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Motor

Anfac aprovecha el Salón de Barcelona para pedir a la ministra Maroto un mensaje de estabilidad

El mercado del automóvil se ha visto frenado en los últimos meses a raíz de las controvertidas declaraciones del Gobierno.

La agenda del Salón del Automóvil de Barcelona tiene marcada como una de las reuniones más relevantes la de la Ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, con la junta de Anfac, una reunión en la que la patronal del sector busca un mensaje de tranquilidad desde el nuevo Gobierno para recuperar la estabilidad perdida en los últimos meses y afrontar con optimismo estas fechas previas al verano, principalmente junio y julio, tradicionalmente dos de los mejores meses para los fabricantes en cuanto a ventas.

Y es que el sector del automóvil en España vive tiempos revueltos en el último medio año, con mensajes desde el propio Gobierno respecto al diésel y a los motores de combustión en general que han generado demasiadas dudas desestabilizando el mercado. Desde que salieran a la luz las declaraciones del Gobierno de Pedro Sánchez respecto al sector del automóvil, primero con la guerra emprendida contra los diésel con las palabras de la ministra Ribera sobre el fin de estos motores, con la pretendida subida luego del impuesto al gasóleo y, finalmente, con la intención de establecer una prohibición a la comercialización de turismos con motor de combustión a partir de 2040, el mercado ha sufrido un frenazo en las ventas en parte por las dudas generadas a los usuarios.

Una serie de medidas y declaraciones que han tenido todo tipo de respuestas negativas en estos últimos meses desde muchos frentes, empezando por la propia industria del automóvil española, que produce anualmente casi tres millones de turismos y miles de motores tanto diésel como gasolina.

Las muchas críticas recibidas desde el sector automovilístico hicieron al Gobierno socialista cambiar su postura en este frente

Las muchas críticas recibidas desde el sector automovilístico así como el rechazo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que dio paso luego a las elecciones, hicieron al Gobierno socialista cambiar su postura en este frente, y el proyecto de Ley de Cambio Climático que quería implantar, que anunciaba la prohibición de vender turismos diésel y gasolina a partir de 2040 y de circular con cualquier vehículo movido por combustibles fósiles a partir de 2050, parecía antes de las lecciones que no iba a llevarse a cabo finalmente en forma de prohibición, sino de recomendaciones para llegar a esa descarbonización que busca Europa pero sin prohibiciones generalizadas.

Ahora, se espera con impaciencia que el nuevo Gobierno anuncie sus medidas en lo que al sector del automóvil se refiere, y que reflejen de forma clara hacia donde avanzan sus planes de cara a ofrecer al usuario una esperada tranquilidad. Anfac tratará de lograr que al menos el mensaje desde el Ministerio de Industria ofrezca cierta estabilidad para devolver la confianza a los compradores, en forma de no seguir hacia el camino de la prohibición de los vehículos de combustión con fecha fija y apostar por desarrollar medidas con el sector y la Administración que permitan una transición hacia la descarbonización del sector de una manera ordenada y justa. Una reducción paulatina de las emisiones y medidas que contribuyan a introducir los vehículos de cero emisiones sería sin duda bien acogido por el sector, junto a un programa estable de ayudas para la renovación del cada vez más antiguo parque de turismos.

Subida del diésel

Pero no será a buen seguro el único tema a tratar y, a falta de un acuerdo de investidura y mientras se lleva a cabo la ronda de contactos para elegir el nuevo Gobierno, planea sobre la cabeza de los conductores españoles la más que probable subida del impuesto al diésel. Y es que en el Plan de Estabilidad presentado por el Gobierno a la Comisión Europea ya se plantea esta subida en 3,8 céntimos por cada litro de combustible, lo que supondría más que una notable repercusión al bolsillo –menos de 40 euros al año si haces unos 15.000 kilómetros o unos dos euros más en cada depósito de 50 litros– una barrera más en la decisión de comprar o no un turismo de gasóleo.

Eso sí, un subida que podría ser aún mayor a medio plazo, pues también el Gobierno ha transmitido la intención de equiparar el precio de la gasolina con el del diésel, que ahora mismo tienen una diferencia de más o menos 10 céntimos en impuestos, con unos 40 céntimos por litro en el caso de la gasolina y 30 céntimos por litro en el diésel. Descontados los 3,8 céntimos por litro que subirían el precio con el nuevo impuesto, aún quedaría por aumentar su precio otros 6 céntimos por litro de combustible. Más trabas y dudas sin duda para quienes plantean la compra en los próximos meses de un turismo nuevo.

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