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Motor

C4 Cactus, el Citroën más sorprendente por fuera y por dentro

Sencillez y simplicidad en el interior, pero ofrece todo lo necesario a través de la pantalla central.

Ofrece cierto aspecto de SUV, uno de los segmentos sin duda más de moda, y por ello el Cactus ofrece también una mayor altura al suelo frente a un C4 berlina, aunque en ningún caso ofrece tracción total. Todo en él ha sido desarrollado en busca de una máxima sencillez, apostando por lograr un peso muy contenido, unos 200 kilos menos que un C4 de cinco puertas, para lo cual se ha llegado a ciertos excesos como el hecho de prescindir en las puertas traseras de unas ventanillas convencionales, adoptando un sistema de apertura de tipo compás propio de los turismos de tres puertas. A cambio, se logra un diseño exterior muy limpio en sus trazos, adornado además por los “Airbumps” que marcan buena parte de su personalidad, unas protecciones plásticas rellenas de aire situadas en las puertas que protegen de los golpes a la carrocería.

Al acceder a su interior, nada es igual a ningún otro Citroën, con un diseño del salpicadero muy limpio, sin apenas botones a la vista, y unos asientos que, de entrada, parecen casi el sofá de casa dada las formas de banqueta corrida que exhiben, aunque la pieza central que mantiene unidos el respaldo de los dos asientos puede bajarse a modo de reposabrazos logrando así el efecto habitual de dos butacas independientes. En cualquier caso, hay mucho espacio y ofrecen un mullido incluso demasiado blando, muy confortable de inicio pero algo menos cuando llevamos muchos kilómetros a sus mandos.

Detrás, mantiene un diseño de la banqueta similar a las plazas delanteras,  muy plana y sin formas muy marcadas que permiten que el pasajero de la plaza central disfrute de algo más de confort de lo habitual. No hay exceso de espacio para tres ni mucho menos, pero resultan más aprovechables que en un C4 de cinco puertas. Eso sí, el diseño de las ventanillas, más pequeñas de lo habitual en un turismo de cinco puertas, genera un efecto menos agradable que en aquél.

Una vez nos ponemos en marcha, se nota de entrada una postura algo más elevada, con una mejor visibilidad en la conducción propia de un diseño todo camino, pero también con unas reacciones menos precisas que un C4 berlina. Las carreteras muy viradas no son el mejor escenario para el Cactus, con reacciones menos vivas y una menor precisión de la dirección en curva. Tampoco busca destacar en ello, y quien se decida por hacerse con un C4 Cactus debe tener claro que en carretera su mejor virtud en un caminar más confortable que efectivo, con unas suspensiones más suaves que en un C4, agradables en términos generales, pero que no filtra baches pronunciados con la eficacia de aquél.

También resulta algo menos silencioso que un C4 a velocidades ya por encima de los 120 km/h. Los 92 CV del motor diésel de 1,6 litros rinden con suficiencia, a pesar de un cambio automático muy lento en su respuesta, sobre todo a baja velocidad en ciudad. En carretera y a ritmos ya más elevados pasa más desapercibido, aunque no es un cambio especialmente recomendable. Eso sí, el consumo sí destaca por sus ajustadas cifras, difícil de superar los 6 litros en carretera.

FICHA:

  DATOS COMERCIALES:
  Modelo: C4 Cactus
  Versión: e-HDi 92 ETG6 Feel
  Precio: 19.200 euros

  DATOS TÉCNICOS
  Motor: 4 cil. en línea 
  Cilindrada: 1.560 cm3
  Potencia máx.: 92 CV a 3.750 rpm
  Par máximo: 230 Nm a 1.750 rpm
  Tracción: Delantera 
  Caja de cambios: Automática de 6 vel.
  Dimensiones: 4,16 / 1,73 / 1,48 m
  Peso: 1.145 kg
  Depósito de combustible: 50 litros
  Capacidad del maletero: 358 litros

  PRESTACIONES
  Vel. máxima: 176 km/h
  Acel. 0 a 100 km/h.: 11,4 seg.
  Consumo en recorrido de pruebas: 5,8 l/100 km
  Autonomía en carretera: 862 km

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