015 fue miembro del equipo de contenidos de UNIA arte y pensamiento de la Universidad Internacional de Andalucía. También ha trabajado en la candidatura de Donostia/San Sebastián a Capital Europea de la Cultura 2016 (2009-2011).

Concentración de poder, visión mercantil

Al momento de la creación de Madrid Destino, la oposición en bloque protestó contra la naturaleza de la nueva sociedad, pergeñada en apenas unos meses por Fernando Villalonga, exconcejal para aquel momento -tuvo que dejar el cargo al no ser electo por votación popular-. Especialmente temido resultó para la mayoría el apartado Nueva visión y estrategia de la empresa, que asumía que en adelante el criterio sería “el de no realizar ninguna actividad si no genera un ingreso equivalente por lo menos al coste real del servicio o actividad realizado”. Si un acto no cubría su corte, no se realizaba, de ahí que comenzara a ser llamado “Madrid Negocio, en lugar de Madrid destino”.

Si un acto no cubría su coste, no se realizaba, de ahí que comenzara a ser llamado “Madrid Negocio, en lugar de Madrid destino”

El asunto era especialmente grave, si se consideraba que de Madrid destino dependía desde el control de la reposición de una bombilla fundida en el Teatro Español, hasta la organización de un evento de promoción de la ciudad. Al momento de su creación, poco antes del batacazo de las Olimpiadas, Fernando Villalonga se volvió el Hombre Madrid 1010: pasó a gestionar no sólo los 91.637.015 millones del Gobierno de las Artes del Ayuntamiento sino también los 21.334.820 millones para Coordinación del Fomento al Deporte, además de todo lo relativo a la Fundación y Asociación Madrid 2020, que, según lo anunciado por la Alcaldesa, pasa a ser parte de sus atribuciones una Concejalía Delegada de Deportes dirigida por Patricia Lázaro.

La Cultura de Botella

El plan de Ajuste puesto en marcha por el Ayuntamiento de Madrid en 2012 dejó sin subvenciones a 20 instituciones. Apenas tres sí recibieron esas ayudas: la Real Fábrica de Tapices, el Teatro Real y la Fundación Colección ABC, esta última una institución privada, que recibió este 2013 la cantidad de 450.000 euros: ocho veces más de lo que se asignó en 2012, por ejemplo, al Ateneo de Madrid, una institución cultural emblemática -tiene 180 años-, que se ve obligada a recortar sus actividades porque tan sólo con las cuotas de sus socios no puede mantenerse.

El presupuesto del Ayuntamiento de Madrid para Cultura se redujo en 2013 23 millones de euros, un 20,4% menos que en 2012. El año anterior, el recorte fue de 12,3 millones (un 10,7% menos que en 2011). A eso se suma un aspecto adicional: la gestión. Ana Botella puso en marcha la fusión de la sociedad mercantil Madrid Arte y Cultura (MACSA) con Madrid Visitors & Convention Bureau (Madrid V&CB), el ente que desde el 1 de enero de 2012 se encargó de la promoción de la ciudad de Madrid en todo el mundo -tanto en lo que se refiere a turismo de ocio y de negocio-, y que terminó asumiendo el nombre de Madrid Destino, en un comienzo gestionada por el exdelegado de las Artes, Fernando Villalonga, quien anunció su próxima partida al Ministerio de Asuntos Exteriores. En ese proceso, al ayuntamiento despidió a 75 trabajadores de la que hasta entonces había sido la empresa gestora de la cultura de la ciudad.

El presupuesto del Ayuntamiento de Madrid para Cultura se redujo en 2013 23 millones de euros

Pero el asunto no quedó allí. Menos música en vivo, menos teatro y menos cine. En Madrid se celebraron en 2013 27.873 conciertos, casi cinco mil menos de los 33.162 del 2008. Según la Asociación La Noche en Vivo, en Madrid han cerrado cerca de 60 locales de conciertos en el último año. La Alianza de Empresarios de Ocio Nocturno apunta un total de 100. Los datos de la SGAE no son más esperanzadores: el número de conciertos en Madrid ha caído un 21,5%, el público asistente un 31% y la recaudación un 19,7%.

Durante el año 2011, la Comunidad de Madrid acogió el 30% de las representaciones escénicas de todo el país (18.000 de las 60.000 nacionales) y registró más de 4 millones de espectadores de los casi 15 millones que se dieron en todo el país (el 28% del total). El otoño siguiente, es decir, en octubre de 2012, los teatros madrileños presentaron 500 obras con casi 6.000 funciones, menos del 50% que en el mismo periodo anterior. Pocos días antes de abandonar su cargo, Botella ordenó precintar el Teatro Nuevo Apolo, ya que el recinto, ubicado en la plaza de Tirso de Molina, incumplía uno de los puntos de la ordenanza de protección acústica de Medio Ambiente. La medida fue criticada por el sector, que la tildó de “rocambolesca”.

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