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Cultura

Chico Trujillo: “Desde que nací, me he sentido despreciado”

Durante la transcripción de esta entrevista, estallaron las revueltas en Chile. Al entregarla se había cobrado 42 muertos y decenas de heridos y desaparecidos. El origen está en una modesta subida de las tarifas de metro, que fue la gota que colmó el vaso para unas capas desfavorecidas que viven tan al límite de la subsistencia. Las respuestas de Aldo Enrique Asenjo Cubillos (1969), alias 'Macha', ponen fácil comprender por qué es uno de los músicos favoritos en los barrios humildes de media América Latina. Proyectos como Chico Trujillo (centrado en la cumbia) y Bloque Depresivo (canciones sentimentales) huelen a vida cotidiana de la gente sencilla. Por los cuatro costados.

Nada más estallar los disturbios, Chico Trujillo publicó un comunicado desde algún lugar de Europa, donde siguen de gira. “Condenamos enérgicamente las evasiones tributarias y el enriquecimiento desproporcionado de ciertas familias chilenas, a su vez lamentamos mucho los saqueos a pequeños comerciantes”, explican. No se trata del mensaje de una izquierda épica, sino de un sentimiento popular práctico. “Nuestro más sincero pésame a las familias de los caídos. No queremos más mártires, queremos un Chile justo. No estamos en guerra, estamos unidos”. Desde los códigos sociales españoles resulta extraño que un grupo de cumbia de barrio llame a la unidad de la nación, mientras el presidente conservador culpa a la mitad de los compatriotas de los enfrentamientos. El mundo al revés.

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En todo caso, quedamos con 'Macha' antes de los disturbios para hablar de Mambo mundial (2019), su último trabajo, una espléndida batidora de ritmos bailables y uno de los mejores álbumes de 2019. Lo presentaron de manera arrolladora en la sala Mon Live de Madrid, el mismo recinto donde en 2014 tuvieron un encontronazo con la policía madrileña. El inicio del conflicto fueron unos bises que el público reclamaba más allá de la hora de cierre. El grupo sacó la sección de metales a la calle para interpertar una versión extendida de 'Gran pecador' en la calle Hilarión Eslava. No tardaron en aparecer cuatro coches patrulla. “Bueno, al final todo salió bien y no fuimos a la cárcel ni tuvimos que pagar multa.  La decisión de seguir en la acera fue el producto de un exceso de felicidad”, recuerda Macha. Comienzan las preguntas de Vozpópuli

Algunos seguidores españoles perciben a Chico Trujillo como parte de una gran tradición que se extingue: The Clash, Mano Negra, Los Fabulosos Cadillacs…

Son bandas a las que tengo cariño, pero siento que nosotros buscamos las cosas desde otro lugar. Hemos estado harto tiempo dando vueltas por Latinoamérica. Conectamos de manera profunda con países como Colombia y México, nos gustan sus músicas de raíz. Nosotros hacemos canción popular, entre comillas si quieres, mientras Mano Negra eran un grupo de ska, ¿no? Chico Trujillo es más ‘chchch-chchch-chchch’ (imita el ritmo clásico de la cumbia). Somos lo mismo que esos tres grupos en el sentido de que nos gusta mezclar, lo que se llama fusión. En realidad, nosotros venimos de Los Jaivas, una banda de los setenta que mezclaba sonidos latinoamericanos con el rock.

"Al hombre no se le permite sufrir ni mostrar sus sentimientos. Eso es una bomba de tiempo. Lo necesario y lo normal es llorar cuando tienes pena"

El material de sus canciones es la música de barrio, que ha sufrido un tremendo desprecio clasista en América Latina.

Desde que nací, me he sentido despreciado. Los que venimos de la clase trabajadora somos terreno fértil para atraer el desprecio, ni somos guapos ni tenemos estudios la inmensa mayoría de las veces. Nos termina gustando la música acelerada, con historias aceleradas. La cantante peruana Lucha Reyes decía que ella tenía los tres puntos claves para no triunfar en nada: ser mujer, ser de raza negra y ser pobre. Yo me siento más cercano a ella que a los grupos de los que hablamos antes. Bueno, no es que me sienta más cercano, sino que vengo de ese mismo lugar. Nos desprecian a nosotros de manera clasista y a nuestra música con un clasismo intelectual, como si no tuviera valor.

