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Cultura

Carmen Thyssen sólo puede vender 10% de su colección de arte

La pintura La esclusa (The lock) de John Constable (1776-1837), una de las piezas más apreciadas de la colección privada de Carmen Thyssen, se subastará el 3 de julio próximo en la sala Christie's de Londres, con un precio de salida estimado entre 20 y 25 millones de libras esterlinas, de 25 a 32 millones de euros.

La obra, que hasta hace unos días se exhibía en el Museo Thyssen junto a la colección del barón, es una de las seis pinturas que forman parte de la serie más famosa de Constable, y la única que permanece en manos privadas.

Aunque se trata de una pintura de su propiedad, la baronesa informó  al patronato del Thyssen de su próxima venta, a la que con anterioridad se habían opuesto los patronos Francesca de Habsburgo, hija del barón Thyssen, y Norman Rosenthal, pero ninguno de los dos acudió a la reunión del martes donde se Thyssen comunicó su decisión.

"La baronesa tiene derecho a vender un 10% del valor total de la colección, fijado en 800 millones de euros. La venta del Constable supone un 4,8 por ciento".

Evelio Acevedo, director gerente del museo, aclaró que "nadie tiene que autorizar que se devuelva algo a su propietario. Por cortesía, la baronesa informó al patronato. El marco jurídico es el de préstamo y se devuelve si el propietario lo pide".

Según los términos del acuerdo de préstamo, la baronesa tiene derecho a vender un 10 por ciento del valor total de la colección, fijado en 800 millones de euros. La venta del Constable supone un 4,8 por ciento.

Se trata de una pieza "aislada" dentro de la colección de la baronesa que forma parte del discurso expositivo del museo, por lo que no rompe ninguno de los movimientos presentes. "Es una pintura fantástica, pero más aislada", explica Guillermo Solana, director artístico del museo.

Tras ser pintada por el maestro británico, La esclusa pasó a manos de su primer propietario y posteriormente fue adquirida por 10,8 millones de libras esterlinas por los barones Thyssen en una subasta de Sotheby's celebrada en 1990. Esta compra hizo que fuera durante dieciséis años la pintura británica más cara.

"La esclusa  fue adquirida por 10,8 millones de libras esterlinas por los barones Thyssen en una subasta de Sotheby's celebrada en 1990"

En un encuentro con medios de comunicación realizado esta semana, la baronesa ha recordado que desde hace un año ha estado en negociaciones con Sotheby's y Christie's, "aunque finalmente -ha dicho- me he decidido por estos últimos".

Según la información que sobre La esclusa facilita Christie's, se trata de una de las más grandes pinturas de Constable y una destacada obra del arte europeo que representa a la pintura británica en su momento culminante. "Esta venta asegura el futuro de la colección privada de la baronesa Thyssen", señala la nota de la sala, que exhibirá la pintura los próximos dos días en Londres y posteriormente en Nueva York.

El meollo de la cesión. ¿Alquilar la colección o venderla al Estado?

Carmen Thyssenespera que esta venta "sea algo excepcional" y que no tenga que desprenderse de otra de las obras de su colección privada, que desde hace trece años tiene prestada al Estado "de forma desinteresada". SIn embargo, para algunos, esta supuesta venta es un mecanismo adicional de presión de Carmen Thyssen para que el ministerio de Educación, Cultura y Deportes coloque sobre la mesa la opción de alquiler o compra de la colección, la cual, de prosperar, aplicaría el mismo régimen de propiedad de Estado que tiene la colección del barón.

La baronesa ha sido muy clara a la hora de exponer los motivos que la han llevado a vender. "Me hace falta dinero, como a todo el mundo", ha declarado, manifestándose como "la primera dolida" por tener que desprenderse de la obra. En caso de haber llegado a un acuerdo de alquiler de su colección privada, que se muestra unida a la del barón (propiedad del Estado español), "no me hubiera hecho falta -ha dicho- vender la obra".

Mientras se mantenga pendiente la resolución de este tema, la baronesa continuará ejerciendo presión. La Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, formada en su mayoría por obras que heredó del barón, con autores como Canaletto, Fragonard, Constable, Courbet, Monet, Sisley, Renoir, Degas, Gauguin, Rodin, Matisse o Picasso fu cedida  de forma gratuita durante once años. En 2011 finalizó el plazo y, tras un fuerte pulso con la entonces ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, se renovó el préstamo gratuito por otro año más.

"Mientras se mantenga pendiente la resolución del alquiler de la colección, la baronesa continuará ejerciendo presión"

Previsiblemente, la cesión en estas condiciones no volverá a producirse, ha dicho Thyssen en la mayoría de sus declaraciones públicas. La baronesa cree que tiene que pensar en el futuro de sus herederos, "que no pueden ser tan románticos como yo"."Mi deseo es recibir un alquiler. No quiero venderla, prefiero que me pertenezca a mi o a mis herederos y que luego sean ellos los que, dentro de 20 o 25 años, decidan".De momento, Cultura no se ha pronunciado, ni a favor ni en contra, sobre esta situación.

El Thyssen-Bornemisza cumplirá en octubre veinte años. Han sido unos años "maravillosos, en los que todo ha sido muy bueno", para la baronesa, quien se muestra orgullosa de haber colaborado todo lo que ha podido. "Nunca he faltado a ninguna de las reuniones del patronato ni a ninguna exposición importante, y siempre lo he hecho todo de forma gratuita", ha comentado.

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