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Cultura

Denuncian trato de favor de Botella y Miguel Ángel Cortés en la cesión del solar para el museo de Ambasz en Madrid

La Alcaldesa de MAdrid, Ana Botella, con Emilio Ambasz durante la presentación del convenio.

El pasado 6 de marzo, el Ayuntamiento de Madrid presentaba a todo trapo el proyecto para un Museo de las Artes, Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU) que ocupará el número 30 del Paseo del Prado, un enclave privilegiado, ubicado justo en el centro del triángulo que forman el Museo Thyssen, el Museo del Prado y Caixa Forum. El nacimiento del proyecto surgió del convenio de colaboración firmado por la alcaldesa  Ana Botella con La Fundación Emilio Ambasz –una institución creada en 2007 que tiene por objetivo estudiar y difundir la obra del arquitecto argentino- y según el cual cede de forma gratuita durante 75 años el edificio, que será derrumbado y transformado por Ambasz para crear allí su museo. El arquitecto habló, en principio, de una inversión –de su propio bolsillo, de diez millones de euros-. La oposición habla de un trato de favor que involucra al diputado popular  Miguel Ángel Cortés, ex secretario general de la Fundación Ambasz.

Tres meses antes de la firma del convenio, en enero, la Junta de Gobierno de Madrid rebajó la protección del edificio (de nivel 2, es decir, que obliga a conservar la fachada  y las escaleras interiores), a nivel de protección ambiental 3, que permite modificaciones en los 3.000 metros cuadrados del edificio. Con apenas unos días de diferencia, la Fundación Emilio Ambasz se dirigió al Ayuntamiento expresándole su deseo de crear en Madrid, y concretamente en el Paseo del Prado, un museo dedicado a la arquitectura, el diseño y el urbanismo. Para ello, pidió la cesión, justamente, de un solar o de un edificio de al menos 3.200 metros cuadrados. Demasiada casualidad a juicio de algunos.

Un museo con posibilidades de explotación comercial

Ratificado el cambio de protección del edificio  –que permite derrumbar, modificar, rehacer- y una vez presentado el convenio, tanto Fernando Villalonga –entonces Delegado de las Artes del Ayuntamiento- como la alcaldesa Ana Botella ratificaron el carácter filántropo de Ambasz, quien, según las autoridades “había rechazado construir su museo en ciudades como Nueva York París o Sidney y optado por Madrid”. La propia Fundación Ambasz insistió en que el proyecto sería un gesto  “en agradecimiento” al Gobierno  por haberle concedido  la ciudadanía española –Ambasz la adquirió hace unos años-.

El Colegio de Arquitectos de Madrid denunció la cesión sin concurso público y habla de un proyecto poco claro.

Sin embargo, el  Colegio de Arquitectos (COAM) presentó una queja formal  por la cesión del edificio sin la convocatoria de ningún  concurso público - el propio Colegio llevaba años barajando la edificación de un museo dedicado a la arquitectura-. Denunciaron además que el proyecto presentado por la Fundación era poco claro. En principio, el edificio albergaría además del espacio expositivo, un área de explotación comercial –una librería y un restaurante- que podrán ser contratados por terceros y que estarán abiertos al público fuera del horario del museo –en un lugar tan céntrico y turístico como el Paseo del Prado, estas actividades podrían reportar grandes beneficios-. De hecho, al presentarse el Plan Especial que hará posible construcción en el solar, la Junta de Gobierno concedió una ampliación de la edificabilidad del 10%, la máximo posible.

El equipo de Ana Botella mantiene su idea de que la Fundación que preside Emilio Ambasz pueda levantar un nuevo museo frente al Prado. "No encontramos ninguna contraindicación, ni efecto secundario, ni reparo, ni cautela, ni efectos adversos en este proyecto con el que vamos a seguir adelante porque es bueno para Madrid" explicó esta semana durante la Comisión de las Artes el director de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento, José Francisco García.

Miguel Ángel Cortés, Botella  y un supuesto trato de favor

Para miembros de la oposición  –específicamente Ana García D'Atri, del grupo socialista; Milagros Hernández, de IU; y Patricia García de UPyD- aquí hay mucho más. Según han denunciado, en la cesión del edificio tiene que ver –y mucho-  el político del PP Miguel Ángel Cortés, exsecretario de Estado de Cultura y miembro de FAES, quien estuvo durante cuatro años en el Patronato de la Fundación Ambasz, creada en 2007 con la intención de difundir la obra de este arquitecto, conocido por sus investigaciones en la “arquitectura verde”, lo que le valió, en 1976 y  1985, del Premio Internacional de Arquitectura Progresiva.

Miguel Ángel Cortés admitió haber sido patrono de la Fundación Ambasz, que abandonó poco antes de firmarse el convenio.

Al ser consultado por Vozpópuli, Miguel Ángel Cortés aclaró, vía telefónica, que se trata de una casualidad. Admite, sí, haber sido secretario general de la Fundación, pero aclara que se separó del cargo un tiempo antes de que la institución hiciera la propuesta. “Soy miembro del Comité de Arquitectura y Diseño del MOMA de Nueva York, del que Ambasz es curador jefe, de ahí nos conocemos y a eso se limita nuestra relación”.

Esta versión ofrecida por el actual diputado popular por Valladolid, contrasta con otras fuentes –cercanas al político- que ratifican las prácticas fraudulentas de Cortés en el ejercicio de sus responsabilidades culturales. “Cortés es un protegido de Ana Botella, alguien a quien le gusta mucho el dinero y que se ha dedicado a organizar exposiciones, muchas veces quedándose con cuadros y obras para su propio beneficio”, dice una fuente que prefiere no revelar su nombre. Cortés desmienta categóricamente estas afirmaciones y subraya no tener relación alguna con la cesión ejecutada por el Ayuntamiento.

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