¿Quién era Doña Manolita? ¿Y por qué es tan famosa su administración de Lotería?

Con la vuelta de la Lotería de Navidad 2017, vuelven también las colas infinitas en Doña Manolita, la administración de loterías más famosa de España. La leyenda cuenta que Doña Manolita es una administración hechizada con el conjuro de la buena suerte, y que comprar tu décimo en este establecimiento de Madrid hace que se multipliquen las posibilidades de que te toque el Gordo de Navidad.

Pero, ¿de dónde viene esa leyenda? Resulta que Doña Manolita fue una persona real. Manuela del Pablo nació en Madrid en 1879, y a la corta edad de 25 años abrió, junto a sus hermanas, la que se convertiría en la administración más popular de todos los tiempos, en el año 1904. En un principio, estaba ubicada en la calle San Bernardo, lo que proporcionó a Doña Manolita un gran número de clientes fieles, procedentes de la Universidad Central, ubicada en la misma calle.

La buena suerte de Doña Manolita

Pronto llegaron los rumores de que Doña Manolita era sinónimo de buena suerte. La administración de Loterías y Apuestas del Estado vendió hasta ocho décimos premiados en su establecimiento de la calle San Bernardo, antes de mudarse a su nuevo local en Gran Vía 31. Tras la mudanza, las hermanas abrieron un segundo establecimiento en la Puerta del Sol, que buscaba hacer competencia a otra administración popular, La Pajarita.

En una entrevista para la revista Crónica, Manolita aseguró que la razón de su éxito era que había vendido su alma al diablo. “Por eso me colma de fortuna aquí en la tierra, a cambio de hacérmelas pagar todas juntas el día que estire la pata” aseguraba la lotera. Y aunque no está confirmado si Manolita está pagando ahora su suerte en otra vida, lo que se rumoreaba en su momento era que la lotera había acudido a Zaragoza para ver a la “Pilarica” justo antes de vender su primer décimo premiado. Sin embargo, la gran cantidad de números vendidos  parece ser la verdadera razón de su éxito.

Aun así, son muchos los clientes que se acercan a Doña Manolita aprovechando sus vacaciones en Madrid para hacerse con uno de sus famosos décimos premiados. Y es que no hay ninguna regla escrita sobre la fortuna. Al fin y al cabo, y como solía decir la célebre lotera, “la suerte es la suerte”.