¿Cree que ese clasismo se está superando?

Cuando murió Juan Gabriel, que es un héroe de la música popular, hubo una reacción emocionante de todo el país. Expulsaron al director de la televisión de la Universidad de México (Nicolás Alvarado) porque dijo que encontraba que su música era naca (equivalente a nuestro ‘choni’ o ’barriobajero’). No te puedes meter con Juan Gabriel, que tiene un disco llamado 'En vivo' que es un pedazo de historia de la música popular de América Latina. En el lado contrario, estamos viendo en todo el continente que sale de su escondite una serie de líderes políticos diciendo cosas que pensábamos que nunca más íbamos a volver a escuchar. El mayor ejemplo es Bolsonaro y su defensa de la dictadura militar brasileña.

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También triunfa su proyecto Bloque Depresivo, que tiene material propio y sobre todo versiones de canción sentimental en español.

En Chile, de alguna manera, tenemos una educación supermilitar, patriarcal, donde al hombre no se le permite sufrir ni mostrar sus sentimientos. Eso es una bomba de tiempo. Lo necesario y lo normal es llorar cuando tienes pena. No estoy diciendo que tengamos que cantar los clichés, pero a todos nos pasan cosas que son para llorar, a los machos también. Veo esa emoción cada noche en los conciertos, padres e hijos metidos en la música para sacar sentimientos que no pueden o no han podido manejar de otra manera. También veo abuelos de sesenta y setenta años, todas las generaciones…

A partir de cierto año, la música de Jamaica y Brasil perdió su dirección, dejan de hacerla para ellos mismos y pasan a componer pensando en Miami"

Debe de ser emocionante contribuir a eso.

Lo que aporta Bloque Depresivo no tiene que ver con izquierda y derecha, sino con la resistencia a reprimirse. No hay ninguna necesidad porque venimos de una sociedad donde la represión es gigante. Tampoco te lo digo en tono grave, no hablo de los militares, sino de la escuela. Hay niños que no juegan suficiente porque les ponen demasiados deberes.

Muchas veces, los barrios más pobres de América Latina crean un tipo de música innovador, pero quienes se llevan el beneficio son artistas cool con conexiones en la industria como Diplo y Bomba Estéreo. ¿Le molesta este proceso?

Es algo que viene de largo, la industria siempre ha preferido a artistas de piel y enfoques más blancos. Mira lo que ocurrió en el siglo XX con la música de Jamaica y la música de Brasil, que a partir de cierto año perdió su dirección, dejan de hacerla para ellos mismos y pasan a componer pensando en Miami, Londres y Nueva York. Por fortuna, Chile somos un país pequeño, un mercado poco importante para que eso ocurriera. Nunca hemos influido a nadie en nada.

¿Es distinto tocar con Chico Trujillo en Europa y en America Latina?

El problema es que en América Latina no hay un circuito de salas como el de Europa, donde circulas de manera natural entre clubes y festivales. Allí los conciertos dependen demasiado del patrocinio de compañías de móviles. Deberíamos juntarnos y pensar de verdad sobre esto. Necesitamos un circuito distinto donde mostrar lo que hacemos. Es una tarea pendiente. La otra diferencia es que en América Latina los conciertos empiezan más tarde, son más largos y más desordenados. Cuesta acostumbrarse a comenzar a las ocho de la tarde.

En España despertó mucha polémica la exigencia de Antonio Manuel López Obrador, presidente de México, pidiendo a los Reyes que se disculparan por la colonización. ¿Qué opina al respecto?

Como dije, siempre sentí que las clases medias y altas me tratan despectivamente, que me quieren enseñar a vivir. Es la historia reciente de Chile. Sobre las disculpas del Rey de España, no tengo nada que decir, no siento ninguna conexión. Solo espero que la camada de gente que durante siglos se ha aprovechado de la gente normal  nos dejen en paz. Pienso cosas parecidas al ver a esos pobres africanos que cruzan el mar para llegar a Europa. La solución no es que se vengan todos para acá, sino que dejen de robar a sus países para que puedan vivir allí. ¿Iba a estar mejor Europa con mil millones de personas más? Nadie viene aquí por deseo, sino por necesidad. No quieren estar aquí. Que les dejen vivir.

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