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Cultura

'El arte de Cartier': más de 420 joyas de la Maison se exponen en el Thyssen

El collar de rubíes y diamantes de Elizabeth Taylor, regalo de su tercer esposo, el productor Mike Todd; el broche con forma de flamenco de la Duquesa de Windsor; la diadema estilo Guirnalda perteneciente a la Familia Real Española, regalo del rey Alfonso XIII a la reina Victoria Eugenia en 1920 o un impresionante collar de serpiente hecho en diamantes que perteneció a María Félix. Estas son algunas de las piezas que pueden verse en el Museo Thyssen-Bornemisza, del 24 de octubre al 17 de febrero de 2013, en la exposición El Arte de Cartier, en la que despliega todo el lujo de la famosa firma francesa con una selección de más de 420 piezas de esta Colección, desde sus orígenes hasta nuestros días.

Esta muestra, la primera que se hace en España, es "una de las más importantes organizadas hasta la fecha por el número de piezas expuestas y refleja el espíritu y la evolución artística de Cartier desde su fundación en París en 1847", ha destacado Bernard Fornás, presidente de Cartier International. Las fascinación de los hermanos Cartier y su interés por el arte de las culturas lejanas o antiguas sentaron las bases de la identidad artística de la Maison. Del estilo Guirnalda al Art Decó de los años 30, de la inspiración china al estilo Tutti Frutti, esta retrospectiva abarca más de 165 años de creatividad que realza en un amplio recorrido por las múltiples manifestaciones, técnicas y estilos de diseño de sus creaciones. La Colección Cartier supera las 1.450 piezas procedentes de coleccionistas privados, de joyeros o de subastas. "La riqueza del archivo histórico que la Maison ha conservado durante décadas es una parte fundamental de la Colección", según Pierre Rainero, director de Imagen, Estilo y Patrimonio de Cartier. Por ello cobra también un destacado protagonismo en el recorrido de la muestra.

Formado por bocetos, dibujos, acuarelas y apuntes de extraordinaria belleza, este archivo es un tesoro desconocido por la mayoría del público y ofrece, sin embargo, una información de excepción para entender la Colección en todo su sentido y explicar cómo, para quién y por qué fueron creadas muchas de las piezas. El diseñador Jorge Varela, comisario de la exposición junto al director artístico del Museo, Guillermo Solana, y Paula Luengo, del Área de Conservación del Museo, ha concebido un espectacular montaje en el que, junto a las piezas expuestas en cada sala, se proyectan en las paredes imágenes de sus correspondientes bocetos, dibujos y fotografías de los personajes que las lucieron, y que aportan una información adicional de interés histórico.

Dividida en dos secciones, la primera sala de la exposición presenta joyas variadas de la segunda mitad del siglo XIX con guarnición de plata y oro según la técnica tradicional; es el denominado estilo Luis XVI o Guirnalda que alcanza su punto culminante en 1890 y perdura hasta la Primera Guerra Mundial, y que Cartier revolucionó completamente con la introducción de un metal nuevo en el mundo de la joyería: el platino. La segunda sección muestra una completa selección de tiaras. Convertida en símbolo exclusivo de la realeza, la diadema o tiara evolucionó a lo largo de los siglos hacia piezas de orfebrería llevadas como insignias de soberanía o alto rango. Las grandes diademas de Cartier datan de principios del siglo XX y, en su mayoría, son de platino; son encargos tanto de la realeza como de las grandes fortunas de uno y otro lado del Atlántico que rivalizaban en esplendor con la nobleza de las cortes europeas.

Después de la Primera Guerra Mundial aparece una nueva élite rica, culta, abierta y atrevida formada por las más importantes familias aristocráticas europeas y las grandes fortunas americanas; muchos de ellos se convirtieron en clientes habituales de Cartier: la Duquesa de Windsor, Daisy Fellowes, Mona Bismarck, Millicen Rogers o Gloria Guiness. También actrices como las citadas Grace Kelly, Elisabeth Taylor o María Félix. Esta exposición da buena cuenta además de la colección de relojes diseñados por Cartier desde sus inicios así como de piezas inspiradas en la flora y la fauna: motivos en forma de pájaros, mariquitas, mariposas, tortugas, libélulas, flores exóticas, palmeras y, especialmente, las famosas creaciones felinas, de gran realismo y maestría técnica de esta firma, de las que también hay una selección en esta retrospectiva.

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