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Cultura

César Navarro preside el Ateneo de Madrid y Pedro J. Ramírez, vicepresidente

Una imagen de la fachada del Ateneo de Madrid, ubicado en el barrio de las letras.

El médico y académico César Navarro ha sido elegido nuevo presidente del Ateneo de Madrid, el periodista Pedro J.Ramírez, vicepresidente segundo y el profesor de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid Eliseo Sánchez, secretario primero. Este ha sido el resultado de las elecciones presidenciales que celebró el día lunes 16 de junio la institución y en la que ejercieron su derecho al voto 319 de sus 2.000 socios, según señala el Ateneo en un comunicado de prensa. Navarro -quien ya había presidido esta institución- y Rámirez se presentaron por la candidatura de "Transparencia", en la que no resultó elegido como secretario primero Pedro Boyer Bergese. Este cargo ha sido ocupado por Eliseo Sánchez, de la candidatura "Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo", que encabezaba Pedro A. García Bilbao.

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte reclama al Ateneo cerca de 1,2 millones de euros por subvenciones que se emplearon para otros fines distintos de los que figuraban en el expediente administrativo. Según señalaron los candidatos, antes de las elecciones, "para superar la crisis, y poder dialogar con las instituciones madrileñas, se hace necesario erradicar las prácticas irregulares, resolver los contratos opacos y ruinosos para el Ateneo, practicar la total y absoluta transparencia (...), y seguir la tarea emprendida por Enrique Tierno Pérez-Relaño" -el anterior presidente-. La institución se enfrenta, además, a un contencioso con la empresa adjudicataria de su cafetería y están aún pendientes las obras previstas en su sede, en la calle Prado 21, y la catalogación y digitalización de su fondo bibliográfico y cultural. 

Según marcan los estatutos de la institución, la renovación de los once cargos de su Junta de Gobierno se elige por mitades cada año, para dos años de mandato renovables. En este caso por dimisión de los cargos anteriores, el período de gobierno es de un año.  El pasado 30 de mayo de 2016 se renovaron cinco de estos cargos: vicepresidente primero, vocal primero, contador, secretario segundo y secretario tercero.

Una institución histórica, a pesar del presente 

Desde hace más de cinco años, el Ateneo de Madrid atraviesa una situación de crisis que ha obligado a la institución a serveros recortes, incluso a la subasta de algunos objetos. Ya en 2012, el año de su 180 aniversario,  la Comunidad y el Ayuntamiento debían la subvención prometida para esa fecha, que ascendía  a 279.000 y 59.000 euros, respectivamente. El Ateneo de Madrid, cuyo origen se remonta a 1820 está cercano a cumplir su Bicentenario, siendo una de las instituciones "más antiguas de la capital". En la historia del Ateneo de Madrid el voto democrático ha servido para elegir a los miembros de la Junta de Gobierno desde su origen. Fueron presidentes, entre otros: el Duque de Rivas, Martinez de la Rosa, Alcalá Galiano, Cánovas de Castillo, Moret, Echegaray, Marañón, Azaña, Valle-Inclán, Unamuno, Chueca y  más recientemente José Prat, Paulino G. Partida,  José Luis Abellán, Carlos París, César Navarro y Enrique Tierno-Pérez Relaño.

Uno de los personajes más significativos de la conjunción que esta institución ha propiciado entre pensamiento y política, ha sido la presencia de figuras como Manuel Azaña, quien no tendría más de 20 años  cuando pisó por primera vez el Ateneo de Madrid. Corría el año 1900, ya había concluido sus estudios en Derecho y se abría paso en el Madrid de la generación del 98 con sus lecturas francófilas. No es de extrañar que una institución de tan afrancesada tradición como el Ateneo le resultara acogedora para él. En 1913 fue elegido como secretario, hace cien años ya. Aunque en 1930 –cinco meses antes de la proclamación de la Segunda República-Manuel Azaña ocupó el cargo más alto en la institución, también es cierto que fue un período bastante más corto que el de sus días como secretario, cargo que mantuvo durante siete años no sin las críticas ni la oposición de quienes le acusaron de convertir el Ateneo de Madrid en un laboratorio de sus apetencias políticas. Su paso por la presidencia del Ateneo, que ocupó ya siendo Ministro de Guerra, culminó en 1932. El testigo lo recogió Ramón del Valle-Inclán.Azaña regresó  poco después e ingresó en la Sección de Ciencias Morales y Políticas. En total, la relación de Azaña con el Ateneo de Madrid abarcó tres décadas, un tiempo que coincidió con crecimiento intelectual y político en una España que estaba por enfrentarse a los capítulos decisivos de su devenir histórico. Esa es tan sólo una de las muchas estampas que dan sentido a la figura, algo desteñida, de una institución que fue de vital importancia en el siglo XX.

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