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Motor

Los fabricantes piden que las pruebas de emisiones en situación real se adapten a las exigencias

Las pruebas de emisiones podrían medirse a corto plazo en situación de circulación real.

El escándalo surgido a raíz del falseo de los niveles de emisiones realizado por Volkswagen desde hace años en sus motores diésel de tres y cuatro cilindros puede llegar a cambiar muchas cosas en un futuro cercano en la industria de automoción. Una de ellas es el propio destino de los motores diésel, que a buen seguro sufrirá sobre todo a corto plazo un cierto retroceso en sus ventas a favor sobre todo de los híbridos. Otra, afectará directamente a los procesos de homologación de los niveles de emisiones, hasta ahora validados en condiciones de laboratorio con los vehículos en estático que siempre han ofrecido valores difícilmente realizables en condiciones reales de circulación.

Así, la industria europea del automóvil ha solicitado una propuesta en materia de emisiones en condiciones de conducción real que tenga en cuenta las realidades técnicas y económicas de los mercados actuales, así como un tiempo de transición razonable para aplicarlas a todos los vehículos nuevos. La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) explica la necesidad de reflejar las emisiones más cerca de las condiciones del mundo real, y en este sentido ha estado pidiendo propuestas desde hace años. ACEA admite un realista paquete de medidas para las emisiones en condiciones de conducción real que se ocupará de las cuestiones ambientales clave bajo un enfoque de dos pasos, como ya se ha acordado por los Estados miembros.

Los constructores europeos, asegura la organización, aceptan plenamente la necesidad de la Etapa 1 que comenzará a partir de septiembre 2017 para los nuevos tipos de vehículos, y siempre ha estado comprometida con ello. En ACEA aseguran estar plenamente alineados con la necesidad de medir mejor las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) de los automóviles diesel y furgonetas en condiciones normales de conducción, pero recalcan que es importante proceder de una manera que permita a los fabricantes planificar e implementar los cambios necesarios, sin poner en peligro el papel del diésel como uno de los pilares fundamentales para el cumplimiento de las metas futuras de CO2. Y es que sin plazos y condiciones realistas, algunos modelos diésel podrían llegar a ser obligados a ser retirados de la venta.

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