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Motor

Francia negocia con un socio chino una solución para PSA Peugeot Citroen

Francia cedería el 50% de Peugeot a cambio de una inyección de 1.500 millones.

El Estado francés sigue buscando fórmulas para salvar la delicada situación financiera por la que atraviesa Peugeot. Este lunes ha trascendido la negociación con el gigante Dongfeng, uno de los cinco fabricantes más importantes de China, con el que podría compartir a partes iguales PSA Peugeot Citroën, según el diario galo Les Echos.

La fórmula pasaría por la inyección de capital por un montante de 1.500 millones de euros tanto por parte de Dongfeng como por parte del Estado francés, operación mediante la cual ambos se convertirían en los principales accionistas del fabricante automovilístico.

El diario asegura que la fórmula "está sobre la mesa", aunque precisa que los detalles de ese eventual acuerdo todavía no se han decidido.

PSA emitió este lunes un comunicado en el que confirmó que están en estudio "nuevos proyectos de desarrollo industrial y comercial con diferentes socios, así como las modalidades de financiación que les acompañarían".

"Ninguno de esos proyectos está maduro en este momento", agregó el fabricante.

Ya el pasado viernes PSA Peugeot Citroen indicó que estudia cooperaciones industriales y comerciales aunque no confirmó que se trate de su aliado chino Dongfeng, tras los rumores de una entrada en el capital del grupo automovilístico francés.

Filial PSA-Dongfeng

El fabricante francés tiene una filial común a partes iguales con Donfeng Motors desde 1992, que ha permitido fabricar coches Citroen y Peugeot en China durante dos décadas.

En julio pasado, esa filial puso en marcha su tercera planta de producción en el complejo de Wuhan, de donde salieron en 2012 440.000 vehículos, cifra que debería subir a 600.000 en 2013. El objetivo es pasar a 750.000 en 2015.

La búsqueda de socios que entren el capital de PSA es un rumor recurrente al calor de las dificultades financieras del grupo francés, que el pasado año tuvo que recurrir a una garantía del Estado francés para salvar su filial de créditos para clientes, que no lograba financiarse en el mercado.

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